El país de Jesús se divide en tres regiones
GALILEA: Se encuentra en el Norte. Es zona montañosa, pero también posee una fértil llanura. En Galilea se encuentran lugares tan importantes como Nazaret, Cafarnaún, Caná y el lago de Genesaret o Mar de Galilea. Vivían de la agricultura, de la ganadería y de la pesca.
Los samaritanos eran seguidores de la Ley: admitían sólo el Pentateuco, rechazaban el resto de los libros del Antiguo Testamento y no reconocían a Jerusalén como centro religioso.
SAMARÍA SUS HABITANTES SAMARITANOS
Está situada entre Galilea y Judea. Es una región fértil. Sus habitantes no eran propiamente judíos. Tenían su propio templo en Garizín.
Monte Garizaín
Sus lugares importantes son Sicar, Samaría y Siquén. Los judíos y los samaritanos se odiaban mutuamente.
JUDEA: Está ubicada al sur. Es una región muy pobre y montañosa. En ella se encuentra el desierto de Judea. Los lugares importantes son Jerusalén, Belén, Betania, Emaús y Jericó. En Jerusalén se encuentra el Templo de los judíos. Es el centro de la vida religiosa y de la vida política del país. Los judíos peregrinaban a Jerusalén por las grandes fiestas.
«Levántate, vete; tu fe te ha salvado»
El samaritano que vuelve sobre sus pasos a dar las gracias por la curación encierra una lección de suma importancia: el valor del agradecimiento a Dios, que ha creado todo lo que podemos ver y aun las cosas buenas que no se nos alcanzan por los sentidos.
Samaritano es sinónimo de extranjero, de alguien al margen de la norma judía y, por lo tanto, rechazable.
Desde el año 721 a.C. (invasión asiria), se habían instalado allí emigrantes de origen asirio, quizás junto con otros israelitas, de tal forma que las diferentes etnias y creencias se habían mezclado, dando origen a un pueblo multi-étnico.
Por eso para los judíos, los samaritanos eran un pueblo impuro ya que su sangre estaba contaminada por la de otros pueblos extranjeros. Sin embargo los samaritanos, creían ser los verdaderos descendientes de los hijos de Israel, y fueron quienes preservaron la escritura hebrea arcaica.
En el siglo III antes de Cristo, el Rabí Hisda (miembro del Sanedrín) explicaba que los "pueblos ordinarios" a los que fue entregada la escritura hebrea arcaica eran, de hecho, los samaritanos. Ellos se consideraban fieles a la Ley, verdaderos israelitas, por ello la samaritana habla de "nuestro padre Jacob".
Ellos tenían su propio templo sobre el monte Garizim Entre los judíos y samaritanos se había desarrollado un odio mutuo, ya que en el 107 antes de Cristo, el judío Juan Hircano se apoderó de Siquén, capital de Samaria, y destruyó el templo de Garizim.
Herodes el Grande lo restauró en el año 30 antes de Cristo y se casó con una samaritana.
En el año 6 después de Cristo, los samaritanos profanaron gravemente el templo de Jerusalén arrojando en él por la noche huesos humanos, precisamente en el día de Pascua. Desde entonces se creó una hostilidad implacable.
El Evangelio de Juan hace eco de ello en (Jn 4,9). Que un judío calificase a otro de "samaritano" era una grave injuria, por ello a Jesús lo insultan los dirigentes judíos diciéndole: ¿No tenemos razón en decir que eres un samaritano y que estás endemoniado?.20 En Lc. 10,37, el escriba evita pronunciar la palabra «samaritano». Judea
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