Es un edificio religioso construido entre 1250 y 1312. La buena situación económica de la villa se tradujo en las continuas reformas que se realizaron en el templo, así como en el encargo de numerosos objetos artísticos, aún atesorados en su interior.
Fue declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1931.
La iglesia de Santa María se levanta majestuosa en la calle Mayor de Viana, ciudad de 3.500 habitantes en la frontera con La Rioja.
Elevada sobre un cerro para la defensa frente a Castilla, es la última localidad del Camino de Santiago a su paso por Navarra.
El templo fue construido entre 1250 y 1312 en estilo gótico y completado entre los siglos XVI y XVIII. Su robustez y su situación estratégica en el centro de la colina, la convirtieron en baluarte defensivo hasta el siglo XIX.
Se trata de una iglesia gótica de tres naves de cuatro tramos, con capillas entre contrafuertes, triforio y cabecera poligonal, cubierta por bóvedas de crucería. A los pies se encuentra una portada del siglo XIV, de tres arquivoltas, presidida por la Virgen con el niño, que son adorados por dos ángeles.
La portada meridional, lugar de enterramiento de César Borgia, es todo un derroche de ornamentación característica del manierismo y concentra el máximo interés del templo en su apariencia externa.
En el exterior se distingue la parte gótica en los muros de sillar y en una sencilla portada del siglo XIV, de tres arquivoltas, presidida por la Virgen con el Niño, adorados por dos ángeles.
La portada más impresionante es la del lado de la Epístola, de estilo renacentista.
Juan de Goyaz proyectó en la portada de Santa María de Viana una estructura arquitectónica vanguardista, formada por un gran nichal central, organizado en dos cuerpos o niveles de altura, y cubierto por bóveda de cuarto de esfera casetonada, que completa su desarrollo vertical con calles laterales de diferente amplitud, quedando rematada en la parte superior por un frontón triangular.
La exedra que cubre la hornacina, decorada con casetones decrecientes con relieves de ángeles, está ocupada en su parte central por la representación de la Asunción de la Virgen María a la Gloria acompañada por ángeles y su coronación como reina de los cielos, ante la presencia del busto de Dios Padre, dispuesto sobre ella.
En la bóveda de cuarto de esfera que remata el cuerpo central de la portada, recubierta de casetones que inscriben figuras de angelitos y querubines, encontramos la representación en un mismo grupo de la Asunción y la Coronación de la Virgen. Así, en el eje ascensional de la Sagrada Familia, el Calvario y el Santo Entierro, se coloca la imagen de Nuestra Señora, subida a los cielos por las figuras de varios ángeles, con los pies sobre la media luna, apoyada en una gloria de nubes, marcando de esta forma el hecho de que la Virgen no ascendió a los cielos por sus propios medios, sino que fue llevada por ángeles.
La imagen viste túnica de pliegues en uve, con la rodilla flexionada, las manos unidas sobre el pecho en actitud orante y la cabeza inclinada hacía abajo en señal de humildad. Se trata de una iconografía que dará paso a la de la Inmaculada Concepción, con la que se confunde ya en sus formas de representación. En esta imagen vemos cómo al mismo tiempo de su asunción se produce ya su coronación, con dos ángeles que le colocan una corona real, mientras que en la parte superior vemos la figura del Padre Eterno, en actitud de bendecir con la mano derecha y con el orbe en la izquierda, rodeado también e una gloria de nubes y ángeles.Construida en el siglo XVI, está estructurada como si fuese un gran retablo de piedra, ya que combina arquitectura y escultura.
En el primer cuerpo de la fachada se dispusieron escenas de la Infancia y Pasión de Cristo, a saber: los relieves de la Oración en el Huerto, la Anunciación, la Virgen con el Niño acompañados de San José, San Juanito y ángeles en sacra conversación, la Natividad de Jesús (figura 2) y la Caída de Cristo camino del Gólgota.
Tiene forma de hornacina y fue modelo para otros templos renacentistas y barrocos.
Oración en el Huerto
Camino del Calvario
Nacimiento de Cristo
Sobre este primer cuerpo se colocó en el interior de la hornacina un completo Calvario, presidido por Cristo en la cruz, flanqueado al buen y mal ladrón y acompañado de María y San Juan, junto a Longinos, la Magdalena y soldados romanos a caballo, al que se superpone en la parte inferior del nicho el grupo del Santo Entierro.
Fíjese en su iconografía: podrá reconocer pasajes de los trabajos de Hércules, escenas de la vida de Cristo, la Asunción-Coronación, una imagen sedente de María y personajes del Antiguo Testamento.
En el siglo XVI se levantó la torre y en los siglos XVII y XVIII se añadió la girola, se construyeron la sala capitular, la sacristía y la capilla de San Juan Ramo.
Interior
El interior de Santa María es de carácter catedralicio.
Tiene tres naves de anchura desigual, con cuatro tramos, capillas laterales y un coro alto a los pies.
El estilo gótico se aprecia perfectamente en los muros y bóvedas de las naves y en la triple cabecera.
El templo dispone también de un triforio o galería que le permitirá recorrer la iglesia a través de un pasillo formado por elegantes tracerías.
Se conservan varios retablos de los siglos XVII y XVIII, incluido el mayor, dedicado a María y considerado uno de los mejores del barroco navarro.
En los siglos XVII y XVIII se añadió la girola y se construyen la sala capitular, la sacristía y la capilla de San Juan del Ramo.
En la Sala Capitular se guarda un bello crucificado hispano-flamenco.
En la capilla de San Juan del Ramo se exhiben obras de Luis Paret, pintor español del Rococó. La sillería coral y colecciones de ropa litúrgica, orfebrería, relicarios y cantorales, completan el patrimonio de este interesante edificio.
En el año 2008 se colocaron unas cancelas de cristal en la puerta oeste desde las que se puede contemplar la estructura de la iglesia y el retablo mayor.
Retablo
Se debe reseñar su importante retablo mayor, diseñado en la segunda mitad del siglo XVII por Pedro Margotedo, y en el que se representan escenas marianas acompañadas por los apóstoles.
El presbiterio está presidido por un retablo mayor de gran tamaño, en artesa, de comienzos del Barroco, construido a partir de 1664, que sustituye a otro anterior de pinturas sobre tabla de mediados del siglo XVI.
Está dedicado a la Virgen María rodeada de los doce Apóstoles y de San Esteban y San Lorenzo.
Se trata de uno de los grandres retablos del Barroco navarro. Su calidad es buena y su valor radica principalmente en el efecto del conjunto, con rica ornamentación y cuidada policromía.
Se complementa con un gran sagrario-expositor de estilo neoclásico diseñado a finales del siglo XVIII.
En el lado del Evangelio se encuentran los retablos de San Lorenzo (rococó, de mediados del siglo XVIII, con las imágenes de San Lorenzo, Santa Clara, Santa Teresa y el martirio de San Esteban en el ático, contemporáneras del retablo.
En el muro cercano se encuentra una imagen moderna de la Virgen del Carmen); de Santa Catalina (manierista, realizado en 1631-1635 con la imagen romanista de Santa Catalina y otras imágenes, entre ellas los relieves de Santa Catalina discutiendo con los sabios de Alejandría y las Bodas místicas de Santa Catalina).
Cerca de este retablo se encuentra un pequeño retablo de la Trinidad.
En la capilla de San Bartolomé, el retablo renacentista del titular, de mediados del siglo XVI, labrado en un estilo de transición del Plateresco al Manierismo.
Destaca la imagen de San Bartolomé de finales del siglo XVI. Entre otras imágenes, los relieves de la Acusación de San Bartolomé ante el Juez y su martirio.
A los pies de la nave se encuentra la capilla actualmente dedicada a San Juan del Ramo - actualmente en proceso de restauración - en donde se encuentra un conjunto de tres retablos neoclásicos de finales del siglo XVIII que completan el programa iconográfico dedicado a San Juan Bautista.
La talla del titular es de estilo gótico franco-flamenco del siglo XV.
En la capilla del baptisterio se localiza la gran pila bautismal de piedra, obra renacentista de mediados del segundo tercio del siglo XVI.
En el lado de la Epístola se encuentran los retablos de: San Francisco Javier (capilla de Santa Lucía y Santa Águeda, barroco, comenzado en 1690, con tallas de Santa Lucía y Santa Apolonia en el ático, del segundo tercio del s. XVI.
La imagen del titular es contemporánea del retablo); San José (capilla de San Nicolás, barroco, comenzado en 1672, con la imagen de San José con el Niño flanqueado por San Francisco Javier y San Agustín, con San Nicolás entre dos ángeles en el ático.
En los relieves, el rey Fernando el Santo, San Hermenegildo y la Adoración de los Pastores);
Virgen de la Nieva (en antigua capilla de San Agustín, barroco, de hacia 1730, con imagen de candelero de la Virgen con el Niño, de rostro gótico, con las imágenes de Santa Ana y San Joaquín, y Santa Bárbara en el ático);
y San Félix (mediados del siglo XVIII, cuya imagen está flanqueada por las de San Cosme y San Damián, de inferior calidad.
En la hornacina del cuerpo inferior, Santa Ana enseñando a leer a la Virgen Niña).
Sepultura de César Borgia
César Borgia murió durante una emboscada a traición, en Viana, el 12 de marzo de 1507. Allí tres hombres de Luis de Beaumont, II conde de Lerín, le preparan una emboscada, Garcés de Ágreda, Pedro de Allo y un tercer hombre desconocido, y es asesinado.
El conde de Lerín, como buen caballero, hace duelo y permite enterrar el cadáver en la Iglesia de Santa María. Su epitafio rezaba:
Este sepulcro permaneció poco tiempo en la iglesia de Santa María, ya que a mediados del siglo XVI, un obispo de Calahorra, a cuya diócesis pertenecía la parroquia de Viana, consideró un sacrilegio la permanencia de los restos de este personaje en lugar sagrado. Mandó sacarlos y enterrarlos frente a la iglesia en plena Rúa Mayor, «para que en pago de sus culpas le pisotearan los hombres y las bestias». El resultado final fue la destrucción del mausoleo. En 1884 se localizaron lo que se suponen sus restos en la Rúa de Santa María o Calle Mayor, a los pies de la escalinata frente a la entrada principal de la iglesia, y se dejaron en el mismo lugar.
En 1945 se vuelven a exhumar los restos, se analizan y después se depositan en 1953 a los pies de la portada de la iglesia, en el exterior pero dentro del recinto de ésta, bajo una lápida de mármol blanco que reza así: «César Borgia generalísimo de los ejércitos de Navarra y pontificios muerto en campos de Viana el XI de marzo de MDVII».
Con motivo del 500º aniversario de su muerte, se solicitó al arzobispo de Pamplona el traslado de sus restos al interior de la iglesia, pero fue denegado alegando que actualmente no se entierran personas en el interior de las iglesias. Si que se instaló una cruz de campo en la Barranca Salada para recordar el lugar donde se supone cayó muerto