SÍMBOLOS DE LA SANTA MISA
La Santa Misa utiliza símbolos y otros signos como cantos, objetos, gestos y movimientos, con el fin de expresar de forma externa la devoción que se siente en el interior.
SIGNOS DE REVERENCIA, POSTURAS
Estar de pie.
Es una forma de demostrar nuestra confianza filial, y nuestra disponibilidad para la acción, para el camino.
El estar de pie significa la dignidad de ser hijos de Dios, no esclavos agachados ante el amo. Es la confianza llana del hijo que está ante el padre a quien respeta muchísimo y a quien al mismo tiempo tiene cariño. Al mismo tiempo, al estar en pie manifestamos la fe en Jesús resucitado que venció a la muerte, y la fe en que nosotros resucitaremos también; el estar agachado y postrado no es la última postura del cristiano; sino el estar en pie resucitado.
Sentados
Significa la confianza de estar con los amigos, con paz y tranquilidad. Estamos en casa, cuando estamos en el templo. Sentados podemos hablar con intimidad y largamente con el Señor que está ahí presente. También uno se sienta para escuchar y aprender cuando un maestro habla.
De rodillas
Sólo ante Dios debemos doblar nuestra rodilla.
Al ponernos de rodillas significa que nos reconocemos pecadores ante Él. La genuflexión ante el Santísimo es un saludo reverencial de fe, en homenaje de reconocimiento al Señor Jesús. Debemos hacerlo en forma pausada y recogida. Estaremos solamente durante la Consagración, aunque por razones de edad, incomodidad del lugar o aglomeración que lo impida se podrá estar respetuosamente de pie.
Postrados
Se usa en ciertos momentos escasos, en que el alma cristiana se siente más indigna de dirigirse a Dios, cargada de responsabilidades, o en un luto universal como el del Viernes Santo por la muerte de Jesús, o cuando la pena y desconsuelo son tan inmensos que no se ve solución. Por ejemplo: el futuro sacerdote, cuando se postra el día de su ordenación sacerdotal; o algunas monjas, el día en que entran al convento o hacen su profesión religiosa, se postran en el suelo, indicando no tanto el abatimiento, sino la necesidad de protección de Dios y la impotencia personal.
Es signo de humildad y penitencia.
Fuera de las posturas propias de la Misa hay otras posturas que pasamos a relacionar. Se pueden adoptar dos clases de posturas corporales: la inclinación y la genuflexión:
La inclinación
Indica reverencia y honor a las personas o a lo que representan y puede ser de dos tipos: inclinación de cabeza e inclinación de cuerpo o profunda, que se hace desde la cintura.
- de cabeza.
Se le hace al nombre de Jesucristo, de la Virgen y del santo en cuyo honor se celebra la Misa.
Se debe hacer reverencia profunda en el Credo arrodillándonos si es la Solemnidad de Navidad o la fiesta de la Anunciación del Señor. Asimismo la bendición presidencial que concluye la Misa se debe recibir con inclinación de cabeza.
- de cuerpo o reverencia profunda
Se le hace al altar cuando no está allí el Santísimo; también se debe hacer inclinación profunda cada vez que se sirva al obispo o se pase por delante de él; se hace antes y después de las incensaciones y en algunas otras ocasiones en que está dispuesto. Deben hacer inclinación profunda al altar que simboliza a Cristo y no al sacerdote como equivocadamente se hace a veces, todas aquellas personas que suban al presbiterio para realizar alguna función como por ejemplo los lectores o los que van a hacer las peticiones de la Oración Universal de los Fieles, que vulgarmente llamamos preces, tanto al llegar como al marcharse.
La genuflexión:
Se hace siempre con la rodilla derecha llevándola hasta el suelo y significa adoración.
Por ser signo de adoración está reservada al Santísimo Sacramento y a la Santa Cruz en la liturgia del Viernes Santo. En resumen, se debe hacer genuflexión cada vez que pasemos por delante del Santísimo Sacramento e inclinación profunda al altar todos los que se acercan al presbiterio o se alejan de él (por ejemplo los que se han acercado para hacer alguna lectura o petición).
Aceite:
el aceite representa la unción y al Espíritu. Es un símbolo de fortaleza y sanación. Se utiliza en el óleo de los catecúmenos en donde simboliza el toque de Jesucristo y el Espíritu Santo. También es empleado en Santo Crisma con aromas que representan la comunicación con el Espíritu Santo.
Y en el Sacramento de la unción de los enfermos, en donde se aplican estos óleos a personas enfermas o mayores.
Se bendicen en la Misa Crismal de Semana Santa.Agua:
el agua es un símbolo de la pureza.
Se utiliza para representar la nueva vida, la vida del Espíritu Simboliza la salvación que Jesucristo nos regaló. La Biblia dice que Jesús es el agua viva que sacia para siempre.También representa la presencia del Espíritu que trae vida y el gozo proveniente de los cielos.
Agua en el vino:
las gotas de agua en el vino son una representación de la mezcla de vida divina y la vida humana.
Al llevar a cabo este proceso, se eleva una oración pidiéndole a Dios que una su vida con la nuestra, aun en nuestras condiciones y limitaciones humanas.
Beso a los libros de los Evangelios:
Durante la celebración de la Santa Misa, el sacerdote le da un beso a los libros de los Evangelios. Hace esto como una expresión de fe hacia Dios y su Palabra, reconociéndola como verdadera. Además, en ese momento eleva una oración en voz baja en la que le pide a Dios que con las palabras de estos Evangelios borre los pecados.
Canto:
el canto es un símbolo de los sentimientos y pensamientos de los fieles hacia Dios.
Es una ofrenda que hacen desde lo más profundo de su corazón en la que se honra, agradece y exalta al Único Dios. En la Santa Misa, el canto va más allá de una expresión artística. Se trata de un acto ministerial en el que se prepara el clima y el corazón de los fieles para recibir y responder a la Palabra.
Ceniza:
las cenizas representan la muerte y la resurrección.
La Biblia dice en Génesis, que del polvo venimos y al polvo vamos a volver. La ceniza es polvo. Pero también, las cenizas simbolizan la conversión a la vida de Jesucristo y la resurrección junto con él.
Se saca de quemar los ramos de olivo del año anterior.
Cirio:
el Cirio, por su luz, simboliza al Cristo resucitado.
Además, la cera que se consume es una ofrenda a Dios ya que se gasta enciendo su luz. Estos, al ser encendidos, deben ser consagrados a Dios con una oración al Padre Santo para que lo acepte como sacrificio para su Gloria.
Comunión:
la comunión representa la unión de los seres humanos con Cristo y Dios.
Los fieles participan alimentando su espíritu con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, los cuales están simbolizados por el pan y el vino. Este alimento espiritual prepara a la persona para vivir la vida de Dios en la Tierra y le recuerda que tiene la Vida Eterna garantizada.
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