CUARTO DOMINGO DE PASCUA
Eres el Buen Pastor y me conoces. Tu voz es motivo para vivir, crear y confiar.
QUIERO SER AROMA DE BUEN PASTOR
Desprendiéndome de la distancia que infunde mi persona para abrazarme desde la cercanía que aporta el Evangelio Sólo así, Señor, podré decir que soy “buen pastor”.
Desprendiendome de tantas cosas que, aún siendo importantes, no son necesarias para compartir mi vida con los demás Sólo así, Señor, podré decir que soy “buen pastor
QUIERO SER AROMA DE BUEN PASTOR Llevando alegría. Cantando desde la fe aunque el auditorio esté vacío Pregonando tus excelencias aunque los oídos estén taponados Sólo así, Señor, podré decir que soy “buen pastor”
Acercándome aunque, mi presencia, no sea cómoda Predicando aunque, mi mensaje, sea reprendido Amando aunque, mi afecto, sea ridiculizado Callando aunque, mis silencios, sean tachados de cobardía Hablando aunque, mis palabras, seas tomadas como intromisión
Sólo así, Señor, podré decir que soy “buen pastor” Que mi palabra sea eco de la tuya, mi vida color de la tuya, mi vivir resonancia de la tuya, mis pasos huella de los tuyos, mi entrega memorial de la tuya y mi servicio para Ti y por Ti Señor Sólo así, Señor, podré decir que soy Buen Pastor.
L
Gloriosos San Jose, Dios mismo te confio la custodia de sus tesores más queridos y más grande: María y Jesús.
Cuida de mi familia como cuidaste de la tuya.
M
Señor, hoy quiero acercarme al evangelio con un corazón “ensanchado” porque eres Tú mismo el que me invitas a pedir no sólo vida, sino “vida eterna”. Yo pequeño, yo frágil, yo caduco, yo mortal, puedo atreverme a pedirte “vida eterna”. Si lo hago es porque Tú, Señor, me invitas a hacerlo. Gracias, Señor, por esta gran oferta que me haces: vivir para siempre, amar para siempre, gozar para siempre, ser feliz para siempre.
X
Señor, necesito un mayor y mejor conocimiento del Padre. Él es el principio de todo bien y será el término final de todo. Él es la causa y origen de nuestra felicidad y también la meta final hacia la que nos dirigimos. Pero este origen y esta meta necesitan un camino. Y ese camino eres Tú, Señor, el hijo amado del Padre. Enséñanos a amar al Padre, a descansar en el Padre, a poner también, como Tú, nuestra alma en sus manos antes de morir.
J
Jesús quiere, en el discurso de despedida de sus apóstoles, recordarles que ellos llevan la luz que Cristo ha venido a traer a la tierra. Nosotros, como seguidores suyos, también somos portadores de esa luz al mundo, pero no somos más importantes que los que viven en tinieblas, porque nos envía Jesús. Y al Verbo hecho carne lo envía el Padre, principio y fundamento de todo cuanto existe.
V
«Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre sino por mí». No lo hemos de olvidar nunca.
S
Tu obras Señor no terminan contigo. Yo como seguidora tuya tengo realizar las mismas obras para que seas Tú quien actúas.
Cristo muere, y los discípulos se levantan. Habitados por el Espíritu, proclaman la resurrección y confirman que el amor es más fuerte que la muerte.
TRECER DOMINGO DE PASCUA
QUÉDATE, SEÑOR, NO PASES DE LARGO
Que, si ahora todo es luz, sin ti y cuando te vayas, volverá a ser oscuridad Que, si ahora veo tu grandeza, sin Ti y cuando te vayas, sólo tocaré mi pobreza
Porque, mis dudas con tu Palabra, se convierten en seguras respuestas Porque, mi camino huidizo y pesaroso se transforma en un sendero de esperanza en un grito a tu presencia real y resucitada Que, contigo y por Ti, merece la pena aguardar y esperar
Que, contigo y por Ti, no hay gran cruz sino fuerza para hacerle frente Que, contigo y por Ti, la sonrisa vuelve a mi rostro y el corazón recuperar su vivo palpitar
Porque, contigo, mi camino es esperanza Porque, contigo, amanece la ilusión Porque, contigo, siento al cielo más cerca Porque, contigo, veo a más hermanos y siento que tengo menos enemigos Porque, contigo, desaparece el desencanto y brota la firme fe de quien sabe que Tú, Señor, eres principio y final de todo. Amén
A pesar de mis dudas y tormentas me invitas a caminar hacia adelamte y me dices "necia" poorque a veces no entiendo tu preesencia Señor
L
Buscaba y buscaba pero Tu me encontraste ante..... en una cruz de cemento y sentí "no tengas miedo, estoy contigo". Mi vida cambió y no olvido y agradecida.
Y creo en Ti Señor.
M
Como a los apóstoles me decir...en tu ambiente anuncia la buena noticia..... Eres amor, para salvarnos subes a la cruz y resucitas y nosotros también resucitaremos y tenemos que vivir con esperanza.
X
Señor que mi vida tenga sabor a Cristo siendo sal llevando alegría y amor a mi alrededor y siendo luz para hacer de este mundo un pequeño trozo de Tu Reino.
J
"El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". Estas palabras hablan de la pasión de Dios por la vida, hasta el punto que se hace carne y sangre y invitándonos a hacernos también nosotros carne suya. Es decir, hemos de comer este pan y esta sangre como creyentes, porque comer a Jesucristo significa hacerse uno con Él, convertirse en su propia carne y sangre.
Nadie como tu Señor, yo tengo hambre y sed de ti Señor y tu tienes sed de mi corazón y hambre de mi alma.
Quizá esa sea la mejor manera de dar testimonio, viviendo con alegría.
V
La Eucaristía Señor un gran misterio de amor. Te quedas con nosotros para toda la vida como alimento que al comulgar tu cuerpo se funde en mi cuerpo
Puedo decir como San Pablo.... no soy yo es Cristo que vive en mi.
S
Dame fuerza Señor para defender a la Iglesia aunque volvamos a ser doce.
Señor, te pido que me des un corazón humilde y sencillo, como el corazón de tu madre. Vengo hoy a ti con humildad No vengo a ti desde mi “exigencia” sino desde mi “indigencia”. No merezco que me des nada, pero sí pongo delante de ti mis manos vacías para que me las llenes.
SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA
PORTAVOZ DE TU PAZ, SEÑOR
Con alegría y alejándome de la tristeza sintiéndome llamado y comprometido empujado y urgido a dar razón de Ti Sabiendo que, con tu aliento, no temeré tormenta alguna ni huracán alguno detendrá mi valor
Si como Tomás, pido pruebas de tu existencia muéstrame tu rostro por la fuerza de la Eucaristía y, si como Tomás, no creo sino después de ver hazme saber que, Tú Señor, caminas a mi lado
Porque en Ti confío Porque en Ti espero Y, de tu misericordia, agradezco tus desvelos Y, de tu misericordia, espero tus caricias Y, de tu misericordia, añoro tu abrazo Y, de tu misericordia, deseo la paz verdadera la paz que Tú sólo das la paz que, sin Ti, no la puede alcanzar el mundo Amén
La paz sea contigo y yo me agarria a tu paz. Creo Señor pero aumenta mi fe y dirige mis caminos porque contigo las cosas las tengo muy claras.
Este Domingo de la Divina Misericordia, nos fijamos en el corazón de Dios. Un corazón que se desborda en amor y ternura hacia la humanidad. Juan Pablo II, momentos antes de expirar, rezó con la siguiente oración “Jesús, en Ti confío”.
L
Tengo que nacer de lo alto. Una nueva vida nacida del agua y del Espíritu con la confianza puesta en Ti mi Señor que por mi subiste a la cruz.
Ante la duda dame fuerza para salis yno quedarme en la oscuridad.
M
Tengo fe y confío en tu palabra. En Tu Palabra que lo dice todo en la Cruz. A la cruz que subiste por mi y al mirarte me mimas. Me das fuerza y valor para ser tuya.
Los beneficios y ventajas que nos reporta vivir descansando en el Señor y confiando en Él son muchos
Tu puedes llena tu corazón y tu alma de cosas que menezca la pena y me haga crecer en el camino de la fe.
X
Como no amarte Señor con locura si Tu me amas tes primero.
J
Soy testigo de lo que tu Dios mío nos ofreces a los hombres en tu Hijo por eso mi fe no sólo consiste en afirmar que Jesús es Cristo, sino aceptar ser hija de Dios en El y vivir como tal.
Tu Palabra me enseña el camino de la luz y me alja de los caminos mundanos.
V
Tienes un corazón bondadoso y deseas que todos tengan lo necesario para comer, para vestir, para cubrir las necesidades elementales. Dame a mí esas mismas actitudes para que sufra en carne viva los sufrimientos de mis hermanos y haga lo que esté de mi parte para remediarlos.
S
Tu palabra me ensancha el corazón cuando hoy me diriges a mí las mismas palabras que a los apóstoles: “Soy Yo, no tengáis miedo”. Si Tú eres la Verdad, no tengo miedo a la mentira; si Tú eres la Luz, no tengo miedo a la oscuridad; si Tú eres la Vida, no tengo miedo a la muerte. Gracias, Jesús, “el quita-miedos”
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