YA ES SEMANA SANTA

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sábado, 31 de octubre de 2020

VISITA A LA CATEDRAL DE BURGOS II

 

GIROLA




Capilla de la Anunciación 19

La Capilla de San Antonio o de la Anunciación es una de las dos capillas radiales de la girola de finales del siglo XIII, y que sustituye a otra anterior más pequeña datada en torno a 1230.






 Es de planta irregular y se cubre con bóveda nervada sexpartita.





 En el lado norte queda un espacio triangular que la une a la capilla de la Natividad y se cubre con bovedilla de terceletes.




 La capilla está documentada desde el tiempo del Obispo D. Gonzalo García de Gudiel, que gobernó la Diócesis entre 1275 y 1280. Fue lugar de enterramiento de varios capitulares y de algún obispo, por lo que en el siglo XIV se celebran memorias por ellos en el altar de San Antonio. 



En 1540 el Canónigo Juan Martínez de San Quince obtiene licencia del Cabildo para hacer en ella su sepultura y realizar a sus expensas el retablo, que ejecutaron por 230 ducados el escultor Juan de Lizarazu en el estilo “romanista” y el pintor Lázaro de Azcoitia. 




 El retablo tiene tres cuerpos con tres esculturas cada uno, separadas por columnas abalaustradas que recuerdan a Diego de Siloé y a Cristóbal de Andino, de los cuales los autores se consideran discípulos, y remata con el escudo de las cinco llagas entre ángeles y el busto del Padre Eterno.

 En el cuerpo alto aparecen S. Juan Evangelista, San Jerónimo y Santa Catalina; en el central San Sebastián, el Ecce Homo y San Roque,


 y en el banco San Juan Bautista, la Anunciación y San Antonio, abad.






 El retablo tiene gran interés por su relación con los talleres de Diego de Siloé.
 En el muro norte hay un arco funerario, transformado en altar retablo con un lienzo de Santa María Magdalena.




 Conserva, en el espacio triangular norte, un sencillo coro de nogal del siglo XVII y en el muro del oeste un arco sepulcral del siglo XV, con estatua yacente de un clérigo no identificado.

 En el centro del pavimento, remarcado con geometría de pizarra se halla la cripta donde descansan los restos mortales del Obispo de Ciudad Rodrigo D. Juan de la Torre y Ayala, a quien el Cabildo cedió la capilla para tal fin. De la bóveda pende el recuerdo de su capelo episcopal.

Precioso este sepulcro de un obispo del s.XVI



Tiene una bellísima reja cerrándola



NAVE LATERAL DEL EVANGELIO



Capilla de la Natividad 18




La capilla de la Natividad de la Virgen María es una joya de la plenitud del renacimiento en arquitectura y en escultura. Fue fundada por Doña Ana de Espinosa, viuda de D. Pedro González de Salamanca, en el espacio de dos capillas anteriores del S. XIII dedicadas a San Gil y a San Martín de Tours.





 Las obras de la capilla comenzaron en 1562. Fueron realizadas en su arquitectura por el maestro de cantería Martín de Berriz y el escultor y arquitecto Martín de la Haya, que hizo el retablo y la sillería, ayudado del escultor Domingo de Berriz y los doradores Juan de Cea y Constantino de Nápoles. Pedro de Arce realizó la vidriera, perdida en 1813, y Denys de León la reja.






 La arquitectura de la capilla pertenece al estilo renacimiento-manierista y en ella destaca la magnífica cúpula ovalada con linterna, que cubre el espacio rectangular, decorada con los cuatro evangelistas policromados y los cuatro doctores de la Iglesia, San Gregorio, San Agustín, San Jerónimo y San Ambrosio, en las pechinas como bajorrelieves también policromados.

 

Retablo mayor 
Es obra de Martín de la Haya y de Domingo de Bérriz. Se realizó entre los años 1580 y 1585.





 El retablo es también de estilo renacimiento-manierista, y está enmarcado en un esbelto arco triunfal de arquitectura pétrea que asciende hasta la cúpula. En los laterales una doble columna estriada mantiene el arco. Entre las columnas destacan las estatuas de San Pedro y San Pablo, y en el segundo cuerpo, también de dobles columnas estriadas, Santa Ana y Santa Catalina, de devoción de la fundadora y su hija. Todo ello fue bellamente policromado y dorado por Juan de Cea y Constantino de Nápoles.


 El retablo es de madera de nogal, y está compuesto de banco, dos cuerpos y un ático o remate, dividido en tres calles. En el banco presenta la cena en el centro y cuadros de la Pasión en los laterales. En el primer cuerpo desarrolla la vida apócrifa de María y el abrazo de Joaquín y Ana, los padres de la Virgen, Nacimiento de María en el centro en altorrelieve y bulto redondo, de escultura romanista, realzada por los oros y los bellísimos brocados de la policromía, y la presentación de la Virgen en el templo a la izquierda.






 En el segundo cuerpo, se presentan pasajes del Evangelio de S. Lucas: Anunciación del Ángel a la Virgen a la derecha, Adoración de los Magos en el centro





 y la visita de la Virgen a su prima Isabel a la izquierda, con la misma calidad de oro y policromías del primer cuerpo. 




El ático lo componen un Calvario con los ángeles pasionarios a su alrededor y las tallas de S. Gil y S. Martín, para perpetuar la primitiva dedicación de las capillas.




Bellos elementos decorativos, ya muy renacentistas





 En el muro de la izquierda hay dos lienzos del S. XVII, de S. Francisco de Asís y San Antonio de Padua.
 Entre ambos y bajo un arcosolio se halla un retablito, con un magnífico tríptico flamenco de la primera mitad del siglo XVI, que representa un Cristo con la Cruz a cuestas, con San Pedro y Santiago. Remata el retablillo una Piedad y en la base una Última Cena en pintura sobre fondo de oro


 Sillería 
La sillería de la capilla fue labrada igualmente por Martín de la Haya. Es de estilo renacentista y de gran calidad.



 A los pies de la capilla se halla una sillería de coro de nogal, con magistrales relieves de la Anunciación y las Virtudes teologales y cardinales, obra de Martín de la Haya.


se cierra con esta preciosa reja del s.XVI




Capilla  San Nicolas  14

Al lado derecho de la Escalera Dorada se halla la Capilla de San Nicolás. 







Es la más antigua de la catedral, pues estaba ya construida en 1230.
 Fue fundada por D. Pedro Díaz de Villahoz, que fue enterrado en ella ese mismo año. Es notable su arquitectura, de gran nobleza y elegancia en sus formas góticas. Recuerda a la Sala Capitular y las capillas absidales del Monasterio de Santa María de Huelgas de Burgos.



Se cubre con bóveda de crucería simple, octopartita; se ilumina con dos alargadas ventanas ojivales, sin mainel ni tracería; está influenciada en su arquitectura por el tardorrománico cisterciense, recordando a la de las capillas absidales del templo del monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas, y contiene el sepulcro gótico del fundador y un pequeño retablo románico, del siglo xiii, que fue traído, en la década de los veinte del siglo xx, del expriorato benedictino de Santa María de Mave (Palencia). 



Este retablo, tallado en madera y policromado, está formado por dos piezas; la inferior, que se cree realizada entre los años 1235 y 1260, es rectangular y que pudo servir de frontal, presentando un recuadro central que contiene un mandorla a la que estuvo adosado un Pantocrátor, hoy desaparecido, y que está rodeada del Tetramorfos, del que falta el león de San Marcos, y dos recuadros laterales en los que, bajo dos series superpuestas de seis arquerías, tres a cada lado, hay un Apostolado, del que faltan cuatro de los Apóstoles y en el que solamente son identificables San Pedro y San Juan; sobre cada serie de arcos hay decoración de castilletes y, en el marco, decoración de rosetas y una bordura de cordón que, teniendo en cuenta además otras diferencias observables entre las dos piezas del retablo, hace suponer que ambas eran independientes.

 La pieza superior, que se supone realizada entre los años 1280 y 1300, tiene forma pentagonal y está organizada en tres cuerpos, divididos en dos calles los dos inferiores por un arco trilobulado que sirvió de marco a la imagen románica de la Virgen que aún se conserva en el templo de Santa María de Mave; en las dos calles del cuerpo inferior, cobijadas en arcos trilobulados, tres en cada calle, se hallaban, a la izquierda, las figuras de los tres Reyes Magos, de las que solamente se conserva una arrodillada y, a la derecha, las de San José, el ángel de la Anunciación y la Virgen, de las que solamente se conserva la del ángel; en el cuerpo intermedio, también bajo arcos trilobulados pero en espacios apaisados, aparecían las escenas de la Visitación, el Nacimiento, la Huida a Egipto y otra no identificable, de las que solamente se conserva la escena del Nacimiento, con la Virgen en la cama y el Niño sobre ella, tal como aparece tallada en algunos capiteles tardorrománicos, como en el conocido capitel de San Juan de Ortega; el cuerpo superior lo constituyen tres enmarcaciones vacías, triangulares las dos laterales y pentagonal la central. Ambas piezas solamente conservan algún resto de su policromía.








Escalera Dorada 13







Al fondo de la nave del crucero se puede ver la singular escalera dorada que pone en comunicación a la catedral con la actual calle de Fernán González a través de la puerta de Coronería. 




Al realizar la nueva catedral gótica, que visitas, fue necesaria una gran explanación del terreno para ganar espacio, cortando la falda del castillo donde se edifica la catedral, lo que produjo un desnivel de ocho metros que son salvados con una escalera.

La anterior debía hallarse en mal estado, por lo que el Obispo D. Juan Rodríguez de Fonseca decide construir una nueva. 
 Encargó en 1519 la obra al genial arquitecto burgalés, recién venido de Italia, Diego de Siloe, quien la terminó en 1523. 





Hizo la barandilla de hierro forjado el rejero francés Maestro Hilario.



 Está inspirada en modelos del renacimiento italiano de Bramante y de Miguel Angel, tanto en la arquitectura, como en la decoración: grutescos, bichas, temas vegetales y zoomorfos. 





Sus diecinueve escalones comienzan con cuatro peldaños curvos que conducen a una pequeña meseta de la que arranca el primer tramo recto de escalera de otros nueve, cuyos pasamanos se adornan con grifos y jarrones. 





Tras un rellano, al que se abre un arco central, se bifurca en dos brazos divergentes que llegan a sus respectivos rellanos, apoyado todo en dos arcos bajos laterales. 

Desde aquí otros dos tramos ascienden para unirse en una plataforma común, frente a la puerta, que hoy se halla cerrada, y que se agranda con una ménsula volada con su antepecho adornado con los medallones de San Pedro y San Pablo, simulando un grandioso púlpito. 
Obra de 1524  del maestro francés Hilario.





 La barandilla se dorna en los tramos divergentes con fantásticas flores, y cabezas de ángeles y por medio de bichas erguidas que sostienen medallones con cabezas humanas en los convergentes.



 En los antepechos de los rellanos se embellece con los escudos del Cabildo a la izquierda y del Obispo Rodríguez de Fonseca a la derecha.




Justamente enfrente tenemos la entrada del Sarmental con su bello rosetón




y mirando hacia el techo 








SÁBADO DÍA DEDICADO A MARÍA

 DIOS  LA COLMO DE GRANDES  DONES




-Transparencia

-Docilidad. Era arcilla en manos del alfarero

-Pura sin mancha

-Sin ningún resquicio de pecado.

Al DESPERTAR TU IMAGEN ALEGRA LA MAÑANA-

BUENOS DÍAS MADRE.



Sin Ella no hubiese existido la Encarnación ni el Evangelio.

Dios no tenía ninguna  necesidad de contar con el mundo, nos amaba tanto que quiso contar con el mu ndo y eligió una joya del mundo, bella y pura, María Virgen.

Al convertirse en Madre de Dios,  en el Concilio de Nicea.se convirtió en Madre nuestra.

Sin Ella el Cristianismo muere.

Sin Ella a nuestra Iglesia le faltaría algo.

Sin Ella  nosotros lo tendríamos más difícil para llegar a Cristo.



MARÍA NUESTRA INTERCESORA

Nos acercamos a Ella por medio del rezo del Rosario y Ella nos acerca a su Hijo.

María intercede y nos lleva al calor del Padre, al calor del Hijo ya la fuerza del Espiritu.



DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO

SÁBADO
“ El que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido ”




san Lucas 14, 1. 7-11

Jesús, en este fragmento del evangelio de Lucas, nos presenta como debe ser la actitud del cristiano en su vida de relación con los demás.

 Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga: «Cédele el puesto a este”.

 Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».

 Siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio.

 Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo.
 Hoy es sábado ponemos nuestra mirada en la Santísima Virgen, Ella la esclava del Señor, la que destaco en humildad, que nos ayude a nosotros en este camino de crecer para abajo


¡Cuánto nos gusta aparentar!, creernos el ombligo del mundo, que los demás vean en nosotros a un líder o un hombre envidiable; y nos encanta que todo el mundo nos haga caso y nos trate con reverencias.

 Jesús nos lo dice claramente: “El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.


VIERNES
“ ¿Es licito curar los sábados o no? ”





san Lucas 14, 1-6
Distinta postura de Jesús y los fariseos sobre lo el sábado, el día del descanso de Dios y de los hombres, según la tradición judía.


 Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Para los fariseos lo principal es cumplir la Ley


 Había allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y fariseos: «¿Es lícito curar los sábados, o no?».
Para Jesús, antes que la ley está la persona humana. Para él no hay una posible ley divina, ni una ley humana que no permita curar en sábado, que no permita amar a una persona necesitada.

 Ellos se quedaron callados. 
Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. 
Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en seguida, aunque en día de sábado? ». Y no pudieron replicar a esto.



Siempre que vemos en el evangelio este asunto del sábado, a toda velocidad no ponemos a lado de Jesús. Pero cabe preguntarnos si en nuestra vida real es así. Si lo primero para nosotros es el amor, el amor al hermano, como lo fue para Jesús, y si no caemos en el legalismo de cumplir alguna ley y dejar tirado al hermano necesitado. El amor es lo primero y principal. Esta es nuestra ley suprema, la ley de Cristo.

JUEVES  
“ ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!






san Lucas 13, 31-35 
 El evangelio de hoy nos hace sentir el contexto amenazador y peligroso en el que Jesús vivía y trabajaba. Herodes, el mismo que había matado a Juan Bautista, quiera matar a Jesús.


En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús: «Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte». 
Jesús les dijo: «Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día mi obra quedará consumada. Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.
 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! 

Hoy en el Evangelio nos aparece el dolor de Ntro. Señor por la falta de acogida a su amor, podríamos catalogarlo de fracaso, por la poca respuesta, por el rechazo a Cristo. Debido a esto, “vuestra casa se os quedará vacía”.
 Alusión probable a la ruina de Jerusalén y de su templo. 
Pero Dios no rompe definitivamente con su pueblo. “Me volveréis a ver el día en que exclaméis: Bendito el que viene en nombre del Señor”. 
Dios ama al hombre, pero no siempre es correspondido. Sin embargo, no deja de amarnos.
 La fuerza más grande de ese amor es la cruz, crucificado por amor y perdonando hasta el final. 



Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido. Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.
 Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”».

En el horizonte de la vida de Jesús está la Vida con mayúsculas, que resitúa todo, incluso la misma muerte.
Es esa Vida que surge del Amor de Dios, la que orienta el caminar de Jesús y la que se refleja en sus gestos de expulsar demonios y sanar enfermos. Una Vida que nada ni nadie podrá vencer, ni siquiera la muerte.


Ante lo que nos amenaza nuestras reacciones son variadas: miedo, rabia o agresividad, vergüenza; y según ese sentimiento nuestra reacción es diferente: huimos, nos bloqueamos, reaccionamos con agresividad o violencia etc.

“Nada podrá apartarnos del amor de Dios”, clama S. Pablo, “¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿la aflicción, la angustia, la persecución…? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado”.

MIÉRCOLES

“ Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce ”





san Lucas 6, 12-19 

Este día fue de singular importancia tanto en la vida ministerial de Jesús, como para su futura Iglesia. 


En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.

La trascendencia de la elección de los Doce hizo que Jesús dedicara toda una noche para estar a solas con su Dios, en íntima comunicación con él. Allí, a luz del Espíritu que lo guiaba y conducía sin cesar, debió pensar en cada uno de los candi-datos, que serían más tarde los apóstoles

 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. 

El número de los dirigentes del nuevo pueblo elegido debe ser el de Doce, como lo fue el de las tribus de Israel.

Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. 

El Señor quiso elegir a los Apóstoles para que fueran compañeros en su vida y continuadores de su obra después de su muerte. El Señor es quien lleva la iniciativa, Él es quién nos llama, quien nos elige, quien cuenta con cada uno de nosotros y nos brinda la oportunidad de ir a trabajar a su viña.
Los apóstoles eran hombres de su tiempo, con defectos, con debilidades. Y, sin embargo, Jesús los llama para hacer de ellos pescadores de hombres. No ha querido contar con ángeles, el Señor si sabe a quien llama, sabe de nuestras dificultades y sin embargo quiere realizar su obra contando con nuestra pequeñez, con nuestra debilidad para que se vea que es obra suya.

Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Al bajar del monte con los doce, Jesús encuentra a una multitud inmensa de gente que trataba de oír su palabra y tocarle, porque de él salía una fuerza de vida. En esta multitud había judíos y extranjeros, gente de Judea y también de Tiro y Sidón. 
Y la gente estaba desorientada, abandonada. Jesús acoge a todos los que le buscan. Judíos y paganos. 


Pidamos hoy a estos Santos Apóstoles, Simón y Judas, que nos ayuden a conocer y a amar cada día más al Señor, que podamos hacerlo amar con nuestro testimonio de vida y entrega.


MARTES
“ ¿A qué se parece el Reino de Dios? ”







san Lucas 13, 18-21

Son dos parábolas del reino de Dios: de unos comienzos bien modestos se llega a una realidad bien distinta, marcada por la expansión

 En aquel tiempo, , decía Jesús: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas». 

El grano de mostaza asombra por su pequeñez, cierto. 
Y la levadura parece cosa bien insignificante pero hace crecer la masa duplicando su volumen.

Y dijo de nuevo: «¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Pero es que esa historia no solo sucedió en el pasado. Es que sigue sucediendo hoy. En parroquias, comunidades, grupos eclesiales, monasterios… esa levadura que es la Palabra viva y eficaz sigue haciendo que la harina fermente y que donde antes había indiferencia, alejamiento, adocenamiento, religiosidad superficial arraigue algo bien distinto y hermoso, como el árbol de la mostaza, frondoso hasta para que los pajarillos aniden en él.
 Es hoy cuando la levadura sigue actuando. Solo nos corresponde saber esperar… qué difícil.



Que seamos capaces de construir cada día el Reino de Dios con una vida coherente, con una vida acorde a las exigencias del Evangelio, con una vida donde vayamos puliendo cada día todo aquello que son asperezas, para que nuestra fe sea realmente una forma de vida.

El reino de Dios, aunque requiere nuestra colaboración, es ante todo don del Señor, gracia que precede al hombre y a sus obras. 
Nuestra pequeña fuerza, aparentemente impotente ante los problemas del mundo, si se suma a la de Dios no teme obstáculos, porque la victoria del Señor es segura. Es el milagro del amor de Dios, que hace germinar y crecer todas las semillas de bien diseminadas en la tierra.
 Y la experiencia de este milagro de amor nos hace ser optimistas, a pesar de las dificultades, los sufrimientos y el mal con que nos encontramos. 
La semilla brota y crece, porque la hace crecer el amor de Dios. 




LUNES
“ Mujer quedas libre de tu enfermedad ”




De numerosos pasajes del Evangelio podemos deducir que Jesúsejercía su actividad salvadora, liberadora y sanadora particularmen-te el día de shabbát. Es lógico suponerlo, pues era el día en que la co-munidad judía se congregaba en la sinagoga para el culto semanal.

san Lucas 13, 10-17 

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo. 
Su enfermedad  la atribuye el evangelista a una influencia del demonio.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. 
Y glorificaba a Dios.

El verbo utilizado por Jesús está cargado de sentido. No se trata sólo de una curación,sino de una liberación de ataduras sufridas por muchos años.

 Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente: «Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado». 

Pero el Señor le respondió y dijo: «Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y los lleva a abrevar?

Con su actuación Jesús insiste nuevamente en que el shabbát está ordenado a dar culto a Dios y a practicar la caridad con el prójimo.Dios ha establecido el shabbát para el hombre y no el hombre para el shabbát
El tiempo de Jesús es tiempo de salvación.

 Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».
 Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.




Siempre nos sorprende este Dios que es todo ternura. No deja de hacerlo. Jesús, mírame a mí también. Bien sé yo que tu mirar es amar Y tu amor misericordia.
¡No permitamos que nada ni nadie nos haga vivir sometidos y encorvados!
¿Estamos en pie? 
Pongamos hoy nuestra humanidad encorvada, tantas veces rota, herida, enferma ante Jesús para que Él imponga sus benditas manos sobre ella y escuchemos con fe:
 ¡Quedas libre de tu enfermedad!

DOMINGO

“ Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón ”






san Mateo 22, 34-40 

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». 
Pregunta difícil. Jesús en su respuesta, en cambio, habla de un primer mandamiento y de un segundo, que le «es semejante». Dos elementos inseparables que son una sola cosa.

Él le dijo: «“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. 
 Amar a Dios es amar al prójimo. Amar a Dios es procurar que se cumpla lo que Dios quiere para sus criaturas: que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos, libera a los cautivos, etc.
Este mandamiento es el principal y primero. 
El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas

Para Jesús la respuesta es clara, el amor a Dios y al hermano está en la raíz de toda la Ley. Si observamos la vida de Jesús, no hay duda de qué significa el amor ni quién es el hermano a quien tengo que amar y a quién no. 
Para él, el amor es entrega total de la vida y los hermanos son todos los hombres y mujeres del mundo, incluso los enemigos. Sus palabras las ilustró amando hasta morir en la cruz, sin reservarse nada.


El amor a Dios se demuestra y se vive en el amor a los hermanos.  Amar a Dios es reconocer que el mundo tiene sentido, que el universo ha sido creado por su amor, y que tiene en el amor su razón de ser. Amar a los hermanos es la forma coherente de corresponder, agradecidos, al inmenso amor que Dios ha derramado primero sobre cada uno de nosotros.
Y esa dimensión generosa de nuestra existencia ha de ser incondicional, sin limitaciones ni fronteras, encontrando permanentemente en los demás el rostro amigable de Dios, su ser paternal. Quien acoge, escucha y abraza a un ser humano, a quien acoge, escucha y abraza es al mismo Dios. Esta es la centralidad de nuestra fe y nuestra identidad..