YA ES SEMANA SANTA

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miércoles, 30 de octubre de 2024

LA PUERTA ESTRECHA

santo evangelio según san Lucas 13,22-30 

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.


¿Quiénes son los últimos?, ¿Quiénes los primeros? 

Jesús nos vuelve a meter .......con el cariño que le distingue.....el dedo en el ojo.

 ¿Qué será de los que estamos tan seguros de estar salvados, porque hemos comido y bebido con el Señor, hemos comulgado tantas veces su Cuerpo y su Sangre? ¿Es posible que el Señor nos diga como le dijo a este hombre que se le acercó a preguntarle si se salvarían muchos, no sé quiénes sois?


 Seguimos empeñados en entrar por la puerta principal, por la ancha, por la de primera división y Jesús nos dice una y otra vez: “Esforzados en entrar por la puerta estrecha”. 

No se trata de presentarse con certificados de buena conducta. Para entrar en el Reino no hay privilegios que valga. No hay más que una condición: pasar por la puerta.

 Y esa puerta se llama “Jesús”. Ese es el verdadero salvaconducto: un hombre, no una teoría; un amor, no un sistema. “Yo soy la puerta” dice Jesús y hago saltar las murallas del miedo, de la culpabilidad y de la estrechez. “Yo soy la puerta” dice Jesús, el que pasa por ella se une a la comunidad en la que los lazos internos de conocimiento, de amor y de generosidad son más fuerte que la constricciones y los preceptos.



Ir por la puerta estrecha no es fácil porque para lograrlo debemos ser unos verdaderos cristianos, y aunque la fe en Jesucristo es un regalo gratuito y una bendición, seguir a Cristo implica una constante lucha contra el pecado, la tentación y las dificultades de la vida. 
Las principales dificultades que enfrentamos los cristianos al tratar de ir por la puerta estrecha y cómo podemos enfrentarlas y superarlas con la ayuda de Dios.

-La tentación de seguir el camino fácil.
-Distracciones del mundo.
- La comodidad y la falta de compromiso



JUBILEO 2025

 


¿Qué es un Jubileo?
El Jubileo o Año Santo es una celebración que tiene lugar en distintas Iglesias cristianas históricas, particularmente la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, y que conmemora un año sabático con significados particulares


La celebración del jubileo se origina en el judaísmo
 Consistía en una conmemoración de un año sabático que tenía un significado particular.

 Esta fiesta se realizaba cada 50 años. Durante el año se ponían a los esclavos en libertad, se restituían las propiedades a quienes las habían perdido, se perdonaban las deudas, las tierras debían permanecer sin cultivar y se descansaba.

 En la Biblia encontramos algunos pasajes en los que se menciona la celebración judía.
Tal vez el más importante se encuentre en el Levítico (Lv 25,8).

 La palabra jubileo se inspira en el término hebreo de yobel, que alude al cuerno del cordero que servía como instrumento.


Jubileo también tiene una raíz latina, iubilum que representa un grito de alegría.
 En la antigüedad, para los hebreos, era un año declarado santo que caía cada 50 años.

 Durante el año se daba la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades y la libertad personal.

 Ahora se llama Jubileo universal.
 La Iglesia le ha dado un significado más espiritual. En la actualidad consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos.

¿Cuáles son sus orígenes?

 Se remonta al Antiguo Testamento, como explica el sitio de la Santa Sede: «La ley de Moisés había determinado para el pueblo Hebreo un año particular: ‘Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresará a su familia.

Año que seguía a cada ciclo de siete períodos de siete años, contando desde la entrada de Israel en la Tierra Prometida.

 En el décimo día del séptimo mes (mes de Tisri), el Día de Expiación, se hacía sonar un cuerno curvo de animal, proclamando libertad por toda la tierra. Para los esclavos hebreos, muchos de los cuales se habían vendido debido a una deuda.




 Este año cincuenta será para vosotros un jubileo; no cortaréis ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis la viña que ha quedado sin podar, porque es el jubileo que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que el campo dé de sí.
 En este Año Jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad’ (Libro del Levítico)». La celebración del Jubileo preveía, entre otras cosas que se devolvieran las tierras a los antiguos propietarios, la remisión de las deudas, la liberación de los esclavos y también el reposo de la tierra.


El jubileo católico
Como se señaló antes, el jubileo cristiano tiene su origen en el jubileo hebreo.
 En la Iglesia católica, el Año jubilar o Año santo es un tiempo en que se concede gracias espirituales singulares (indulgencias) a los fieles que cumplen determinadas condiciones, a imitación del año jubilar de los israelitas mencionado en el Antiguo Testamento.

 En la Iglesia católica, el jubileo es una celebración que de ordinario tiene lugar cada 25 años y en la que se concede la indulgencia plenaria.
 El jubileo católico puede ser ordinario o extraordinario. El Año Santo ordinario, o año jubilar, es el celebrado en los intervalos preestablecidos mientras que el extraordinario, o jubileo, es el proclamado como celebración de un hecho destacado.

Los requisitos son simples: estar bautizado, confesarse y repudiar los pecados, pasar por la Puerta Santa, escuchar Misa y comulgar, rezar por las intenciones del Papa, profesar el Credo  ¿Por qué es llamado Año Santo?

Porque se lleva a cabo con solemnes ritos sacros, pero también porque tiene como objetivo la santidad de los hombres.

lunes, 28 de octubre de 2024

ELECION DE LOS DOCES Y LOS LLAMA APOSTOLES

  Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,12-19) 

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles:


Me impresiona el hecho de que Jesús, antes de llamar a los doce, se pase toda una noche orando. ¡Con qué seriedad toma Jesús las cosas! Y lo que hace en la noche es dialogar con el Padre y “barajar con Él los nombres de los que iba a elegir”. Ala mañana siguiente, todos esos nombres le sonaban muy bien. El trabajo ya estaba hecho. Sólo quedaba encontrarse con las personas concretas y decirles:

“Bajó del monte y se detuvo en un paraje llano”. Y en ese llano estaba el pueblo con sus problemas, sus preocupaciones, sus enfermedades. Y a todos atendía, a todos escuchaba, a todos los curaba. ¡Qué bien se hacen las cosas “en el llano” cuando antes uno ha subido a la montaña!

De nuevo el Evangelio nos interpela a los que vivimos en este mundo de las prisas, donde todo pasa muy rápido y casi no tenemos tiempo para pensar y recapacitar. Sin vida interior, sin silencio prolongado, sin oración, es fácil hacer depender mis decisiones de mis fuerzas y capacidades.

 La oración evidencia la presencia del Espíritu en nosotros, que ora en nosotros y actúa en nosotros. Jesús permanece toda la noche en oración. Orar antes de decidir, orar para discernir el plan de Dios. Ya de día, Jesús realiza su elección: ahí están los doce. De algunos conocemos más; de otros menos. No son perfectos. 

Quizá no son tampoco los mejores. Incluso alguno es mal considerado, por su oficio de recaudador de impuestos. Jesús los llama gratuitamente, más allá de sus méritos. Representan a toda la humanidad, con sus luces y sombras. Jesús quiere hacer camino con ellos, para que ese grupo continúe su misión hacia una nueva humanidad, reconciliada en el amor. Así debería ser el modo de proceder de toda la Iglesia, primero y siempre la oración. Solo después de recogerse en silencio y orar largamente, se confía la misión.


Simón…Andrés…Santiago…Juan… ¡Venid conmigo! Lo que hizo Jesús con los doce es lo que hace con todos los elegidos. Es hermoso pensar que mi vocación se debe a un diálogo maravilloso que ha tenido Jesús con el Padre acerca de mí. La vocación es algo muy personal. Por eso, la obra que a mí se me ha encomendado debe ser también delicada, fina, artesanal. Con cada una de las personas con las que yo me encuentre en mi vida pastoral debo darle un trato exquisito.

ROSARIO DE LA AURIRA EN PAMPLONA 2024

Del 1 al 7 de octubre tendrá lugar el tradicional Rosario de la Aurora, una manifestación pública de nuestra fe, muy arraigado en nuestra diócesis. Durante todos los días, a las 7:30 horas, se rezará el Rosario por el interior de la iglesia de San Domingo, de los PP. Dominicos de Pamplona. Además, en la Misa de la 19:30 horas, excepto el sábado y el domingo que será a las 20:00 horas, tendrá lugar solemne septenario en honor a Nuestra Señora La Virgen del Rosario, predicado por el P. Carlos Olóriz, dominico.


RPSARIO DE LA AURORA PARROQUIAL

Con la llegada del mes de octubre, los Padres Dominicos de Pamplona celebran el Rosario de la Aurora Parroquial, una tradición que se celebra los domingos del mes de octubre. A las siete de la mañana, se saldrá cada domingo desde las diferentes parroquias del casco antiguo de Pamplona.


 El prime domingo del mes, el 6 de octubre, el Rosario partirá desde la parroquia de San Saturnino.





Se recorrerán las calles rezando el Rosario de la Aurora hasta llegar a la iglesia de Santo Domingo, donde los PP. Dominicos celebrarán la Santa Misa, con la participación musical de los Auroros de Santa María.

 El domingo 13 de octubre el Rosario de la Aurora partirá desde la parroquia de San Nicolás, 


El día 20 desde la parroquia de San Lorenzo 



Ha comenzado con el rezo del rosario en la parroquia de San  Lorenzo y ya en el quinto misterio han salido todos juntos hacia la iglesia Santo Domingo de los PP. Dominicos. 


y el domingo 27 desde la parroquia de San Agustín.

El Sr. Arzobispo ha participado en el último rosario de la aurora en Pamplona. 



Ha comenzado con el rezo del rosario en la parroquia de San Agustín, y ya en el quinto misterio han salido todos juntos hacia la iglesia Santo Domingo de los PP. Dominicos. 



Allí ha presidido la eucaristía, animada la parte musical por los auroros, y el templo repleto de fieles devotos del rosario, donde ha puesto en valor la presencia de la iglesia en la calle y, como el ciego Bartimeo, hemos buscado el encuentro con Jesús. 

 Después de la celebración ha compartido un buen desayuno con la comunidad dominicana, varios sacerdotes y colaboradores.

 Una manifestación pública de nuestra fe en este mes dedicado al Santo Rosario.






SAN JUDAS Y SAN SIMÓN





San Judas Tadeo es uno de los santos más populares, a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe.

En Alemania, Italia, América y muchos sitios más, tiene numerosos devotos que consiguen por su intercesión admirable ayuda de Dios, especialmente en cuanto a conseguir empleo, casa u otros beneficios.

Santa Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.
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 Judas es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".
Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe".

Simón significa: "Dios ha oído mi súplica".

A San Simón y San Judas Tadeo se les celebra la fiesta en un mismo día porque según una antigua tradición los dos iban siempre juntos todas partes a predicanr la Palabra de Dios.
 Ambos fueron llamados por Jesús para formar parte del grupo de sus 12 escogidos o apóstoles.

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 Ambos recibieron el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego el día de Pentecostés y presenciaron los milagros de Jesús en Galilea y Judea y oyeron sus sermones; le vieron ya resucitado y hablaron con Él después de su santa muerte en la Cruz, le vieron luego de Su gloriosa resurrección y fueron testigos prescenciales su Ascensión al cielo.

A Judas se le llama Tadeo para diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que entregó a Jesús.


San Judas Tadeo escribió una de las Cartas del Nuevo Testamento. En la misma, ataca a los gnósticos y dice que los que tienen fe pero no hacen buenas obras son como nubes que no tienen agua, árboles sin fruto, y olas con sólo espumas, y que los que se dedican a los pecados de impureza y a hacer actos contrarios a la naturaleza, sufrirán la pena del fuego eterno.

La antigua tradición cuenta que a San Simón lo mataron aserrándolo por medio y, a San Judas Tadeo, cortándole la cabeza de un hachazo. A San Judas le pintan muchas veces con un hacha en la mano.


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domingo, 27 de octubre de 2024

EL SEGUIMIENTO Y LA FE DEL CIEGO BARTIMEO

  El seguimiento y la fe de un ciego 


 En el evangelio de hoy, Marcos nos relata la última escena de Jesús en su camino hacia Jerusalén. Se sitúa en Jericó, la ciudad desde la que se subía a la ciudad santa en el peregrinar de los que venían desde Galilea. 

Jesús se encuentra al borde del camino a un ciego. Por razones que se explican, incluso ecológicamente, los ciegos abundaban en aquella zona. Está al borde del camino, marginado de la sociedad, como correspondía a todos los que padecían alguna tara física. 

Pero su ceguera representa, a la vez, una ceguera más profunda que afectaba a muchos de los que estaban e iban tras Jesús porque realizaba cosas extraordinarias. 

El camino de Jesús hasta Jerusalén es muy importante en todos los evangelios (más en Lucas). En ese camino encontrará mucho gente. Los ciegos no tienen camino, sino que están fuera de él.

 Jesús, pues, le ofrecerá esa alternativa: un camino, una salida, un cambio de situación social y espiritual. 

 El gesto del ciego que abandona su manto y su bastón, donde se apoyaba hasta entonces su vida, contrasta con la fuerza que le impulsa a “ir a Jesús” que le llama. ¿Por qué le “llamó” Jesús y no se acerca él hasta el ciego

 La misma gente vuelve a repetirle: él te llama. 

Diríamos que hoy en el texto son más importantes de lo que parece a primera vista. Jesús “le llama”. La llamada de Jesús, al que el ciego interpela como “hijo de David” tiene mucho trasfondo.

 Jesús ha llamado a seguirle a varias personas quizas a ti o a mi en algún momento de nnuestra vida ahora “llama” a un ciego para que se acerque.

 No le llama aparentemente para seguirle, sino para curarle, pero la curación verdadera será el “seguirle” camino de Jerusalén, en una actitud distinta de los mismos discípulos que habían discutido por el camino “quién es el mayor”. El ciego no estará preocupado por ello. De ahí que la escena del ciego Bartimeo en este momento, antes de subir a Jerusalén, donde se juega su vida, es muy significativa. 

 La insistencia del ciego en llamar a Jesús muestra que lo necesita de verdad y lo quiere seguir desde una profundidad que no es normal entre la multitud. Jesús le pide que se acerque, le toca, lo trata con benevolencia; entonces su ceguera se enciende a un mundo de fe y de esperanza. Después no se queda al margen, ni se marcha a Jericó, ni se encierra en su alegría de haber recuperado la vista, sino que se decide a seguir a Jesús; esto es lo decisivo del relato. En el evangelio de Marcos el camino que le lleva a Jerusalén le conducirá necesariamente hasta la muerte. La vista recuperada le hace ver un Dios nuevo, capaz de iluminar su corazón y seguir a Jesús hasta donde sea necesario. Vemos, pues, que un relato de milagro no queda solamente en eso, sino que se convierte en una narración que nos introduce en el momento más importante de la vida de Jesús: su pasión y muerte en Jerusalén.

sábado, 26 de octubre de 2024

LA HIGUERA SECA

 santo evangelio según san Lucas (12,54-59) 

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace.


Jesús reprocha a la gente que sepa interpretar qué tiempo va hacer pero anda muy lejos de comprender el signo por excelencia que es Él mismo. 

¿Por qué en el mundo hay tanto sufrimiento? ¿Por qué parece que Dios no actúa? ¿Es acaso que Dios se olvida de alguna de sus criaturas? Era la misma pregunta que se hacían los israelitas al ver las desgracias que sucedían; sin embargo, Jesús les invita a pensar más allá. 

Los sufrimientos de esta vida siempre van a existir independientemente de nosotros. El mayor dolor que quiere evitarnos Él es el sufrimiento eterno, por eso nos hace la invitación desde el fondo de su corazón: ¡Conviértanse! 

Vuelvan a mí que tanto los amo, porque los sufrimientos de esta vida no son ni siquiera comparables al gozo de la vida eterna. 

 Jesús es ese agricultor paciente que, aunque nuestra vida no esté dando quizás los frutos en abundancia como la higuera seca, espera y nos ayuda con sus regalos de la gracia para que podamos dar fruto. 

Ante la tristeza, el desaliento, la indignación, el pecado, Cristo confía en nosotros, aunque nosotros hayamos perdido nuestra confianza. Él nos llama a esa sincera conversión y a la vez nos da las herramientas para alcanzarla. Cada uno de nosotros tiene un potencial enorme para dar fruto: ¿por qué te resistes a dar lo que Dios pide de ti? ¿Por qué te resistes a ser la mejor versión de ti mismo? Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar, te enseña a que hagas cuanto puedes, y a que pidas lo que no puedes, según decía san Agustín.


 Si nuestro corazón no presta atención y cae en la cuenta que la presencia de Jesús entre nosotros conlleva practicar la justicia y la caridad, difícilmente podremos ser sus discípulos.

 Dios quiere que sus discípulos sepamos "discernir" más allá de las apariencias y vivamos reconciliados. Son las dos tareas más urgente que Jesús impone a todo el que quiera entrar en el Reino.
 En definitiva, el verdadero discípulo es el que mira la vida en profundidad y procura la paz a su alrededor. Es el que no se deja atrapar por el remolino de la falta de perdón y practica la misericordia y la reconciliación.




viernes, 25 de octubre de 2024

SEMANA XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO

SÁBADO
“ A ver si da fruto en adelante... ”


Lucas en este texto nos ayuda a reflexionar en la llamada de Jesús a nuestra propia conversión, no por mero capricho, sino porque nos ama y sabe que sólo en Dios está el camino de la verdadera felicidad. Jesús sigue hablando y preparando el Reino de Dios, pero para ello, necesita que las personas cambiemos, que seamos capaces de reorientar nuestra actitud y forma de vida, para crear un mundo mejor, más humano y más fraterno. No acabamos de tomar conciencia de que tenemos que sembrar la paz, el amor y la justicia porque esto es lo que Dios quiere de nosotros, pero el odio y los egoísmos no nos dejan ver la luz, y esto nos impide que cambiemos.

según san Lucas 13, 1-9. 
En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 
 Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. 

Los judíos creían que la desgracia de una persona era el castigo merecido por el pecado de esa persona o de sus antecesores.
O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». 
 Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. 
La parábola de la higuera nos habla de la piedad de Dios con todos.

 Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

Esa higuera en realidad somos nosotros. Nos decimos seguidores, pero nuestro fruto no llega nunca, queremos cambiar a los demás en lugar de cambiarnos nosotros. Jesús nos nutre cada día con su Palabra, su ejemplo de vida, pero nosotros preferimos seguir viviendo de espaldas a Él, cumplir con los preceptos antes que abrir nuestro corazón y, como el barro en manos del alfarero, dejarnos amasar.

Jesús nos da siempre otra oportunidad para que seamos capaces de salir de la rutina y ser una higuera fértil. Una higuera que da el fruto generoso del amor entre todos los hermanos, haciendo visible a Dios en la tierra, pero para ello, tenemos que estar dispuestos a cambiar y trabajar en nuestra propia conversión.

JUEVES

“ He venido a prender fuego en el mundo ”


Estas palabras de Jesús no pueden entenderse al pie de la letra sino en sentido simbólico. “He venido a traer fuego a la tierra”. ¿Acaso Jesús es un pirómano? “No he venido a traer la paz” ¿Acaso Jesús es violento? ¿Qué es eso de bautismo de sangre?

según san Lucas 12, 49-53 

El fuego del que habla Jesús no es material sino espiritual, es decir, el fuego del amor. Dios se le manifestó a Moisés en una “zarza que ardía y no se consumía”.

Ese fuego de la zarza arde en nuestros corazones si nos abrimos a la Palabra de Dios y procuramos llevarla a la práctica es el fuego del Espíritu Santo. 

Una viva imagen de un Dios que arde en llamaradas de vida, en llamaradas de amor. Y ojalá que este amor avanzase en el gran bosque del mundo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!

El bautismo de sangre alude al bautismo de la Cruz. Pero no es la sangre, ni la Cruz, ni el sufrimiento lo que nos redime, sino EL AMOR. 

 ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división.

No estoy para dar la paz”. Jesús ha venido a traer la paz, la verdadera paz, pero no las “paces” a cualquier precio. Cristo no puede pactar con un mundo injusto, egoísta, materialista, hedonista. Quiere la paz, fruto de la verdad, la justicia y el amor. 

Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

La muerte de Cristo en la Cruz es la carta más bella escrita por Dios sobre el amor: el más grande, más sublime, más escandaloso.


MIERCOLES

“ Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá ”



Jesús introduce la parábola del administrador fiel y prudente para explicar a los suyos que creer en el Verbo encarnado tiene consecuencias. No se puede creer en Jesucristo, segunda persona de la Santísima Trinidad, y que todo siga su curso.

según san Lucas 12,39-48

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». 

Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? 

Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. 

Nos lo grita San Pablo en la epístola a los romanos que se proclama hoy como primera lectura: somos criaturas nuevas una vez que hemos acogido con libertad el don del Espíritu Santo. Y esa criatura nueva necesita que el hombre viejo muera

En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. 

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. 

En el Evangelio, Jesús nos advierte de que ese tesoro que se nos ha concedido llevar en vasijas de barro nos obliga a comunicarlo, como una vela que enciende otras velas. Pobres los que no han recibido la buena noticia del reino de Dios, pero a ellos no se les puede imputar responsabilidad alguna. A ti, a quien se te ha anunciado, claro que sí.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


También nosotros, como los discípulos, somos administradores que debemos repartir a los demás todo lo que hemos recibido por la fe. Pero hay dos clases de administradores, los "avispados" que cumplen su función según las instrucciones que se le han dado, y los "necios" que administran para si.


MARTES

“ Tened encendidas las lámparas ”



según san Lucas 12, 35-38 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. 

Una espera empapada de serenidad, de gozo, de vitalidad. Porque Él ha ido a prepararnos un lugar, y cuando lo tenga preparado volverá para llevarnos con Él para que donde está Él estemos también nosotros (Jn 14, 2-4).

Vosotros estad como los hombres que aguardan,a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. 

Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. 

Lo hizo en la última cena. Pedro no lo comprendió. ¿El Señor a sus pies? Pero se vio obligado a permitir a Dios ser Dios. ¡Qué poco se parece el verdadero Dios, el Dios del Evangelio, a los dioses no tocados por la varita mágica de la revelación!

Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».


Mientras no llegue ese día, no podemos estar sentados como si esta vida fuese una sala de espera. La manera de esperar nuestro glorioso futuro es vivir intensamente el presente. En la confianza en quien nos ha amado hasta el extremo. Sin miedos ni obsesiones. Pendientes más de los demás que de nosotros mismos.

LUNES

“ Guardaos de toda clase de codicia ”

“ Así es el que atesora para sí ”




san Lucas 12, 13-21 

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús: «Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Este hombre acude a Jesús yeso denota el prestigio de que goza ante el pueblo.

Jesús no entra en ese terreno. su misión es otra.Su dedicación es el Reino de Dios.

Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». 

Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. 

Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Que equivocado esta la persona que vive de manera egoísta, a pesar de que su heredad ha producido fruto en abundancia. Lo que más pena produce es que, en su corazón, no hay lugar ni para Dios, ni para su prójimo.

 Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».


No debemos acumular riquezas de este mundo. Mejor es atesorar las cosas que nos vienen de Dios.

El trabajo en este mundo sólo encuentra su sentido más pleno en cuanto que sirve para prepararnos la vida definitiva y eterna.

Somos ricos ante Dios practicando las obras de Misericordias.

Al cielo tenemos que llevar la Fe, la Esperanza y la Caridad. 

DOMINGO


El texto de Marcos muestra bien a las claras las dificultades que tenían los discípulos para entender a Jesús. Seguían pensando en un Mesías político, buscaban carteras ministeriales, querían triunfar por el poder, el prestigio… se habían arrimado al carro del que pensaban que iba a ganar.

Evangelio según San Marcos 10, 35-45 


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».

 Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?».

 Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». 

 Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». 

Pensaban los discípulos que iban a conseguir la grandeza y el poder, como le piden los hijos del Zebedeo: estar a su derecha y a su izquierda, ser ministros o algo así. Incluso están dispuestos, decían, a dar la vida por ello; la copa y el martirio es uno de los símbolos de aceptar la suerte y el sufrimiento y lo que haga falta.

 Contestaron: «Podemos». 

Es verdad que en el AT la “copa” también puede ser una participación en la alegría

Podemos imaginar que los hijos del Zebedeo estaban pensando en una copa o bautismo de gloria, más que de sufrimiento.

 Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado». 

Sin embargo la gloria de Jesús era la cruz, y es allí donde no estarán los discípulos en Jerusalén. Lo dejarán abandonado, y será crucificado en medio de dos bandidos (fueron éstos lo que tendrían el privilegio de estar a la derecha y la izquierda)

 Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, llamándolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. 

El verdadero poder está en el amor y no en el lugar que debemos ocupar.

Lo más importante en su proyecto evangelizador, lo más importante para ser seguidor suyo. En el grupo de los apóstoles surge la ambición, el privilegio, el ansia de poder y les lleva a dividirse. Jesús como buen Maestro los reúne para hablar con ellos y aclarar qué significa estar con él.

No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. 

Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».

Estar a su lado no es dominar a los demás como hacen los políticos de turno, ni oprimir a los más débiles como sucede con los que ostentan el poder, ya sea político o religioso. 

Jesús es clarísimo: Nada de eso es posible siendo seguidor suyo. Jesús sólo quiere que seamos como él, servidores, hijos de Dios dispuestos a dar la vida por los hermanos: 



Seguir a Jesús requiere renunciar a muchas cosas. Entre ellas, el rechazo de la búsqueda del poder por el poder mismo y el egoísmo humano de vivir una vida centrada en uno mismo.

Como, los Zebedeos, también nosotros estamos llenos de defectos y de aspiraciones. Lo malo, no es tenerlas, sino la falta de conciencia de lo que supone seguir a Jesús: beber el trago amargo de su cáliz

jueves, 24 de octubre de 2024

HE VENIDO A PRENDER FUEGO AL MUNDO

 santo evangelio según san Lucas (12,49-53) 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!




Hay algo que se nos desencaja cuando escuchamos la proclamación de este Evangelio en la liturgia de hoy.

Se nos rompe el esquema edulcorado que nos hemos fabricado de Jesús como un predicador bien intencionado, alguien demasiado espiritual. A simple vista, no reconocemos a Jesús. A quien tenemos por manso y humilde, a quien presentamos pacificador y consuelo de nuestras aflicciones, lo encontramos en el Evangelio de la jornada a un punto del arrebato, predicando división y enfrentamiento.
 ¿Qué ha pasado? 
El que siembra fuego cosecha vida. Jesús era manso y humilde de corazón, pero su mansedumbre es la de un corazón apasionado. La pasión, el ardor, la entrega, la lucha porque reine el amor esa es la violencia de los pacíficos. Cuando Jesús enciende el fuego de su espíritu lo que inicia es una conversión. El fuego reconforta y es vida, pero la vida es riesgo y la brasa purifica.

Así es la aventura de la fe, si el fuego del Evangelio prende en nuestras casas, la dulce quietud del hogar se transforma en divisiones: "Dos contra tres, tres contra dos” La lucha está servida ¿reinará la pasión de la fe? ¿Hacia cuál te inclinas tu?




La pista del fuego nos inspira la exégesis. El fuego del Espíritu Santo prende en la interioridad del hombre e inflama su alma y, a partir de ese momento, no hay agua que lo pueda sofocar. Cuando esa llama espiritual prende en lo más profundo del ser humano, se desencadena una violenta reacción que sólo quien ha visto de cerca un pavoroso incendio forestal puede apreciar en lo que vale. 

Después del llamamiento a la vigilancia y a sacudirnos la modorra espiritual de los días precedentes, la Palabra nos invita hoy a luchar a brazo partido, a enfrentarnos sin pudor con todas aquellas ataduras mundanas -también el afecto, el reconocimiento, la sabiduría- que no nos dejan actuar como Dios quiere de nosotros. 

martes, 22 de octubre de 2024

MISTERIOS DOLOROSOS 3 MISTERIO

   

 Te ofrecemos María diario corona de amor y al ceñirla en tus sienes esperamos los bienes de tu bendición.


3  MISTERIO DOLOROSO     LA  CORONACIÓN DE ESPINA



«Los soldados del procurador trasladaron a Jesús al palacio, poco después toda la cohorte se congregó alrededor de él. Fue desnudado y le pusieron encima un manto color púrpura con una corona de espinas trenzada sobre su propia cabeza, con una caña en la mano derecha, mientras doblaba la rodilla. La gente se burlaba de él diciendo: «Salve, Rey de los judíos». 

Nuestro Señor fue condenado por afirmar que era el Rey de los judíos. 

Y, de hecho, Él es verdaderamente Rey, de los judíos y de todos los pueblos. 




Él es Rey, no por una unción externa sino interior. Es la unión de su naturaleza divina con su naturaleza humana lo que lo hace, como hombre, Rey de toda la creación. Siendo siempre Dios, aún hecho hombre, no puede no ser Rey.

NOSOTROS

Dios regala su propia corona de espinas a sus amigos. 

Un Rey que nació en la pobreza, y vive en las miserias de nuestros  corazónes.



 Tenemos un Rey que prefirió una corona de espinas, y guardar silencio mientras llevaba su amor hasta el extremo. Nuestro Rey murió en la cruz; nuestro Rey se llama Jesús."

 Oremos para que, los sinsabores y los sufrimientos, sean una ofrenda que, ante el Señor Eucaristía,

En cada misterio de dolor no olvides los sufrimientos de la humanidad. No hay esquina sin cruz, personas que no hayan sufrido decepciones o traiciones, proyectos coronados con las espinas de la mala suerte. Caídas y alzadas. No olvides que, en el horizonte, aguarda la cruz como semilla de Redención.

lunes, 21 de octubre de 2024

SAN JUAN PABLO II

¡NO TENGAIS MIEDO!

22 DE OCTUBRE DE  1978

En Roma, en la basílica de San Pedro, san Juan Pablo II, papa, que gobernó la Iglesia por veintisiete años, llevando su presencia misionera a todos los puntos de la tierra, alimentando la doctrina con abundantes y esclarecidos documentos, y convocando a todos los hombres de nuestra época a abrir sus puertas al Redentor. († 2005) 

 "No tengáis miedo" fueron las primeras palabras que Juan Pablo II lanzó al mundo entero desde la Plaza de San Pedro, cuando inauguró su pontificado, el 22 de octubre de 1978. Esas palabras recorrieron, como una melodía, todo su trabajo como Vicario de Cristo, hasta su muerte santa en el 2005.

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"No tengáis miedo a la verdad de vosotros mismos"; es decir, el Papa propuso superar el miedo "del hombre y de lo que ha creado": " ¡no tengáis miedo de vosotros mismos!".


Desde el inicio hasta el fin de su pontificado el Papa exhortó a confiar en el hombre, desde la humilde aceptación de su contingencia y de su pecado, dirigiendo la mirada al único horizonte de esperanza: Jesucristo.




Jesucristo es el vencedor del mal y del pecado, el Autor de una nueva creación y de una humanidad reconciliada por su Muerte y Resurrección.



¡No tengáis miedo a abrir de par en par las puertas a Cristo! Esta expresión es, posiblemente, uno de los gritos más esperanzadores y revolucionarios del mundo contemporáneo, que se debate entre la angustia y los miedos hacia los monstruos que él mismo ha creado: la guerra, la cultura de la muerte, la pérdida de la dignidad humana...



Reliquia de la Catedral de la Almudena.



 Carlos José Wojtyla nació en Wadowic, Polonia, el año 1920.
 Ordenado presbítero y realizados sus estudios de teología en Roma, regresó a su patria donde desempeñó diversas tareas pastorales y universitarias. Nombrado Obispo auxiliar de Cracovia, pasó a ser Arzobispo de esa sede en 1964; participó en el Concilio Vaticano II. 

 Elegido Papa el 16 de octubre de 1978, tomó el nombre de Juan Pablo II, se distinguió por su extraordinaria actividad apostólica, especialmente hacia las familias, los jóvenes y los enfermos, y realizó innumerables visitas pastorales en todo el mundo. 




Los frutos más significativos que ha dejado en herencia a la Iglesia son, entre otros, su riquísimo magisterio, la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica y los Códigos de Derecho Canónico para la Iglesia Latina y para las Iglesias Orientales. 




 Murió piadosamente en Roma, el 2 de abril del 2005, vigilia del Domingo II de Pascua, o de la Divina Misericordia. Fue beatificado el 1 de mayo de 2011 por Benedicto XVI y canonizado por Francisco el 27 de abril de 2014.

domingo, 20 de octubre de 2024

LOS HIJOS DE ZEBEDEO

  del santo evangelio según san Marcos (10,35-45) 


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.» Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?» Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»



¡Que previsible es la condición humana! Santiago y Juan, los hijos del Zebedeo, lo tienen claro: buscan ocupar un 'buen puesto' al lado de Jesús, y, a decir verdad no me sorprende demasiado pues en el fondo todo buscamos asegurar nuestra felicidad de algún modo. 

Más me sorprende que Santiago y Juan declaren con tanta rapidez que están dispuesto a compartir con Jesús el cáliz, la copa, que ha de beber. Así es la condición humana. 

En medio de los Doce, Santiago y Juan quieren destacar, sobresalir del resto y, esto que pudiera ocasionar malestar en el grupo,

 Jesús con su sabiduría, lo aprovecha para profetizar la muerte que Santiago padecerá por su fidelidad radical al Maestro y al Evangelio. 

 Y así, Jesús, de nuevo, vuelve a recordarnos que "el puesto de honor", el "ser el primero" a los ojos de Dios se mide en la entrega y el servicio. 

 Servir es uno de los verbos que debe practicar el buen discípulo. Servir no significa servilismo o renunciar a tu propia libertad, sino adentrarte en el horizonte de una total expropiación personal y de una entrega completa de nosotros mismos al Padre.

 Servir es lo que hacen nuestros hermanos misioneros invitando a todos al banquete de la vida. Recemos por nuestros misioneros y colaboremos con las misiones.



En el Evangelio los apóstoles le comentan a Jesús que están dispuestos a beber el mismo cáliz que Él… pero piden la merienda; sentarse uno a su izquierda y el otro a su derecha. 

Al igual que los apóstoles, nosotros debemos purificar las intenciones por la cual somos seguidores de Cristo. 

Todo nuestro obrar no puede ser para un simple ser bueno e ir al cielo sino que debe ser porque amamos a Cristo y a nuestros hermanos. 

 Hoy debemos hacer un eco a la principal razón por la cual hay misiones en el mundo: porque amamos a Dios y queremos que todos le conozcan; porque una misión evangelizadora sólo tiene como intención el amor y jamás una buena merienda. 

 Pidamos a Dios que todos nuestros esfuerzos, guiados y sustentados por su gracia, sean con la intención de amarle siempre, sin esperar privilegios en esta o en la otra vida, porque el mayor privilegio que podemos tener es amarle.

sábado, 19 de octubre de 2024

MONASTERIO DE SAN PEDRO DE ALCANTARA

San Pedro de Alcántara comenzó su vida eremítica en dos lugares cacereños: Santa Cruz de Paniagua, y Pedroso de Acim, donde en una pequeña vivienda construyó un monasterio, de tan reducidas dimensiones, que hoy día se conoce como el conventico.

CONVENTO DE EL PALANCAR

Es tan minúsculo que San Pedro de Alcántara tenía que dormir sentado. El Palancar está en Cáceres, y las 13 estancias que hay en sus 73 metros cuadrados son un monumento a la austeridad



Así, en 1557 Rodrigo de Chaves cede al santo la dehesa «que se dice del Berrocal a la Fuente del Palancar», en agradecimiento a los consejos dados por Fray Pedro, nacido en Alcántara. Una modesta casa sobresalía en el terreno.





Un minúsculo refugio de San Pedro de Alcántara. Minúsculas estancias que guardan estrecha relación con las palabras de San Pedro: “que en nuestros edificios resplandezca toda pobreza, aspereza y vileza” y que la “casa sea tosca y la madera no labrada a cepillo”.

Y, en ella, lo primero que se construyó fue la capilla para celebrar los oficios. Tan minúscula como el resto de lo que en la zona se conoce como el conventico, la estancia sólo tenía cabida para el sacerdote y el acólito que le ayudaba. 

Junto a la capilla, San Pedro se construyó su propia celda de la que Santa Teresa comenta que «paréceme fueron cuarenta años los que me dijo había dormido una sola hora y media entre noche y día (…) lo que dormía era sentado y la cabeza arrimada a un maderillo que tenía hincado en la pared. Echado, aunque quisiera, no podía, porque su celda como se sabe no era más larga de 4 pies y medio».

El convento de  El Palancar, que está en Pedroso de Acim (124 habitantes, entre Cáceres y Plasencia) se anunciaría como «el conventino». 


Aquí, la mayoría lo llama así, con ese diminutivo tan extendido en esta región fronteriza a la que fue a parar en el último tramo de su vida Juan de Sanabria, rebautizado como Pedro al ingresar en la orden Franciscana, a la que llegó con 16 años, tras abandonar sus estudios de Derecho en Salamanca. 

El religioso más repetido en el callejero de Extremadura, el que dicen que curó a una niña ciega de cuatro años en el cercano pueblo de Casas de Millán, hizo de la austeridad su bandera, llevó al extremo el sentido de la coherencia y quiso para sí mismo una celda -nombre mucho más propio que el de habitación para este espacio- en la que no se puede estar de pie. Ni tumbado. Sólo sentado. Sobre una piedra pulida, con un ventanuco de nada a la izquierda, un pequeño tronco delante, el techo abuhardillado frente a los ojos y una cruz de madera a los pies.




 En este monasterio todo es minúsculo, propio de Lilliput: celdas, refectorio, capilla, cocina y claustro. Propio de la filosofía austera que proclamaba san Pedro de Alcántara: “Que en vuestros edificios resplandezca toda pobreza, aspereza y vileza”.

Cruz donde se retiraba a rezar San Pedro de Alcántara, en las proximidades del convento El Palancar.



Como no le gustaban ni la España del momento ni la Orden franciscana de esos años, san Pedro de Alcántara aceptó el regalo del noble y se fue a vivir a la casa de El Palancar, llamada así por una fuente que hay al lado y que ahora no suelta una gota. 


El emperador Carlos V le ofreció ser su confesor en el extraordinario monasterio de Yuste, pero él prefirió llevar una vida de ermitaño junto a unos pocos frailes más. Se le unieron siete, que ocuparon un convento raquítico, oscuro, en el que hay una cocina que hoy sería de juguete, un comedor sin mesa que era también la sala para juntarse a rezar o charlar, y una capilla en la que si caben siete personas es porque son flacas y no tienen reparos en permanecer codo con codo, en sentido literal. 

Tan pequeño que todo él, con gruesos de las paredes, medido por la parte de fuera, tenía treinta y dos pies de largo y veintiocho de ancho.


Cuenta que a Pedro de Alcántara vino con su amigo Fray Miguel y construyeron dos habitaciones y una pequeña capilla. Al poco les siguieron un grupo reducido de hombres que como ellos, querían vivir al modo de San Francisco de Asís: pobreza, retiro, trabajo manual, oración y apostolado.

 Eso es todo lo que hay en El Palancar, donde la temperatura baja unos cuantos grados nada más cruzar la puerta. «Una de las veces que la visitó en Ávila -relata el guía-, Santa Teresa le preguntó a San Pedro que qué hacía para combatir el frío, y este le contestó lo siguiente: Muy fácil, yo entro en la habitación, abro la puerta, abro la ventana, me quito el manto y empiezo a tiritar fuertemente un rato, luego cierro la ventana, cierro la puerta, me pongo el manto y quedo en la gloria».

 


 Cuenta la anécdota y se comprende por qué «la incredulidad», según dice él, es la palabra que más repiten los turistas al final de la visita. «La gente -asegura- suele decir que es algo inédito, aprecian la paz que transmite este lugar». «La mayoría de los que vienen son creyentes, y alguno que no lo es, tras pasar por aquí se lo replantea», concluye fray José García. No se sabe si bromea. Quizás no. Él se despide, invita a volver, sonríe y cierra la puerta de un convento mínimo, o si se prefiere, un enorme monumento a la austeridad.

DEPENDENCIA DEL CONVENTILLO DEL PALACAR

Traspasadas las puertas del cenobio actual, un pasillo conduce a una puerta tan pequeña que los propios oficiales afirmaron que «no dejase las puertas tan estrechas y bajas que no podían caber alguna persona por ellas sino era bajándose y entrando de lado».

 La cocina se presenta como una minúscula estancia que da cabida a una chimenea típica extremeña.

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 Los religiosos ayunaban de forma diaria y sólo en fiestas muy importantes suprimían dicho ayuno. En el refectorio lugar donde ingerían su frugal comida, colocaban las escudillas en asientos de piedra y comían de rodillas.

 

La Capilla tiene 6,25m2 y 3,5m de altura. 

Esta capilla la adorna una decoración donada en 1962 por Magadalena Lerroux, esposa del escultor de Hervás (Cáceres) Enrique Pérez Comendador, donde se conmemora el IV centenario de la muerte del Santo. 
 En ella se alude, además, a Francisco de Borja y a Santa Teresa de Jesús, quienes tuvieron bastante relación con este convento. La decoración, en lugar de hacerla al fresco como estaba pensado en un principio, está hecha a base de mosaico de vidrio para evitar que la humedad lo deteriorase con el paso de los años.




Cabía en ella holgadamente el sacerdote que decía la misa y el acólito que le ayudaba; si otro alguno entraba ocupaba mucho.

Llama poderosamente la atención la amplia gama cromática que la compone en un espacio tan austero. En ella se aprecian alusiones al cielo, la tierra, al Espíritu Santo o a Cristo entre otros. Aprovechando los espacios que dejan las pechinas, se plasman en ellos algunos símbolos franciscanos tales como la Cruz de Jerusalén, las llagas, los brazos y un serafín. 




En el centro y como eje fundamental, una escultura de San Pedro de Alcántara, obra de Pérez Comendador, hecha de madera policromada. Es, como no podía ser de otra forma, muy austera. El Santo se encuentra con una actitud serena, calmada, un sencillo hábito, los ojos cerrados, con una simple cruz abrazada entre sus manos y los pies descalzos sobre un libro en el que se muestran sus instrumentos de penitencia. El 19 de octubre de 1954 fue bendecida y expuesta por el obispo de la diócesis de Coria-Cáceres don Manuel Llopis Ivorra.


Un auténtico lugar con historia.

 Celdas, la más pequeña de ellas la del santo. 
Ubicada en el hueco de la escalera, dormía acurrucado en cuclillas con la cabeza apoyada en un tronco de madera. 

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El fraile se había propuesto mortificarse con aquellas estrecheces para purificar su alma. Allí escribió su Tratado de la oración y meditación.

 Más un patio central de tres metros por tres. 

Celdas de los frailes




En el exterior, los bancales han dado paso a la huerta.

Fuera del Conventico, también así llamado, existe una fuente de aguas que algunos devotos consideran milagrosas y hermosas vistas de los valles del Jerte y el Alagón. 
Su rumor y el murmullo están presentes en un mundo de recogimiento y de silencio. Al igual que la higuera que plantó san Pedro, que hoy ha desaparecido, cuyos frutos, al parecer, curaban a los enfermos.



Un mundo de recogimiento y de silencio, interrumpido por el rumor de la fuente milagrosa y con vistas a las fértiles tierras del Jerte y el Alagón, que se esconden del mundanal ruido, para seguir en silencio. Así, bajo el cielo extremeño, con ilustre modestia y mayor sabiduría se ampara este singular cenobio, recogido en la estrechez de sus muros y en la amplitud de sus almas para formar un apacible lugar que conforma el convento más pequeño del mundo. Datos prácticos:

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En ella existe un escaño de madera de castaño procedente de Serradilla donado al convento por sus antiguos propietarios. Este escaño es un mueble típico de la zona que se utilizaba para guardar el ajuar de los dormitorios y servía también como cama para los huéspedes.

Refectorio y Sala Capitular

Es el lugar más amplio del convento. No existían mesas y los frailes hacían de este comedor un lugar de penitencia. 
Normalmente comían arrodillados, aunque en los días de fiesta comían sentados colocando las escudillas sobre sus rodillas. 
 Dos asientos corridos de tosca mampostería era todo el mobiliario. Era también la Sala Capitular y en ella los frailes se reunían periódicamente para organizar la vida conventual.




Adosada al refectorio se encuentra la despensa o trastero que se utilizaba para guardar el ajuar del comedor y la cocina, así como los escasos alimentos que existían en el convento.


El claustro, un patio con cuatro columnas de madera y un patio de luz, hay que entrar encogidos.



San Pedro de Alcántara fue amigo y consejero de santa Teresa de Jesús,


 Un hombre tan humilde que renunció a convertirse en confesor del monarca Carlos V en su retiro de Yuste, lo que le hubiera supuesto honores y prebendas cortesanas. Sin duda.

Interior de la capilla conventual







Aunque la entrada es gratis, los frailes agradecen los donativos. Destinados al mantenimiento del edificio y de la comunidad religiosa que vive en el Convento El Palancar.



CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCIÓN DE EL PALANCAR



A 3 kms. de Arenas, se llega siguiendo el cauce del río Avellaneda. A 250 m. antes de llegar, una cruz de piedra, señala, según la leyenda, la impronta dejada por la mano de San Pedro, tras un alto en el camino.
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En el siglo XVIII, con la ayuda de Carlos III y sobre planos de Ventura Rodríguez, se levanta el complejo alcantarino que ha llegado hasta nuestros días.


Pero el Convento del Palancar es un Convento dentro de otro Convento.









 Así los frailes, siglos después, ante la gran afluencia de peregrinos y el reconocimiento institucional que de la figura y obra de Fray Pedro de Alcántara hacía la iglesia al ser beatificado por el papa Gregorio XV en 1622 y canonizado por Clemente IX en 1669.


Tanto la iglesia con el Claustro y los espacios intermedios son de una robustez excesiva.


La iglesia Nueva
Es una nave de un solo cuerpo rematado con bóveda de cañón. Es grande aunque muy sencilla en forma y decoración.

Las obras, que comenzaron el 13 de octubre de 1702, no se terminaron hasta el 3 de octubre de 1710, día en el que, según consta en el frontispicio de la puerta principal, se inauguró el templo de manos del padre Pedro de Burguillos, predicador y a su vez guardián del convento. 

También se bendijo la nueva iglesia, quedando consagrada a la Purísima Concepción de la Virgen María, celebrándose al día siguiente, fiesta de San Francisco de Asis, la primera misa. 

Se aprovechó la ocasión para trasladar el Santísimo desde la vieja a la nueva iglesia y se cantó misa por primera vez. 




 Tenía un bello retablo barroco sin dorar, pero con la confiscación del convento y la segunda expulsión de los frailes por orden del Gobierno en 1835, fue trasladado a la Parroquia de Santa Marina, en Pedroso de Acim, donde actualmente se puede admirar.

 A este retablo pertenecía la imagen de San Francisco de Asis que se puede ver a la derecha del Crucificado. 
 Se trata de un edificio de planta de cruz latina cubierto por una bóveda de lunetos y ladrillos. 

Destaca el Crucificado del siglo XVII procedente del Convento de San Buenaventura de Sevilla. Tiene, además, dos capillas: una dedicada a San Pedro de Alcántara y otra a San Antonio de Padua. 




Las imágenes de la Purísima Concepción y de San Antonio de Padua son modernas.


La paredes están a piedra vista, y en el techo podemos observar las geométricas formas de los ladrillos cerrando la estructura.







El claustro nuevo 
es otra joya que por sí sola merecería una visita a este lugar. Sus arcos cierran un espacio bellamente decorado.




 Las plantas abundan llevando tonalidades verdes entre los colores de la piedra, el ladrillo y la cal. Una estela romana junto con otros restos y utensilios se exponen en este improvisado museo.
Una fuente cuadrada en el centro pone el colofón a este entorno.





En 1972 fue declarado Monumento histórico-artístico nacional.



 



El convento-santuario alberga varios museos: Sacristía, Sala Alcantarina, Claustros, museo franciscano de Arte Sacro.
 



La fe en el poder taumatúrgico del Santo ha sido tal que desde su construcción el santuario ha sido centro de peregrinación tanto de los nobles como de la gente sencilla; el 19 de octubre, acuden hombres, mujeres y niños, tanto de Arenas como de los pueblos cercanos sin olvidar a muchos que se desplazan desde La Vera y, sobre todo, de la campana de Oropesa, donde también residió el santo; lo hacen para cantar lo loores del Santo y sacar su estatua en procesión por el campillo. 




Arcos de la fachada norte enclaustrada entre la iglesia y el convento construidos ambos a lo largo del siglo XVIII.


Remanso de paz que se respira en este rincón


Hoy como ayer, la gente conoce sus milagros y acude, cada día, a invocar su ayuda en las necesidades.

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Después, para conocer mejor la vida del Santo, muchos peregrinos visitan el Museo Alcantarino en el que se guardan una serie de documentos de muy diverso carácter relacionados con la vida y la época en la que vivió San Pedro de Alcántara.