EL ARTE DE BELENES
La tradición de los Belenes arranca en el siglo XIII con San Francisco de Asís, quien por primera vez utilizó personas y después figuras en una cueva para recrear el Nacimiento.
Posteriormente se difundió por Italia y España.
En el siglo XVI y XVII se extiende la tradición por iglesias y conventos, será en el siglo XVIII cuando se impondrá como una moda gracias al Belén Napolitano.
En la actualidad esta tradición continúa convirtiéndose en un arte.
EL ORIGEN DEL TEMA DE LA NAVIDAD
Un Nacimiento o Belén es la representación de la escena del Nacimiento de Jesús en la religión cristiana, y por añadido, la representación de aquellas escenas que aluden al contexto del nacimiento de Jesús como El Anuncio a los Pastores o La Adoración de los Reyes Magos (Epifanía) y a su vez inserto en un contexto popular de un pequeño pueblo llamado Belén.
La representación de la Natividad proviene del mundo paleocristiano. En diversas catacumbas del siglo III aparecen las primeras representaciones de la Virgen con el Niño y de la Epifanía en donde unos reyes (a veces 2 otras 3) le presentan regalos al Niño Jesús. Éstas se extienden al mundo de los sarcófagos paleocristianos o la decoración de mosaicos en iglesias.
Catacumbas de Santa Priscila
Sarcófago de Isacio
Durante el medievo, la representación del Nacimiento o la Epifanía aparecen sobre todo en pinturas en tabla, pintura mural, relieves escultóricos, libros miniados… e incluso se extienden con otras representaciones de las escenas de la Natividad como la Adoración de los Pastores, el sueño de José, la Matanza de los Inocentes… pero lo que no se había iniciado es la representación de pequeñas figuras de los protagonistas (Virgen, San José, el Niño, el buey y la mula, como muy básicas) a modo de un Nacimiento o Belén.
Relieve de la Epifanía iglesia de San Juan del Mercado, Benavente
ORIGEN DEL BELÉN
La primera vez que se realiza un Nacimiento dándole una mezcla de sentido teatral, Belén viviente y Belén “figurativo” fue gracias a San Francisco de Asís (1181/82-1226).
En la Nochebuena de 1223, en la localidad de Greccio (Italia), San Francisco realizó una misa de Navidad en una cueva en donde utilizó un pesebre vacío (símbolo del niño que va a nacer) junto con una mula y un buey vivos, recreando la pobreza en que nació el niño Jesús.
Fue tal la repercusión de este acto que en 1228 ya se creó una ermita en esta cueva para recordarlo, al mismo tiempo que se fueron materializando la representación de las figuras del Nacimiento en madera, cera o piedra para exponerlo en las misas de Navidad y por consiguiente el nacimiento del Belén.
Bendecir (Ritos y gestos - XVI), 1ª parte
Hace 16 horas
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