JESÚS SACRAMENTADO ¡AMOR DIVINO Y HUMANO!
En este día del Corpus Christi, fiesta del Cuerpo y Sangre del Señor.
estamos llamados a entrar en un lugar donde, el pan y el vino, dejan de serlo para convertirse en permanente presencia de Cristo en la Eucaristía.
Es tan grande su misterio y, tan imposible de contenerlo en el corazón de las personas, que se desparrama por los aledaños y plazas, cuando sale de la mejor catedral o de la iglesia menos importante y más escondida.
El Señor deja nuestra parroquia y se pasea por nuestras calles y plazas, esas que nosotros recorremos diariamente por uno u otro motivo.
Treinta minutos, escasos, no son suficientes, ni dan cuenta del valor inmenso que encierra la Eucaristía. Pero, toda una vida cristiana, sería difícil de llevarla adelante sin el aprovisionamiento del pan único y partido.
Gran día del Señor en Siruela
La festividad del Corpus Christi se hace demasiado grande para encorsetarla en los cuatro muros de un templo.
Es tan firme nuestra devoción hacia la Eucaristía, que lo manifestamos públicamente, sin temor ni vergüenza, ante un mundo desnortado y donde todo vale
Corpus Christi:
Es el Amor de Dios que toma cuerpo. Que se hace cuerpo; visible, alimento, vino y pan. Y, si el amor de DIOS se hace cuerpo, nuestras puertas y corazones se abren de par en par.
Es tan convencido, nuestro aprecio por la presencia del Señor en la Eucaristía, que necesitamos seguirle cuando, EL por delante, salta al asfalto o al empedrado en medio del entresijo de ciudades y pueblos, de hombres y mujeres gritándonos reconociendo que.......... ¡Dios está aquí!
Corpus Christi: La caridad es causa de felicidad personal y comunitaria. Si somos de los amigos de Jesús, tenemos que intentar ser semillas de amor y trabajar por la paz.
Impresiona tanto la “reserva” del Amor de Dios en el Sagrario, que sale en Custodia para que el mundo entienda que sin El, el ser humano, será un fracasado y un fracaso, algo imposible de llevar adelante cuando, los amores no son correspondidos.
En este recorrido nos has traido muchas cosas con tu presencia en la Custodia.
¡BENDITO! ¡MIL VECES BENDITO SEAS, SEÑOR!
No guardes silencio, Señor, y en este día del Corpus hazte presente con la misma fuerza de aquel inolvidable del Jueves Santo. Pero, deja que este momento –Señor- seamos nosotros quienes nos arrodillemos ante este gran Sacramento.
Hoy, como entonces, sentimos tu presencia Señor
Hoy, como entonces, sentimos el amor que se hace entrega
Hoy, como entonces, sentimos la generosidad que se transforma en servicio.
¡Bendito, mil veces bendito, Señor!
Que nada ni nadie nos suplante al Rey de Reyes, al Amor de los Amores
¿Viva Jesús Sacramentado!
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