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El monasterio de San Martín Pinario es un monasterio benedictino fundado en el siglo X situado en la ciudad gallega de Santiago de Compostela, en la provincia de La Coruña, en España.
Actualmente es el Seminario Mayor de la archidiócesis compostelana, sede de la Escuela Universitaria de Trabajo Social, centro adscrito a la Universidad de Santiago de Compostela, así como la sede del Instituto Teológico Compostelano. En el también se encuentra el Archivo Histórico Diocesano de Santiago de Compostela.
Está situado frente a la fachada norte o de la Azabachería de la catedral de Santiago de Compostela.
La iglesia primitiva fue consagrada en 1102 por el arzobispo Gelmírez, pero no es mucho lo que queda de aquella época, ya que fue reedificado completamente a partir del siglo XVI. Se mezclan en él elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos.
SU HISTORIA
En la Plaza de la Inmaculada se levanta este monasterio,
fundado por un grupo de benedictinos que poco después del descubrimiento de los restos del Apóstol se establecieron en el lugar llamado Pignario, próximo a la capilla de la Corticela, hoy integrada dentro de la Catedral, donde celebraban sus oficios.
El oratorio con la advocación de Santa María denominado de la Corticela que fue derribado a finales del siglo IX, excepto la capilla, que hoy en día forma parte de la Catedral de Santiago, cuando el rey Afonso III el Magno y el obispo Sisnando iniciaron la nueva fábrica catedralicia.
De este modo, hacia el año 899, se edificó este monasterio a donde se trasladaron los monjes benedictos del antiguo oratorio. Este monasterio luego fue sustituido por otro cenobio cuya iglesia fue consagrada en el año 1102 por el obispo Diego Gelmírez, pero no es mucho lo que queda de aquella época.
A lo largo de la Edad Media el monasterio creció de tal manera que a finales del siglo XV se convirtió en el monasterio más rico y poderoso de Galicia.
Esto conllevó a que fuese reedificado casi completamente a partir del siglo XVI. A partir de ese siglo fue el monasterio más poderoso de Galicia teniendo bajo su dependencia la mayoría de los monasterios gallegos.
El mayor desarrollo comienza cuando en 1494 pasa a depender de la congregación benedictina de Valladolid.
A partir de aquí alcanzarán la riqueza que les va a permitir sufragar las imponentes obras de la iglesia, que constituye, junto a la Catedral, el más valioso conjunto del barroco gallego.
Con la desamortización en el año 1835 se dedicó a varias funciones y desde el año 1868 se convirtió en la sede del Seminario Mayor de la archidiócesis compostelana.
Durante 1991, tras ser acondicionadas las dependencias monásticas y limpiados y restaurados los valiosos retablos, acogió la exposición antológica del arte gallego 'Galicia no tempo'.
En el año 2000, en el que Santiago celebró la capitalidad cultural, acogió la exposición 'As Faces de Deus'.
En la actualidad sigue funcionando como Seminario Mayor compostelano y sede de las facultades de Teología y Trabajo Social, además de como museo y hospedería. Anteriormente una parte del edificio fue utilizado como residencia universitaria, pero al finalizar el curso académico 2007-2008 fue cerrada con el fin de llevar a cabo reformas intraestructurales, las cuales ya rematadas, dieron paso a la apertura de la actual hospedería del Seminario Mayor.
MONASTERIO
El monasterio es de gran sencillez y frialdad de líneas, sólo interrumpidas por la fachada, a la que se accede por una gran escalinata.
La torre de cinco cuerpos contribuye a romper la monotonía de la fachada.
La portada principal se orienta hacia el sur y tiene delante unos jardines que constituyen la Plaza de la Inmaculada.
Fue diseñada por Fray Gabriel de Casas y en ella cuatro grandes columnas dóricas soportan un entablamento con pináculos.
Sobre la puerta hay una imagen de San Benito, un gran escudo de España y San Martín a caballo en alto.
CLAUSTROS
Dentro del monasterio se encuentran el claustro de las oficinas, el más primitivo
fue iniciado por Bartolomé Fernández Lechuga en 1626, continuado por Peña del Toro y concluido por Fernando de Casas y Novoa en 1743.
Tiene planta rectangular con seis tramos en los lados mayores y cuatro en los menores y dos plantas también unidas por columnas emparejadas.
y el claustro procesional.
el más grande, comenzó a erigirse hacia 1633 en el lado más próximo a la iglesia. Aunque el proyecto se atribuye a Bartolomé Fernández Lechuga, trabajaron en él Peña del Toro o Miguel de Romay, también autor del campanario.
Tiene dos plantas unidas por dobles columnas de orden toscano gigante que arrancan de plinto.
La primera planta presenta arcos de medio punto y la segunda, de fray Tomás Alonso, balcones adintelados flanqueados por dobles columnas dóricas.
El conjunto está rematado por una cornisa con pináculos.
Con esta obra M. Raymond inicia la trilogía titulada La saga de Citeaux y compuesta por Tres monjes rebeldes, La familia que alcanzó a Cristo e Incienso quemado. Con la denominación de «saga», el autor manifiesta su intención de trazar poéticamente la historia de la primitiva Orden cisterciense que, andando los siglos, recibiría del monasterio de La Trappe el nombre de trapense con el cual se conoce a los monjes blancos.
En las literaturas nórdicas, la saga es un género equivalente a la epopeya de la Europa meridional y occidental. Pero las sagas suelen carecer de protagonista individual: el héroe en la saga es un colectivo, una familia, una tribu, un pueblo.
Al narrar la historia de los creadores del Císter, Raymond utilizó aquel antiguo género literario, y, tomando de la vida real unos sucesos extraordinarios, les infundió un aliento poético y legendario del más alto valor emocional. Su intención, al componer la trilogía, fue divulgar la historia de los primeros cistercienses europeos del siglo XII, y la de los primeros trapenses americanos en el siglo XIX.
En Tres monjes rebeldes, Raymon inicia la narración de la leyenda del Císter, con la salida de un grupo de monjes del monasterio benedictino de Molesme, en busca de un lugar solitario en el que poder buscar a Dios con mayor autenticidad y sencillez, según la Regla de San Benito en su pureza. Los monjes propulsores de este movimiento reformista fueron: Roberto, al que se le debe la orientación más austera del monacato benedictino, Alberico, a quien se debe la primera organización de la observancia típica del Císter y Esteban Harding, el creador del organigrama de la Orden Cisterciense que la constituye como tal.
Conocido como iglesia de las Angustias de Abaixo, de la Real Angustia o sencillamente de San Fructuoso, este templo de estilo churrigueresco fue proyectado por Lucas Ferro Caaveiro en el siglo XVIII.
En su construcción de planta central sobresale la grandiosa cúpula de media naranja.
La fachada está concebida para ser contemplada desde un plano superior, desde la Plaza del Obradoiro, por lo que la decoración se concentra en la cornisa superior.
Allí se sitúan las imágenes de las cuatro virtudes cardinales, Prudencia, Justicia,
Fortaleza y Templanza.
La retranca popular pretende identificarlas con las cuatro sotas de la baraja española.
Completan la fachada un campanario adornado con volutas y pináculos y una hornacina con la imagen de la Virgen de las Angustias.
Es la escalofriante imagen de una calavera, E su inquietante mensaje. Se encuentra en el muro sur de la capilla, a unos 3 metros y medio de altura y ... nos dice:
"Ut video vidi.Sicut me videtis videtis. "
"Como te ves, ..........yo me vi. Como me ves, tú también te verás".
Está dedicada a San Fructuoso, obispo de Tarragona , víctima de la persecución que realizaron los emperadores Valeriano y Galieno , por lo que murió martirizado en su diócesis allá en la segunda mitad del siglo III.
En el interior merece atención la Piedad neoclásica de Antón Fernández o Vello que preside el altar mayor.
es un monasterio franciscano fundado a comienzos del siglo XIII en Santiago de Compostela, declarado Monumento histórico artístico el 16 de agosto de 1896.
Se sitúa extramuros en el casco viejo de la ciudad de Santiago de Compostela, provincia de La Coruña, en el lugar conocido como o Val de Deus (el Valle de Dios).
Dice la tradición que San Francisco de Asís, en peregrinación a Compostela en 1214, fue acogido por una familia compostelana, el hombre era un carbonero llamado Cotolai; en su casa del Monte Pedroso.
Le encomendó a este construir un monasterio pero cuando le replicó que no tenía recursos, le mostró un tesoro cerca de la ermita de San Paio do Monte (San Payo del Monte) que le permitiría llevar a cabo la obra. Val de Deus (Valle de Dios) era un terreno propiedad del monasterio benedictino de San Martiño Pinario (San Martín Pinario), que lo cedió a cambio de una cesta anual de pescado, que se siguió entregando hasta finales del siglo XVIII.
El convento primitivo se vino abajo a comienzos del siglo XVIII y no quedan de él más que cinco arcos apuntados que se conservan en el claustro principal y el sepulcro de Cotolai.
Estos arcos estaban en la Sala Capitular, en la que Carlos V celebró las Cortes de Santiago en 1520. La reconstrucción, que conllevaba cambiar la orientación de su iglesia, se inició en 1742, y no fue sin problemas, ya que los vecinos (especialmente los monjes de San Francisco) se quejaban de la magnitud de la obra, que les quitaba luz y ventilación y que, además, ocuparía tierras pertenecientes a los de San Martín. La disputa se saldó rebajando la altura de la iglesia franciscana.
La renovación de la fábrica medieval se inició con el arzobispo Maximiliano. La iglesia
Las obras del nuevo templo siguieron las trazas dadas por Simón Rodríguez, pese a que la lentitud de las obras hizo que la participación de los otros maestros supusiese la inclusión de algún cambio sustancial.
La planta de la iglesia corresponde al tipo "jesuítico", en forma de rectángulo en el que se inscribe una cruz latina.
Fachada.
La fachada de la iglesia, diseñada (en estilo barroco) en el siglo XVIII por Simón Rodríguez, se impone en el contorno por su tamaño.
Fue ejecutada por Fray Manuel Caeiro, no estando terminada aún en 1770, hecho que hace que responda a dos conceptos diferenciables en la decoración reducida a la parte inferior de la misma, cambiando drásticamente por encima de la altura del entablamiento que cambia de forma perceptible adaptándose a los principios neoclásicos.
La parte inferior es barroca y la superior neoclásica y consta de tres cuerpos y tres calles. En la central destacan cuatro columnas dóricas que flanquean una imagen de San Francisco (obra de José Antonio Mauro Ferreiro Suárez).
El segundo cuerpo está dominado por un enorme ventanal flanqueado por columnas jónicas, sobre las que se apoya un frontón triangular. Las calles laterales soportan los dos campanarios.
El atrio
El atrio se encuentra varios metros por debajo del nivel de la calle en un extremo, y delante de él, a ras de esta, se levanta un monumento a San Francisco realizado por Francisco Asorey en 1926. Interior del templo
Altar mayor.
El interior del templo también es sobrio, aunque monumental. La planta es de cruz latina con tres naves.
La central, de cinco tramos, y el crucer cubierto por una bóveda de cañón con cúpula de media naranja en las pechinas, modificaciones de Fray Manuel Caeiro.
En la decoración del interior del templo se aprecia la impronta de Simón Rodríguez con la decoración de placas y cilindros
.
A los lados de las naves y a los del presbiterio se sitúan capillas intercomunicadas sobre las que discurre una tribuna.
Tres son, básicamente, las líneas de culto que se desarrollan en el interior del templo. En primer lugar la vinculada a Jesús y su Pasión. En este sentido se localizan aquí el paso de la Santa Cena, obra del escultor Juan Sanmartín, encargada por el Ayuntamiento en 1863 ; el Ecce Homo; el Cristo de la Buena Muerte que tiene a José Ferreiro como autor; la Cruz, que había sido traída por los franciscanos de Tierra Santa, que se data en el siglo XV; y, además, el Sagrado Corazón de Jesús, obra del valenciano Modesto Pastor, de principios del XX. También hay una representación sobre la muerte de San José, en la que aparece acompañado por Jesús, María y un ángel.
Concretamente el Cristo de la Buena Muerte se incluye en un retablo encargado a Agustín Trasmonte en la última década del siglo XVIII. Tenía, originariamente, a sus lados las figuras de la Virgen María y San Juan, al igual que sucedía en el retablo del Cristo de la Paciencia - también vinculado a Ferreiro- , del monasterio de San Martín Pinario; cabe la posibilidad de la que es hoy una Santa Cecilia - sita en el convento, y que fue anteriormente un San Juan- provenga de este retablo del Cristo de la Buena Muerte.
Las catorce estaciones del Vía Crucis, en otras tantas pinturas, se suceden, por dos veces, en la iglesia, una en su nivel inferior y otra, en el coro.
El culto a María tiene, también, gran importancia en esta iglesia. Puede verse bajo la advocación de la la Inmaculada, en el retablo mayor; en una obra realizada en el taller de Ángel Rodríguez, en el que trabajaron Luis Puente y Jorge Rodríguez, con quienes ha de vincularse esta obra, conocedora de otra anterior – que se encontraba en muy malas condiciones- que ocupó este mismo lugar.
Así mismo el culto a la Virgen de los Dolores tiene retablo propio, al igual que Nuestra Señora de la Valvanera, devoción introducida por el conde de Ximonde en 1772; y la Virgen del Carmen, en un espacio originariamente destinado a ser capilla de San Ildefonso.
Las devociones vinculadas directamente con la orden franciscana cuenta, en este caso, con un notorio desarrollo. Así se nos muestran a Francisco y Clara de Asís, así como a Buenaventura , en el retablo mayor; tienen, igualmente, un retablo, Antonio de Padua, en el crucero; y en otras tantas capillas: Benito de Palermo, Pascual Bailón, Diego de Alcalá,
Bernardino de Sena – que compartía, originariamente, retablo con Juan de Capistrano, amigo suyo, y Jaime de las Marca, su discípulo (en sus respectivos espacios están hoy Santa Rita y Santa Teresa)-; los Mártires de Damasco; el beato Duns Escoto… En el retablo que presenta hoy, únicamente, a Francisco Blanco se mostraba, también, en pintura, a “Pedro Bautista y 20 santos más de la Orden que padecieron el martirio en Japón en 1595”.
Santo Domingo de Guzmán, el fundador de los dominicos, se presenta en un lateral del retablo principal que está timbrado, hacia su parte alta, por dos escudos franciscanos. Debe de tenerse en cuenta que, originariamente, el retablo mayor, patrocinado por el arzobispo Vélez, no tenía en su traza de 1833, los cuerpos superiores y se completaba en altura figurando, según se decía por 1862, “… de pinturas un gran retablo”. Es en 1878 cuando fray José Rodríguez le otorga la forma que hoy tiene.
En los retablos que presiden el crucero, podemos ver, arriba, en el que hoy nos presenta al Sagrado Corazón de Jesús,
un medallón con el Santiago ecuestre, en tanto que al otro lado, en el de San Antonio, se muestra, de idéntica forma, uno de los milagros de este santo: el de haberse postrado un caballo ante la hostia consagrada.
La tumba de los hermanos García Pan es obra datada en 1896; cabe relacionarla con el quehacer de Ramón Núñez Fernández, profesor, por entonces de la Escuela de Artes y Oficios de Santiago de Compostela, autor, también, de las tumbas de Lope de Mendoza y Rajoy, en la catedral compostelana. La sacristía tras la capilla mayor tiene la misma anchura que el templo.
Guarda, entre otras, dos imágenes que proceden de los retablos de la iglesia; concretamente la de San Luis de Anjou – que estuvo, originariamente, en el retablo mayor, en el lugar ocupado hoy por San Buenaventura- y la de Rosa de Viterbo.
Un buen relicario se presenta en un lateral de la sacristía. También se guarda aquí el Sagrario del Monumento de Jueves Santos, obra realizadas en 1879, según diseño del P. Francisco Ferrando y realización de Fr. José Rodríguez.
Entre los cuadros que pueden verse en la sacristía cabe citar aquellos que nos muestran los temas de Francisco orante en la catedral compostelana y el tributo de los peces; ambos formaron parte del retablo mayor, en su parte baja.
También tienen su mérito los que nos muestran los siguientes temas: Francisco degollando con la espada de San Pablo a un Obispo indevoto, Francisco bendiciendo a Asís, Duns Escoto guiando un carro triunfal con la Inmaculada – lo identifica el letrero que lleva en su mano; dice así Potuit; decuit; ergo fecit ('pudo, quiso, lo hizo')-.
Iglesia-capilla de la Orden Franciscana Seglar (Tercera Orden)
Domingo de Andrade realizó la austera Capilla de la Orden Tercera, estructurada en una planta rectangular simple cubierta con bóveda de cañón y una capilla mayor de planta cuadrada cubierta con una cúpula.
El retablo mayor fue realizado por Miguel de Romay en el 1714. Contiguo al Convento se encuentra la citada Capilla que en Santiago es conocida como iglesia de los Terciarios o de la Venerable Orden Tercera (actualmente denominada Orden Franciscana Seglar), este complejo es propiedad de la Fraternidad Franciscana Seglar de Santiago de Compostela y comprende: la iglesia-capilla, sacristía-antigua capilla y el cementerio de la citada Tercera Orden Franciscana.
Esta Orden fue fundada por san Francisco de Asís, pero es de seglares.
Imaginería
A las naves laterales se abren quince retablos, la mayoría realizados por fray José Rodríguez, lo mismo que el retablo central. Este último consta de tres cuerpos. En el inferior, Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores, y San Boaventura, primer cardenal de la Orden Franciscana, acompañan una imagen de la Virgen María. En el segundo, una talla de San Francisco, obra de Ferreiro Suárez tiene a su lado un escudo de la Orden de San Francisco y otro con la Cruz de Tierra Santa y las Cinco Llagas del santo. En el cuerpo superior hay otra talla de Santa Clara y en el centro un libro abierto.
Claustro
Otro de los claustros
Notas[editar]
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El claustro en el cual se instala el Museo de Terra Santa, fue construído a principios del s. XVII y atribuído a Ginés Martínez. En la planta baja se han integrado cinco arcos góticos, correspondientes a la antigua sala capitular, obra atribuíble a Pedro Bonet, a quien encontramos trabajando en Compostela en 1261. En dicha sala se reunió en 1520 la Corte de Castilla, y así hoy se la denomina, Sala de Carlos V.
Claustros
La Catedral de Santiago traslada su culto a otras iglesias por obras en su interior
La Catedral de Santiago de Compostela está en obras por lo que el culto se translada a otras iglesias de la ciudad gallega. Las obras que se van a prolongar durante un año.
Por lo que, la misa diaria del peregrino, la de las doce del mediodía, se celebrará en la iglesia de San Francisco.
Unas obras, que según apuntan desde la Catedral de Santiago "por su alcance y magnitud harán imposible mantener la normal actividad en el altar mayor, naves y en las capillas de la basílica".
Aunque la catedral este en obras, va a permanecer abierta al público. Los fieles, peregrinos y visitantes podrán acceder al interior de la Basílica. Pero estarán acotados los espacios en los que se esté interviniendo en cada momento. Además, "se podrá realizar el rito del Abrazo al Apóstol en su camarín y descender a la cripta apostólica".
El horario de apertura de la Catedral es de mueve de la mañana a siete de la tarde. La única puerta que permanecerá abierta será la de Platerías, con doble uso: entrada y salida.
Los grupos de peregrinos se distribuirán en las iglesias de S. Fructuoso,
S. Fiz de Solovio,
Sta. María Salomé
y en la capilla del Centro Internacional de Acogida al Peregrino (rúa Carretas, 33).
Por su parte, la iglesia de Santa María Salomé acogerá la celebración de la eucaristía con el siguiente horario: 7:30, 9:00, 10:00 y 19:00 h. de lunes a domingo.
El sábado por la tarde también a las 18:00 h. y el domingo, además de las celebraciones indicadas, habrá misa a las 13:00 y 18:00 h.
Las principales solemnidades y fiestas se celebrarán en la iglesia de S. Martín Pinario
(Festividad del Apóstol Santiago, Misa Crismal, S. Juan de Ávila…).
Las primeras felicitaciones de España. En los días anteriores a las fiestas de Navidad todos los que en algún momento del año habían pre...
Musica
MÚSICA
LOLE Y MANUEL.......SIEMPRE ASI
EL DRAMA DE JESÚS
Que tu amor apasionado por Jesucristo y desde Él y por Él a cada uno de los seres humanos y toda tu vida entregada a María, sea poara mi ejemplo de vida.Amén
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