YA ES SEMANA SANTA

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domingo, 31 de marzo de 2024

FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN

 


Aleluya, hermanos! ¡Feliz Pascua de Resurrección!

 Hemos disfrutado,  de la Pasión , y hemos visto que el Señor sigue vivo. 


 Hoy, en este día de Pascua, ya no existe aquella oscuridad definitiva que se cernía sobre la humanidad.

Hoy, en este día de Pascua, los cristianos, recordamos el paso del Señor con sabor a triunfo sobre la muerte, la injusticia o el absurdo.

 Hoy, en este día de Pascua, rejuvenecemos al profesar que Dios es nuestro Padre, que Cristo es su Hijo y que, el Espíritu, nos hace renovar nuestra vida cristiana por el Bautismo.

 --Hoy, en este día de Pascua, nos sentimos liberados de muchos pesos. El dolor, la angustia, la enfermedad…la cruz de cada día, darán lugar a un alba feliz y esplendoroso. Coloquemos, delante del espejo de  los rostros de toda la humanidad sufriente. 

El Señor, con su Resurrección, ha traído suficiente redención para transformar todo eso en gozo, eternidad y alegría.

 ¡Feliz Pascua de Resurrección, hermanos! 


El VIVE Y YO VIVO CON El. 

sábado, 30 de marzo de 2024

TIEMPO DE PASCUA

TIEMPO DE PASCUA

Periodo deñ Año Liturgico.



                                       

                        
Tiempo que comienza con el feliz acontecimiento de la RESURRCCIÓN DE JESÚS.

                              
      ¡¡HA RESUCITADO!!
                                                     ¡¡¡ ALELUYA!!!




Comienza el Domingo de RESURRECCIÓN -Vigilia Pascual-



 y termina el Domingo de PENTECOSTÉS.



Durante este tiempo permanece encendido el Cirio Pascual



El color del Tiempo Pascual es el BLANCO.

  Durante este tiempo Jesús se aparece a sus amigos -los apóstoles- los anima en su tristeza y siempre deseandoles



¡ PAZ A VOSOTROS!
Antes de su Ascensión al cielo hace un encargo a los apóstoles: "ID POR TODO EL MUNDO ANUNCIANDO LA BUENA NOTICIA.
   El día de Pentecostés, Dios y Jesús enviaron al ESPIRITU SANTO para ayudarnos a anunciar a todos el mensaje de SALVACIÓN DE JESÚS.


Así nace la IGLESIA para que los amigos de Jesús continuen en comunidad, como vivió Jesús con sus amigos.





            

VIGILIA PASCUAL 2024

 VIGILIA PASCUAL



El Padre no quiere la muerte de Jesús, como no quiere la de ninguno de nosotros. El Padre apuesta siempre por la vida y nos libera de las ataduras de la muerte. 

 Por eso, la liturgia de la Vigilia Pascual que celebramos esta noche está llena de símbolos de vida: la luz, la Palabra de Dios que hace surgir la vida y la conserva con amor y con sentido, el revuelo de las campanas acompañado el canto del gloria, el agua que limpia, refresca y regenera por doquier, la celebración eucarística que es encuentro y comida gozosa con el Resucitado, todo nos introduce en el misterio de Dios, el amigo de la vida.

“ ¿Buscáis a Jesús? No está aquí. Ha resucitado ”



Primera lectura Lectura del libro del Génesis 1, 1 - 2, 2

Lectura del Génesis 22, 1-18

Segunda lectura Lectura del libro del Éxodo 14, 15 - 15, 1

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-11


Evangelio según san Marcos 16, 1-7 

La Iglesia celebra con júbilo la fiesta principal: el triunfo de su Cabeza, Cristo Jesús. La Resurrección de Jesucristo es un hecho del que no podemos dudar.

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús.

 Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. 

Y se decían unas a otras: – «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?» 

Pero muy pronto María Magdalena y la madre del Apóstol Santiago, recibían un testimonio indudable, comprobado después con muchas apariciones, realizadas de tal modo que excluyen del todo la sospecha de alucinaciones: «No os asustéis. Estáis buscando a Jesús de Nazaret, el crucificado. Ha resucitado; no está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron»

mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. 

Y se asustaron. Él les dijo: – «No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? 

No está aquí. Ha resucitado. Mirad el sitio donde lo pusieron. 

Además del gozo por el hecho de la Resurrección de Cristo, este acontecimiento nos trae la alegría de contar con una respuesta, jubilosa y clara, a los interrogantes del hombre: ¿qué nos espera al final de la vida?; ¿qué sentido tiene el sufrimiento en la tierra?

Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo.»

No podemos dudar de que, después de la muerte, nos espera una vida nueva, que será eterna



San Pablo lo afirma con gran convencimiento: «Si hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con Él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir.

SÁBADO SANTO



El Sábado Santo es el nombre que algunas denominaciones cristianas dan al sábado de la semana del primer plenilunio de primavera.

 Es el tercer día del Triduo Pascual, que concluye con las primeras Vísperas del Domingo de Resurrección culminando así para los cristianos la Semana Santa.

Tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la Cruz, se espera el momento de la Resurrección.
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Es la conmemoración de Jesús en el sepulcro y su Descenso al Abismo. Una vez ha anochecido, tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual.


Es un día de luto, pues se trata de un día de silencio, no hay celebración eucarística. En la Iglesia católica también se conmemora la Soledad de María después de llevar al sepulcro a Cristo, quedando en compañía del Apóstol Juan.


. Hoy la Iglesia se abstiene absolutamente del sacrificio de la Misa, al igual que el Viernes Santo. La Sagrada Comunión puede darse solamente como viático.

No se conceda celebrar el Matrimonio, ni administrar otros sacramentos, a excepción de la Penitencia y la Unción de los Enfermos.


 Hasta la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por el papa Pío XII (encargada en 1955 a Monseñor Annibal Bugnini) se llamaba a este día Sábado de Gloria, pues la celebración de la Resurrección (la Vigilia Pascual) tenía lugar ya en la mañana del sábado, debido a la norma del ayuno preparatorio a la Comunión sacramental desde la medianoche precedente.
 Considerando que el Viernes Santo ya había sido día de ayuno, era excesivo prolongarlo un día más casi completo.
En 1951 Pío XII permitió, mediante el decreto “Dominicae Resurrectionis” de 9 de febrero (Vid. AAS 43 (1951), pp. 128-129), que la vigilia se realizase de noche, lo que fue obligatorio tras el decreto “Maxima Redemptionis” de 16 de noviembre de 1955 (Vid. AAS 47 (1955), pp. 838-841)

 Desde entonces dicha Vigilia se celebra más razonablemente en horas de la noche, el Sábado Santo queda para los católicos más como un día de espera, expectante por la gran celebración que tendrá lugar unas horas más tarde. Esto se vio facilitado también por la reforma al ayuno preparatorio a tres horas antes de comulgar.

 El Concilio Vaticano II actualmente tiene fijado el ayuno en una hora antes de la comunión.


viernes, 29 de marzo de 2024

VIERNES DE DOLORES EN SIRUELA

El rey del cielo mi buen Jesús......por mis pecados esta en la cruz
por mis pecados muere mi Dios.... perdón Dios mio...perdón, piedad


Llora la Virgen........Madre de Amor



por que yo ofendo a su hijo Dios.....ay Madre mia





 
no mas pecar.....cesen tus lagtimas

`perdon, perdón, piedad.










MONUMENTOS EUCARÍSTICOS

 Tras la celebración de la Misa de la Cena del Señor, en Jueves Santo, tradicionalmente se reserva la Eucaristía en un lugar especial del templo. 





Mi parroquia, Siruela




Se llama monumento de Semana Santa a la capilla o altar donde se reserva la hostia consagrada, desde el Jueves al Viernes Santo




 La tradición pudo tener origen de la antigua disciplina eclesiástica según la cual muchos días y en especial los viernes, no se consagraba y entonces se solían reservar en un lugar a propósito hostias consagradas en los días anteriores, ya para Viático de los enfermos, ya para comulgar el sacerdote en dichos días. 

Convento de las RR Clarisas



Por esto el Jueves consagra el celebrante dos hostias de las cuales consume una y otra se lleva en procesión solemne y se reserva en el Monumento hasta el día siguiente Viernes en el que no se consagra y por cuya razón se llama aquella misa, de Presantificados, es decir, de objetos santificados anteriormente.


 Además, la ceremonia de depositar el Cuerpo del Señor con la solemnidad que ahora se practica sirve para mover a los fieles a considerar las angustias y trabajos que padeció del Jueves al Viernes. 

Simboliza también el tiempo que Jesucristo estuvo en oración en Getsemaní, que fue tomado preso, llevado ante diferentes tribunales (Visita a las 7 iglesias) etc.


No hay memoria de que en la Iglesia goda se hiciesen Monumentos como ahora. Antes bien algunos habían introducido la costumbre de tener las iglesias cerradas todo el Viernes Santo, como que para este día no había oficios especiales por cuyo motivo mandó el IV Concilio de Toledo que lo ocupasen los obispos y curas en predicar la Pasión del Señor y en disponer a los fieles para la Comunión pascual. 

 El llamado Monumento por antonomasia, que damos al sepulcro del Señor, se dispone ahora de antemano en una capilla lateral del templo o en una capilla ubicada fuera del templo pero cercana a este, sin que pueda entonces celebrarse en él la misa del Jueves, ni la solemne liturgia del Viernes, ni tampoco el Oficio de tinieblas. 

Debe tener un altar sobre el cual se ha dispuesto sagrario vacío, que reciba en su interior los copones con las formas consagradas en la Misa en la Cena del Señor. 

Mi parroquia virtual, Capilla San Fermín de Pamplona





Si el sagrario habitual está ubicado en una capilla lateral fuera del presbiterio, puede usarse ese mismo sagrario para monumento con tal que al inicio de la Misa de la Cena del Señor esté vacío y abierto, y que reciba las hostias que han sido consagradas exclusivamente en la Misa del Jueves Santo. 

 Puede adornarse el Monumento con todo el aparato festivo, colgaduras , frontal blanco , flores y un competente número de velas blancas las cuales no pueden ser menos de doce, según lo dispuesto por Benedicto XIV.


Los Monumentos antes lo que he rezado  este Jueves Santo.

jueves, 28 de marzo de 2024

SEMANA SANTA JUEVES SANTO Y VIERNES SANTO ,

  VIERNES SANTO

Lectura de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 18, 1 — 19, 42

“ Está cumplido ”


En Viernes Santo celebramos la Pasión de Cristo, con una liturgia austera; no de luto, sino de llanto esperanzado. Con celebración o sin ella, hoy podemos meditar la Pasión del Señor, orar el dolor de la humanidad; adorar la cruz propia o de los más cercanos, y la comunión con Jesús. 


En uno de los muchos viernes santos en los que Fray Luis de Granada predicó este evangelio, subió al púlpito y comenzó con estas palabras: "Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan".Y no pudo decir más. Una emoción incontenible se apoderó de él; sintió que la voz se le cortaba, estalló en sollozos... y con el rostro bañado en lágrimas se bajó del púlpito sin decir una palabra más. Este testimonio de fe nos dice que estamos implicados en la Cruz de Cristo, que no es un mero dato de la historia, consignado en los evangelios, sino algo que nos concierne a todos y por ello tiene una profunda actualidad.

Su cruz es nuestra cruz, su crucifixión es nuestra crucifixión. ¿Y la cruz de los demás?. Hoy podemos ver por televisión todas las miserias del mundo, pero sin compadecernos. El torrente de informaciones sobre la miseria nos ha endurecido y cerrado internamente, sin meternos en la piel del otro. Sólo se busca la propia felicidad. Pero ésta es inalcanzable cuando uno se obliga a pasar de largo frente al dolor



. Evocando la experiencia de Fr. Luis nos preguntamos: ¿Qué alcance tiene saber que Jesúsmurió por mi, a causa mía, para mi salvación?. ¿Cómo me sitúo ante la Pasión de Jesús, en los crucificados de hoy?


JUEVES SANTO

“Señor Dios nuestro, nos has convocado esta tarde para celebrar aquella misma memorable Cena en que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el banquete de su amor, el sacrificio nuevo de la alianza eterna; te pedimos que la celebración de estos santos misterios, nos lleve a alcanzar plenitud de amor y de vida. Por Jesucristo nuestro Señor”.

“ Los amó hasta el extremo ”






según san Juan 13, 1-15 

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

En el Evangelio de hoy nos encontramos con el lavatorio de los pies. En el inicio, el evangelista, nos resalta que “los amó hasta el extremo”. Nos pone delante de lo que da sentido a todo lo que esta por venir. Su amor lo lleva a vivir su entrega total, sin reserva, amor que da la vida, amor que se hace perdón, amor que salva. San Pablo tiene plena convicción y llega a confesar: “me amó y se entregó por mí”.

 Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.

El Señor no tiene inconveniente en rebajarse para lavarnos los pies y hacernos hermanos suyos. Lavar los pies se consideraba un servicio de esclavos. Es bueno que sepamos esto, para que podamos llegar a comprender el grado de humildad de Ntro. Señor Jesucristo.

 Llegó a Simón Pedro, y este le dice: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le replicó: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dice: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Simón Pedro le dice: «Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».

 Jesús le dice: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. 

De ahí que nos resulte más entendible la reacción de resistencia mostrada por Pedro a que Jesús le lave los pies. Lo extraño y lo admirable es que Jesús, siendo el Señor y plenamente consciente de su dignidad, haga este servicio. La respuesta de Jesús indica que su gesto esconde un gran misterio.

También vosotros estáis limpios, aunque no todos». Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».

Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. 

En él revela todo el sentido de su vida. Jesús vino al mundo a servir y no a ser servido. “Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”. En definitiva nos invita a aprender de Él. Su gran humildad y la importancia de servir al otro. A la luz de la resurrección comprenderán los discípulos que el servicio de Jesús consiste no sólo en lavarles los pies, sino en lavar con su sangre los pecados del mundo.

Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».


En la Eucaristía que celebraremos esta tarde, somos nosotros los que hemos sido sentados a la mesa del altar en este cenáculo para actualizar la última cena del Señor. Debemos poner especial interés en que no quede sólo en unos ritos externos y en la repetición de ciertas fórmulas litúrgicas. Lo que sucederá en nosotros esta tarde es que Jesús se ha reunido con nosotros y nos habla con sus palabras, con sus gestos lo mismo que al grupo de discípulos en el cenáculo de Jerusalén

JUEVES SANTO

Los cristianos, en este día, recordamos y celebramos LA ÚLTIMA CENA DE JESÚS


Ya en el año 380 los cristianos celebraban "la memoria de la Institución de la Eucaristía" el Jueves Santo hacia la hora nona.
En la iglesia católica y en muchas protestantes, la Eucaristía se celebra en una liturgia  vespertina.


El Jueves Santo es un acontecimiento, Jesús se reune con los Apóstoles para celebrar la Pascua judía, quiere estar con sus amigos más queridos, quiere beber el vino con ellos antes de tener sed en la Cruz,



quiere sentarse a la mesa con ellos antes de que su cuerpo sienta el frío del sepulcro. También piensa en nosotros y personalmente lava los pies a los Apóstoles para darnos un gran ejemplo de servicio.



Este día también es un símbolo, Jesús en medio de la cena instituye la Eucaristía: Su Cuerpo y Su Sangre convertido en Pan y Vino




"HACED ESTO EN MEMORIA MÍA".

y además nos deja un mensaje importante.



" AMAOS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO"



  El lugar elegido, el Cenáculo, en la parte alta de Jerusalén, algunos de los Apóstoles prepararon la mesa sin faltar ninguno de los ritos judío.

Cenáculo
 Grandes acontecimientos para no olvidar nunca.
Para los sinópticos, la Última Cena tuvo lugar el jueves , 14 de Nisan y Jesús murió el viernes 15.
Para Juan fue el 13 y la muerte el 14.



Pero, según los últimos trabajos que se han realizado, el banquete de Pascua ocurrió la tarde del jueves 6 de abril y, la muerte el 7 del año 30 d. C., fecha legal de la Pascua Judía.

La Pascua Judía en los tiempos de Jesús

miércoles, 27 de marzo de 2024

CITA DEL EVANGELIO

Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar». Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?». Él respondió: «El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. 


Se nos invita a ahondar en la traición de Judas, comienza su pasión con un hecho muy doloroso, con la traición de uno de los suyos, con la infidelidad y deslealtad de uno de sus amigos, con la falsedad de uno del grupo de sus íntimos, con la traición de un discípulo. Cuando el Señor anticipa lo que pronto va a pasar: “uno de vosotros me va a entregar”, nos cuenta el pasaje que los discípulos se entristecieron y se pusieron a preguntarle uno tras otro: “¿Soy yo acaso, Señor?”

Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?». Él respondió: «Tú lo has dicho».


Que menos que traer a nuestra oración esta pregunta, detenernos en nuestra oración en nuestras caídas, cuando sucumbimos al pecado, cuando ofendemos al Señor y nos alejamos de Él, cuando se apodera de nosotros la tristeza por nuestras faltas de amor y entrega. Pero no debemos quedarnos ahondando solo en nuestra caída, tenemos que dejarnos levantar y reiniciar de nuevo nuestro seguimiento, no quedarnos hundidos en la miseria, sí, llorar nuestros pecados, entregárselos a quien puede sanarnos con su gracia, permitirle que nos cure y experimentar su perdón.

martes, 26 de marzo de 2024

LUNES ,MARTES Y MIERCOLES DE LA S, SANTA

MIERCOLES

“ ¿Soy yo acaso, Maestro? ”


según san Mateo 26, 14-25 

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?». 

Judas ni siquiera pone precio. El precio lo ponen los compradores. Jesús en el mercado vale muy poco. Y sin embargo nosotros para él valemos mucho. “No nos ha comprado con oro ni plata sino con su preciosa sangre”. (I Pedro 1,19)

Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. 

El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?». 

Él contestó: «Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». 

Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. 

Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar». 

A pesar de ir en contra de “su grupo” lo pusieron. Es cierto que el “colegio apostólico” quedó manchado con ese pecado de traición, pero no quisieron ocultarlo ni taparlo. Que sirva de ejemplo para las comunidades cristianas posteriores. Una lección que nos está dando el Papa Francisco todos los días. Dentro de la Iglesia hay traidores que venden a Jesús a precio de dinero, de poder o de búsqueda de privilegios o dignidades.

Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?». 

Él respondió: «El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. 

El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!».

Dios nos ha hecho libres y sabía bien a qué se arriesgaba. Y, sin embargo, prefirió ir a la cruz, antes de cercenar nuestra libertad. Si tanto valora Dios nuestra libertad que nos deja libres para hacer el mal, ¿hemos pensado en la alegría que podemos dar a Dios haciendo el bien libremente, 

Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?». Él respondió: «Tú lo has dicho».


Este miércoles santo quiero pensar en la traición de Judas. Y me horroriza lo que dice el evangelio: “Uno de los doce”. Uno que había comido y bebido contigo tantas veces. Uno que había escuchado de tus labios las palabras más dulces, más bondadosas, más misericordiosas. Y ahora te vende y te traiciona tan mezquinamente. Me pongo a temblar al pensar que también yo, a pesar de ser discípulo tuyo toda la vida, puedo acabar mal. ¡No lo permitas, Señor!

MARTES SANTO

“ Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ”



san Juan 13, 21-33. 36-38 

En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo: «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar». 

Es impresionante la reacción de Jesús ante la traición de un discípulo: “Se turbó”. Y no es para menos. Jesús tuvo con Judas gestos de especial cercanía. Le ha lavado los pies como a los demás y se los ha secado. En la cena le ha dado el bocado “untado en salsa”, signo de una amistad íntima.

Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. 

Si el nombre para un judío expresa la esencia de la persona, el verdadero nombre de este discípulo ya no puede ser Juan sino “el discípulo que Jesús tanto quería”. Eso es lo verdaderamente importante que ha ocurrido en su vida

Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: «Señor, ¿quién es?». 

Desde ahora se llamará “el discípulo amado”. Nos preguntamos, ¿se puede subsanar una traición? Sí, a base de amor. Y el amor desbordante de este discípulo va a compensar con creces la ingratitud del “traidor”

Le contestó Jesús: «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado». Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. 

Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». 

Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.

 Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. 

Cuando salió, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. 

Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”». 

Lo importante es lo que todavía podemos ser. Me emocionan estas palabras de Jesús: “Hijos míos qué poco me queda de estar con vosotros”. Nunca ha llamado a los discípulos hijos. Y el evangelista que ha sido testigo ocular, dice “hijitos”

Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿adónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde». 

Como la triple negación de Pedro va a quedar enterrada y olvidada por la triple profesión de fe. Para Jesús poco importa lo que hayamos sido.

Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti». 

Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».



Señor, acabo de leer el evangelio que va a ser objeto de mi oración hoy. Hay cosas tan tiernas, tan hermosas y, al mismo tiempo, tan duras, tan dolorosas, que necesito que me envíes el Espíritu Santo para que me ilumine y esto que leo, pura letra, se convierta en mí en experiencia de vida. No quiero hacer del amor una bonita teoría. Quiero hacer de mi amor el fundamento de mi vida.

 LUNES SANTO

“ María, unge los pies de Jesús ”





según san Juan 12, 1-11 

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. 

María unge los pies de Jesús y los seca con sus cabellos, porque cree que es lo que debe hacer. Es una acción tintada de espléndida magnanimidad: lo hizo «tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro» (Jn 12,3). 

Es un acto de amor y, como todo acto de amor, difícil de entender por aquellos que no lo comparten. Creo que, a partir de aquel momento, María entendió lo que siglos más tarde escribiría san Agustín: «Quizá en esta tierra los pies del Señor todavía están necesitados.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. 

La protesta de Judas no tiene ninguna utilidad, sólo le lleva a la traición. La acción de María la lleva a amar más a su Señor y, como consecuencia, a amar más a los “pies” de Cristo que hay en este mundo.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?». 

Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. 

Nuevamente, a propósito de otro hecho, se repite la reflexión: no es cierto que, como suponemos, si hubiésemos conocido a Jesús habríamos cambiado de vida.

Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis». 

Y no lo hacemos hoy sólo porque no hemos sido tan privilegiados como quienes lo vieron y convivieron con Él en Palestina hace veinte siglos. En este texto se demuestra que hubo muchas personas a quienes, más a Jesús, les interesaba encontrar pruebas para acusarlo, porque les daba vueltas sus esquemas en los que intentaban atrapar a Dios por medio de mandatos injustificados y ritos hipócritas. “…fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro”

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. 

Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.


Esto nos lleva a preguntar: nuestros esfuerzos por ser cristianos, ¿son por seguir a Jesús o hay de fondo otros beneficios que se buscan con ello? 
¿Cuál es el perfume que tenemos nosotros, el que con tantos esfuerzos hemos conseguido, el que nos ha costado sudor y sangre conseguirlo y que Cristo está deseoso de que lo derramemos en sus pies?