La doctora Clara Fernández-Ladreda planteó en aquel momento que esta imagen de piedra caliza podría proceder del desaparecido claustro de la iglesia de San Saturnino, lo cual se refuerza al compararla estilísticamente con la también gótica Virgen de la Puerta del Amparo del claustro catedralicio pamplonés, realizada además en fechas parecidas (primera mitad del siglo XIV).
La virgen sostiene en su brazo izquierdo al Niño, que juega con la paloma que su madre sostiene en la mano derecha. Cabe destacar que ambos, Madre e Hijo, portan coronas metálicas que ocultan las talladas originalmente en la propia piedra.
La talla pesa 586 kilos y mide 178 centímetros.
Estas medidas hacían que cuando era sacada en procesión, la imagen fuese paseada en un carro. Además, el origen de la calle Santo Andía estaría relacionado con esta curiosa imagen. Llamada popularmente en sus inicios “Sanduandia”, la nomenclatura de esta zona de Pamplona haría referencia al gran tamaño de la virgen a la que profesaban devoción los labradores del burgo.
Así pues, “andia” en euskera significa “grande, de gran tamaño”.
Por esas características guarda un aire con la Virgen del Amparo, en la entrada a la Catedral desde el Claustro, en el parteluz de la puerta del mismo nombre
Hoy en día, la ermita celebra su día grande el 18 de diciembre, poco antes de la Nochebuena, puesto que la Virgen de la O o de la Esperanza estaría esperando el nacimiento de su Hijo.
Cualquiera que se acerca al zaguán con forma de prisma puede observar, especialmente los días soleados, el interior de lo que algunos denominan basílica, dada su ubicación en ciudad, así como la talla de la virgen que, sonriente, mira a todo aquel que se acerca a este curioso rincón de Pamplona.
También en 2010, el entorno del templo fue completamente reurbanizado, empleando el ya característico binomio “losa y adoquín”, se derribó el muro que impedía el acceso por la calle Recoletas y se renovó el alumbrado.
Recibe culto en la pequeña ermita, Virgen de la O,
en un hermoso retablo
En la actualidad, en este pequeño templo se celebran misas todas las tarde de mayo a las 18 horas, mismo horario que el día 18 de cada mes y la novena que tiene lugar en diciembre