En el año 1876 fue descubierta por un labrador una piedra cuadrangular con restos de pinturas de la época cruzada representando dos episodios de la resurrección de Lázaro y de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Después de haber sido comprado el terreno, se edificó, en el año 1883, un pequeño santuario que se denominó Betfagé. Fue restaurado tal como se conserva hoy, en el año 1954.
La procesión, suspendida al final del reino cruzado, se volvió a practicar en los siglos XVI -XVI por parte de los franciscanos con el P. Custodio de Tierra Santa que representaba la figura de Cristo montado sobre un asno. A partir del 1933, la procesión ha vuelto a adquirir la máxima solemnidad presidida por el Patriarca Latino de Jerusalén.
Entre Betania y Jerusalén, sobre la cima del Monte de los Olivos, se encuentra Betfagé. El nombre de esta ciudad significa “Casa de los higos verdes”, probablemente aludiendo al pasaje en el que Jesús, saliendo de Betania, maldice la higuera que no da frutos (Marcos 11, 12-14).
1. Santuario y convento franciscano de Betfagé.
Hoy en Betfagé encontramos una sencilla iglesia custodiada por los franciscanos donde se recuerda este pasaje.
La Iglesia de Betfagé que significa "casa de la brevas",1 es una iglesia franciscana ubicada en el Monte de los Olivos en Jerusalén.
Contiene una piedra que tradicionalmente fue identificada como la que Jesús habría usado para montar un asno que le sirvió como transporte en el inicio de su procesión a Jerusalén.
Fue construida en 1883 y remodelada en 1955 por el prominente Arquitecto Antonio Barluzzi. En su interior se resguardan evidencias de la milenaria tradición que corroboran la autenticidad del lugar: una piedra del siglo IV y frescos que corresponden al siglo XII, época de los cruzados.
En el interior de la Iglesia se encuentra esta obra pictórica realizada por el artista italiano C. Vagarini en los años 1954-55, representando la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén.
En el interior de la Iglesia se encuentra esta obra pictórica realizada por el artista italiano C. Vagarini en los años 1954-55, representando la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén.
En la parte izquierda vista desde el frente nos podemos fijar en una mujer “velada o cubierta con un velo”, representa la otra parte de Israel… que no reconoce a Jesús como el MESÍAS SALVADOR, viven cubiertos de sus ojos espirituales y no dan ese paso para reconocerlo… prefieren incluso “esconderse” detrás de ese velo… Es un cuadro que nos invita una reflexión más profunda. Unidos en Oración de Esperanza.
Betfagé, aquí comienza la Semana Santa en Jerusalén
Hoy en día, el Patriarca Latino de Jerusalén y el Custodio Franciscano, se reúne aquí con los fieles locales y peregrinos, para iniciar la procesión del Domingo de Ramos.
La procesión transcurre por el Monte de los Olivos, pasando por algunos santuarios como Pater Noster, Dominus Flevit y el Getsemaní. Entra a Jerusalén por la puerta de San Esteban para culminar en la Iglesia de Santa Ana (Bethesda). Es característico la alegría, rezos y cantos con que los fieles acompañan la procesión.
De Betfagé a Jerusalén:
3. Edícula de la Ascensión del Señor.
4. Capilla del “Dominus Flevit”.
La Capilla Dominus Flevit (El Señor Lloró) en Jerusalén La Capilla Dominus Flevit fue construida en el lugar donde Jesús lloró, durante su entrada triunfal en Jerusalén.
Narran los Evangelios que en el Domingo de Ramos, durante el cortejo de su entrada triunfal en Jerusalén, cuando pasaba en las proximidades del Huerto de los Olivos, Jesús se detuvo por un momento.
Tenía él delante de sí el bello panorama, en el cual se destacaba el majestuoso Templo, cuyos portales habían sido cruzados a lo largo de los siglos por tantas generaciones de fieles, y sobre todo Profetas, Reyes y grandes personajes bíblicos. Allí, de tantos modos, se manifestara el propio Dios. En medio al silencio de la multitud, el Divino Maestro se detuvo para considerar aquel escenario, recordando las disposiciones de sus habitantes a lo largo de tres años de predicaciones. ¡Entonces, lloró!
Dos mil años transcurrieron desde que esas lágrimas brotaron del rostro de Jesús. A lo largo de los años y de los siglos, la Iglesia viene recordando tal episodio en sus lecturas litúrgicas, sobre todo en la Semana Santa.
Además, lo recuerda también un simple monumento, esto es, una Capilla edificada en el lugar donde se dio el llanto.
El pequeño templo, concebido con el formato que evoca una gota de lágrima, fue edificado en 1950 sobre las ruinas de un pequeño oratorio de los primeros siglos de la era Cristiana, del cual se conservan algunos trazos.
La Capilla es designada en latín con el título Dominus Flevit, que significa El Señor Lloró.
Una amplia ventana permite al sacerdote Celebrante, así como a los fieles, contemplar a lo lejos la ciudad Santa de Jerusalén, en la misma perspectiva que lo hizo el Divino Maestro hace dos mil años.
La posición de su altar - junto a una amplia y artística ventana semicircular - permite que el Celebrante, como también el público, tenga delante de sí el mismo escenario de Jerusalén, contemplado antes por el propio Cristo.
El altar de mármol ostenta un bello mosaico con la artística figura de una gallina protegiendo a sus pollitos debajo de las alas abiertas. Esa ave, tan común en los menús domésticos de los pueblos, fue elevada por Nuestro Señor en sus predicaciones, que la comparó a la protección de los padres a sus hijos. Por eso, en la decoración de un altar simboliza al propio Salvador, en su amor por la humanidad.
5. Iglesia rusa-ortodoxa de Sta. María Magdalena.
6. Getsemaní.
7. Tumba de la Virgen María y Gruta del Prendimiento.
8. Lugar del martirio de San Esteban
9. Puerta de San Esteban.
10. Piscina Probática.
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