Oración
¡QUE VENGA, SEÑOR! Tu Espíritu de escucha; cuando como María, estamos atentos a lo que nos dices
Tu Espíritu de serenidad; cuando las noches son más fuertes que el día
Tu Espíritu de fortaleza; cuando la debilidad se impone al tesón
Tu Espíritu de alegría; cuando nos dormimos en los laureles
Tu Espíritu de constancia; cuando no vemos fruto a su tiempo
Tu Espíritu de comunión; cuando surgen las divisiones
Tu Espíritu de comprensión; cuando se hace inteligible tu mensaje
Tu Espíritu de fraternidad; cuando se quiebra la unidad
Tu Espíritu de valentía; cuando nos quedamos inmóviles
Tu Espíritu de ruptura; cuando nos ataca el inmovilismo
Tu Espíritu de eternidad; cuando habla más la muerte que la vida
Tu Espíritu de vida; cuando estamos llenos de todo y de nada
Tu Espíritu de aliento; cuando nos asfixia la contaminación del mundo
Tu Espíritu de resurrección; cuando nos instalamos en lo efímero
Tu Espíritu de misión; cuando todo nos parece hecho
Tu Espíritu de perdón; cuando el hombre se sienta incomprendido
Tu Espíritu de Eucaristía; para que nunca nos falle el alimento.
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