La fiesta de la Santísima Trinidad, celebrada al domingo siguiente de Pentecostés.
Un misterio que no podemos entender con la razón "Un solo Dios en tres personas distintas". El misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en si mismo. Dios no se divide en tres, pues cada una de las Personas son enteramente Dios.
Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección, son un solo Dios.
Con todo, las Personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: En la Creación, Dios Padre, está como principio de todo lo que existe, es nuestro Creador.
En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús y es nuestro Salvador.
En Pentecostés, el Padre y el Hijo, se hacen presente en la vida de los hombres en la Persona del Espíritu Santo y es nuestro Santificador.
Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.
EN EL NOMBRE DEL PADRE: La mano en la frente, señalamos el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando que controla todo nuestro cuerpo, recordando de forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.
...Y DEL HIJO: La mano en el corazón, que simboliza el amor, recordamos con ello que por amor a lo hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para salvarnos.
...Y DEL ESPÍRITU SANTO: La mano del hombro izquierdo al derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, nos ilumina y nos da energía.
Feliz día de la Santísima Trinidad.
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