Lectura del santo Evangelio según Juan (3, 1-8)
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él».
¡ QUIEN ES NICODEMO?
Prominente judío del tiempo de Cristo, mencionado solamente en el Evangelio según San Juan.
El nombre es de origen griego, pero en esa época tales nombres eran ocasionalmente tomados prestados por los judíos, y de acuerdo con Flavio Josefo (Ant. de los judíos, XIV, III, 2) Nicodemo era el nombre de uno de los embajadores enviados por Aristóbulo a Pompeyo.
Nicodemo era un fariseo, y en su capacidad de miembro del Sanedrín, (Jn. 7,50) era un líder de los judíos.
Jesucristo, en la entrevista cuando Nicodemo vino a él por la noche, lo llama un maestro en Israel. A juzgar por Jn. 19,39,
Nicodemo debe haber sido un hombre de medios, y es probable que ejerciera cierta influencia en el Sanedrín.
Aparece en esta entrevista como un creyente inteligente e instruido, pero tímido y no fácilmente iniciado en los misterios de la nueva fe.
De noche va a buscar a Jesús. Se trata de un hombre de bien, atraído por las palabras y el ejemplo del Señor, pero que tiene miedo de los demás, duda en dar el salto de la fe.
El después aparece (Jn. 7,50-51) en el Sanedrín ofreciendo una palabra en defensa del acusado galileo; y podemos inferir de este pasaje que abrazó la verdad tan pronto como la conoció completamente.
Es mencionado finalmente en Jn 19,39, donde es mostrado cooperando con José de Arimatea en el embalsamamiento y sepultura de Jesús.
Un judío ortodoxo cuya fe se apoya exclusivamente en los signos prodigiosos que descubre de parte de Dios en el obrar de Jesús.
Y eso lo lleva a verse a escondidas -«fue de noche», en el relato evangélico- con Jesús, en primer lugar, extrañado. Esa intriga le llevará después al estupor cuando escuche que es necesario un nacimiento nuevo: es la conversión, volverse de las creencias arraigadas a esa nueva ley del amor que Jesús predica incontenible.
El agua y el Espíritu obran la conversión de Nicodemo que reaparecerá como discípulo de Cristo en el descendimiento de la cruz, cuando haya nacido de nuevo sin haber entrado otra vez en el seno materno.
Aparece en esta entrevista como un creyente inteligente e instruido, pero tímido y no fácilmente iniciado en los misterios de la nueva fe. El después aparece (Jn. 7,50-51) en el Sanedrín ofreciendo una palabra en defensa del acusado galileo; y podemos inferir de este pasaje que abrazó la verdad tan pronto como la conoció completamente.
Es mencionado finalmente en Jn 19,39, donde es mostrado cooperando con José de Arimatea en el embalsamamiento y sepultura de Jesús.
Su nombre aparece mas tarde en algunos de los escritos apócrifos, por ejemplo, en la llamada "Acta Pilati", documento heterogéneo que en el siglo XVI fue publicado bajo el título "Evangelium Nicodemi" (Evangelio de Nicodemo). Se desconoce la fecha de su muerte. El Martirologio Romano conmemora el hallazgo de sus reliquias, junto con las de San Esteban, Gamaliel y Abibo, el 3 de agosto.
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