El Cristo románico es, dentro de la iconografía cristiana, un cristo crucificado con características propias que lo distinguen fácilmente de los demás cristos.
Representar esta escena de la pasión de Jesucristo deriva de Bizancio. Se trata de poner ne valor no el dolor sino la salvación que supone la muerte en la cruz, la victoria de Cristo sobre la muerte.
La figura de Cristo es muy hierática, no tiene ningún movimiento ni se retuerce de dolor.
Tiene los ojos abiertos, lo cual nos indica que es un Cristo que está vivo.
Podremos comprobarlo también en que no tiene herida en el costado, que es una indicación de que el Cristo está muerto.
Podremos comprobarlo también en que no tiene herida en el costado, que es una indicación de que el Cristo está muerto.
Está sujeto a la cruz con cuatro clavos. Si fueran solo tres el sufrimiento y la inestabilidad de la figura sería mucho mayor, debería cruzar los pies en ese caso.
Los brazos van perpendiculares a los hombros y no se alzan por encima de ellos impidiendo a la figura respirar correctamente.
Los pies están apoyados de manera que el peso del cuerpo no tira de la figura hacia abajo, impidiendo a la figura respirar correctamente
El cristo no tiene manchas de sangre, quizás pequeños puntos en los clavos, pero no es un cristo que este al borde de la muerte por pérdida del rojo elemento. Parece no tener huellas del maltrato sometido durante la pasión, no lleva corona de espinas. Da impresión de que no quieran comprender como un Dios puede sufrir hasta morir en la cruz.
El paño que cubre su cuerpo suele ser una falda que le tapa por debajo de las rodillas, cuanto más alto se encuentre el paño significa que estamos avanzando en el tiempo, no tapando las rodillas en época gótica y quedando convertido en un trapo en época renacentista o barroca.
En los crucifijos románicos tardíos aparece con frecuencia la cruz de gajos o de árbol sin desbastar, que hace alusión al árbol del pecado cuya consecuencia fue la redención.
En el panorama de la escultura románica, la imaginería en madera y marfil (eboraria) son frecuentemente olvidadas o relegadas a un segundo término, cuando en realidad forman parte del global mundo artístico y simbólico del románico.
Con gran diferencia sobre otros motivos, fueron la Virgen con el Niño y el Cristo crucificado los más representados a partir del siglo XII y durante gran parte de la Edad Media en la imaginería religiosa.
Estas imágenes se creaban para los altares de las iglesias y llegaron a provocar intensa devoción, ya que para el hombre medieval era más fácil proyectar sus sentimientos piadosos sobre una escultura de bulto redondo, a la vez que solicitarle sus favores.
En definitiva se lograba "acercar", mediante estas tallas, la divinidad al humilde hombre del pueblo.
CRISTO DEL MILAGRO
CRISTO DEL MILAGRO
UN Cristo románico de la capilla Cristo del Milagro en la catedral de El Burgo de Osma (Soria).
de la capilla Cristo del Milagro en la catedral de El Burgo de Osma (Soria).
de la capilla Cristo del Milagro en la catedral de El Burgo de Osma (Soria).
CRISTO CRUCIFICADO DEL MONASTERIO DEL SALVADOR
PALACIO DE BENAVER, BURGOS
Es una imagen románica, de finales del siglo XII.
Es conocido como el Cristo de los ojos grandes.
El Cristo clavado en la Cruz es una talla de madera policromada que preside la iglesia del convento burgalés.
Tiene unas dimensiones de 2,76 metros de altura, 2,23 metros de ancho y entorno a 40 centímetros de fondo, una imagen a tamaño real de un Cristo crucificado.
Es un Cristo con los ojos abiertos y con rostro bien definido, en el que destaca la simetría de sus cabellos y la definición de su barba y bigote.
Su actitud es de la de un Cristo ya resucitado, triunfante ante la muerte.
Varios autores fijaron su creación en la segunda mitad del siglo XII.
Pero en 2007 la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, durante la restauración del monasterio, detectó pigmentos de pintura que pueden situar el origen de la estatua en el siglo XI.
Es un Cristo con los ojos abiertos y con rostro bien definido, en el que destaca la simetría de sus cabellos y la definición de su barba y bigote.
Su actitud es de la de un Cristo ya resucitado, triunfante ante la muerte.
Varios autores fijaron su creación en la segunda mitad del siglo XII.
Pero en 2007 la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, durante la restauración del monasterio, detectó pigmentos de pintura que pueden situar el origen de la estatua en el siglo XI.
La pieza mantiene el modelo de Cristo Románico, con los pies clavados por separado, como en el arte bizantino.
El Cristo, no presenta lanzada en el costado, mantiene los ojos abierto y no muestra signos de sufrimiento, como evidencia de su naturaleza divina. /div>
Majestad de Batlló, es una imagen en madera policromada del siglo XII, que presenta a Cristo crucificado en actitud de Cristo Majestad o triunfante sin rastros de sufrimiento.
Es una de las muestras más interesantes de la imaginería medieval de este tipo iconográfico en Cataluña.
Su procedencia se ha situado en el Pirineo catalán de la comarca de la Garrocha1 Esta obra se encuentra expuesta en el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona.
La obra está tallada en madera de ciprés y su procedencia se sitúa habitualmente en la región de Olot, en la comarca de la Garrocha.
La imagen del Cristo tiene unas medidas de 94 x 96 x 17 cm y la cruz de 156 x 120 x 4 cm9
Se caracteriza la imagen por la actitud rígida y solemne, con los ojos abiertos, con una talla esquemática, que combina con cierto sentido del detalle como los que se observan en el pelo y la barba, le faltan los pies y algunos dedos de las manos.El Cristo, no presenta lanzada en el costado, mantiene los ojos abierto y no muestra signos de sufrimiento, como evidencia de su naturaleza divina. /div>
CRISTO DE SOBRARBE
No es el arquetipo del severo Cristo románico que vemos en los tímpanos representando la segunda venida para llamar a la humanidad a rendir cuentas.
Esta talla transmite más la humanidad del personaje. Su desamparo. Su vulnerabilidad. Es entrañable y conmovedor. Desconozco si esa era la intención de quien le dio forma; pero sin duda es la sensación que a mi llega a través de los siglos.
La tipología y semejanzas con otros vistos me hace pensar que su hechura hay que establecerla en un tiempo a caballo entre finales del siglo XII y principios del XIII.
http://www.romanicoaragones.com/colaboraciones/Colaboraciones043861CristoAsindeBroto.htm
http://www.romanicoaragones.com/colaboraciones/Colaboraciones043861CristoAsindeBroto.htm
CRISTO EN MAJESTAD O CRISTO DE BATLLO
Es una de las muestras más interesantes de la imaginería medieval de este tipo iconográfico en Cataluña.
Su procedencia se ha situado en el Pirineo catalán de la comarca de la Garrocha1 Esta obra se encuentra expuesta en el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona.
La obra está tallada en madera de ciprés y su procedencia se sitúa habitualmente en la región de Olot, en la comarca de la Garrocha.
La imagen del Cristo tiene unas medidas de 94 x 96 x 17 cm y la cruz de 156 x 120 x 4 cm9
El Cristo está vestido con una larga túnica con mangas también largas (túnica manicata) y pliegues tubulares paralelos que la recorren en su totalidad, (que se pueden ver también en la Majestad de Beget de la Garrotxa); está policromada con círculos de color rojo con fondo azul y motivos vegetales de clara influencia oriental; se encuentran tejidos islámicos con decoración parecida en el Museo Episcopal de Vich.
La cruz está pintada a base de franjas azules, blancas y rojas y presenta en la parte superior la inscripción JHS NAZARENUS REX IUDEORUM (Jesús de Nazaret Rey de los Judíos).
En el reverso de la cruz hay en su centro restos de la pintura de un Agnus Dei.
En cuanto a la pintura de los círculos de la túnica se encuentra relacionada con el sudario, de tejido islámico, de san Ramón muerto en 1126, de la catedral de Roda de Isábena.
Típico crucifijo románico que sigue la tradición hispana de poner cuatro clavos y las piernas en paralelo.
Cristo aparece cubierto con el paño de pureza muy largo, que con el paso del tiempo se acortará.
En el momento de llegar al museo estaba cubierta por una capa de barniz que impedía ver la policromía.
En el románico, la madera fue uno de los materiales más empleados para la elaboración del mobiliario litúrgico y las imágenes para el interior de los templos, empleándose para los cristos crucificados dos bloques o troncos de madera, uno para el cuerpo y otro para los brazos, era normal que después de talladas las imágenes se policromaran.
La imagen del cristo crucificado, en la Edad Media se presenta en varios tipos de iconografía: con el torso desnudo y con el perizonium o falda corta atada a la cintura y muerto en la cruz con los ojos cerrados y el rostro con dramatismo y cierta tensión; y el otro tipo, como la Majestat de Batlló, encima de la cruz con la túnica larga ceñida a la cintura y triunfante, con la particularidad de tener los ojos abiertos y sin ningún signo de dolor.
Los brazos aparecen rectos, no cuelga de ellos.
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