1 DE JULIO
Fiesta de la Preciosisima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo.
La piedad de los fieles dedica el mes de julio a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, en honor de la cual la Iglesia celebra el primer día de este mes una solemne Fiesta Litúrgica.
Cada uno de Julio en la Basílica de la Agonía de Getsemaní, en recuerdo de las gotas de Sangre que derramó Jesucristo, en este lugar se celebra la Solemnidad de la Preciosisima Sangre de Jesús, la roca es cubierta de pétalos de rosas rojas...
«Oh Dios, que has redimido a todos los hombres con la Sangre preciosa de tu Hijo unigénito, conserva en nosotros la acción de tu misericordia para que, celebrando siempre el misterio de nuestra salvación, podamos conseguir sus frutos eternos».
Desde la época de los Apóstoles, la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor ha sido el símbolo de la Redención. La devoción particular a la Preciosísima Sangre se debe, sobre todo, a la iniciativa de San Gaspar del Búfalo, aunque desde mucho tiempo antes, se practicaba dicha devoción en varias Iglesias. A principios del siglo XIX, se concedió a los misioneros fundados por de San Gaspar, el privilegio de celebrar la fiesta de la Preciosa Sangre.
El Papa Beato Pío IX la extendió a la Iglesia universal en 1849, cuando la revolución acababa de expulsarle de Roma. La fecha original de la celebración era el primer domingo de julio, pero San Pío X la trasladó al primero de julio. Los Pasionistas y algunas otras congregaciones celebran otra fiesta el domingo inmediatamente posterior al de "Laetare".
Varias son las reliquias de la sangre de Cristo, o manchadas con la sangre de Cristo, existentes en el mundo, pero aquí mencionare dos.
La reliquia de la Sagrada Sangre de Brujas, se custodia en la capilla y basílica homónima, en la plaza Burg. La reliquia se expone todos los viernes, y del 3 al 17 de mayo todos los días. Según la tradición, la llevó de Jerusalén a Bélgica, después de la II Cruzada,
Teodorico de Alsacia conde de Flandes, y llegó a Brujas en 1150. Teodorico la habría recibido como un obsequio de parte de su cuñado Balduino III en reconocimiento de los servicios prestados. Pero estudios recientes demuestran que no había rastro de esta reliquia en Brujas antes de 1250. Por lo tanto se cree que, una vez más, sea una de las tantas reliquias robadas durante el famoso saqueo de Constantinopla de 1204, al final de la IV Cruzada. En este caso habría sido el ejército del Conde de Flandes Balduino IX.
En Mantua, en Italia, en la cripta de la basílica de San Andrés se conservan dos relicarios que contienen tierra empapada de la sangre de Cristo. Las reliquias fueron llevadas a la ciudad lombarda por Longino, el soldado que atravesó con una lanza el costado de Jesús. De la herida salieron sangre y agua que, cayéndole sobre el rostro, le curaron los ojos enfermos y lo hicieron convertirte a la fe cristiana.
Longino, recogió la sangre que había empapado la tierra a los pies de la cruz, la custodió junto a la esponja que había servido para dar de beber a Cristo en el Gólgota. Luego llegó a Mantua, donde escondió las preciosas reliquias en el hospital para los peregrinos en que había encontrado albergue. El 2 de diciembre del 37 Longino fue martirizado en el distrito de Capadocia.
La caja con las reliquias fue encontrada en el año 804, en el jardín del hospital de Santa Magdalena, donde fue sepultada junto a Longino. En ese momento, el pontífice León III enviado a Mantua por el emperador Carlo Magno declaró la autenticidad, recibiendo como regalo una porción para el emperador.
Nuevamente ocultadas, temiendo su profanación por parte de los húngaros que amenazaban invadir Mantua, las reliquias fueron redescubiertas en el 1048, en la época de Beatrice y Bonifacio de Canossa que mandaron construir en el lugar del descubrimiento un monasterio benedictino y una iglesia, que luego fue destruida para dejar espacio al edificio de la actual Basílica de San Andrés, querida por Ludovico II Gonzaga.
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