PINTURA
el tema de la Inmaculada Concepción, una de las imágenes más genuinas del Barroco español que será representada por Zurbarán, Velázquez, Alonso Cano y especialmente por Murillo.
Tras el Concilio de Trento que inicia la Contrereforma se incide en manifestar la importancia de la Virgen en la vida de Jesús y su papel como intercesora de la Humanidad.
Se refuerza además la idea de la virginidad, cuestionada por los protestantes.
INMACULADA CONCEPCIÓN
es una obra de El Greco, realizada en 1613 durante su último período toledano
La Inmaculada Concepción era una de las imágenes predilectas del arte de la Contrarreforma, a la que servía El Greco.
La Virgen María se sitúa en el centro del lienzo, acompañada por ángeles, querubines y la paloma del Espíritu Santo.
A sus pies se encuentran varios símbolos marianos, como la luna. San Juan Evangelista está presente en esta obra, es una figura de gran naturalidad.
La belleza del rostro de la Virgen contrasta con el gesto sereno y un poco adusto del apóstol.
María aparece acompañada por San Juan Evangelista, de espaldas al espectador para introducirnos en la escena.
La Virgen se sitúa en el centro del lienzo, acompañada por ángeles músicos, querubines y la paloma del Espíritu Santo sobre su cabeza.
Viste túnica roja y manto azul y se sostiene sobre una peana constituida por cabezas de querubines. Bajo sus pies encontramos diferentes símbolos marianos como el templo, las rosas, las azucenas o la luna, conformando un paisaje que da profundidad a la composición.
Ambas figuras mantienen un diálogo a través de sus miradas. San Juan es un modelo de marcada anatomía, inspirada en la obra de Miguel Ángel.
La luz, procedente de la visión celestial, resbala por sus vestidos. María acentúa el movimiento de su cuerpo al desplazar sus manos juntas hacia la izquierda, al igual que la cabeza. De esta manera realiza una especie de giro que identifica a la mayor parte de las Inmaculadas.
Ambas figuras aún mantienen el canon clásico, canon que será sustituido posteriormente por el típico de El Greco, mucho más alargado. La belleza del rostro de María contrasta con el mayor naturalismo del de San Juan.
INMACULADA CONCEPCIÓN
Aloso Cano 1648
INMACULADA DE ALONSO CANO
INMACULADA CONCEPCIÓN
Alonso Cano realizó esta Inmaculada Concepción según los postulados de la estética barroca sevillana. El tema de la Inmaculada pone de manifiesto la inocencia y la virginidad de María al concebir a Jesús.
Para destacar esta idea, la joven María suele representarse con una serie de características que el fiel conocía e identificaba.
Eran, por ejemplo, la túnica blanca con el manto azul, las doce estrellas que coronan su cabeza, la media luna sobre la cual se apoya, etc.
Estos rasgos fueron establecidos, especialmente, a través de escritos como los de Francisco Pacheco, el suegro de Velázquez, que luego otros pintores ejecutaban en sus obras. Cano ha utilizado para esta pintura sus dotes de escultor, puesto que la imagen tiene un aspecto muy tridimensional, con correctos volumen y sombreado, como si fuera una escultura de bulto redondo.
INMACULADA CONCEPCIÓN
1684, óleo sobre lienzo (167 x 138 cm), colección privada.
INMACULADA CONCEPCIÓN
Esta representación de la Inmaculada Concepción fue realizada por el pintor rococó italiano Giovanni Battista Tiepolo. Data de los años 1767-1769 y está pintada al óleo sobre lienzo, midiendo 281 cm de alto por 127 cm de ancho. Se expone en el Museo del Prado de Madrid, España.
Entre 1767 y 1769 pintó Tiepolo siete lienzos para la iglesia real del convento de San Pascual en Aranjuez, hoy divididos entre el Museo del Prado de Madrid (además de este hay un San Pascual Baylón y un San Antonio de Padua) y el Palacio Real de Madrid. Se representa a la Virgen tal como se narra su aparición en el Apocalipsis, capítulo 12, versículos 1-17:
Aparecen en esta escena toda una serie de símbolos relacionados tradicionalmente con la Virgen: en primer lugar, la corona de doce estrellas y sobre ella, una paloma que representa el Espíritu Santo.
Se alza, envuelto en el típico manto azul celeste, sobre la esfera terrestre y una media Luna, pisando a la serpiente o dragón que es el Diablo que lleva en la boca la manzana que hizo caer en la tentación a Adán y Eva, de manera que la Virgen aparece como redentora del Pecado Original.
Uno de los ángeles porta la vara de azucenas, sobre el suelo se ve una palmera, una rosa y, entre las nubes, un espejo. De esta manera se representaba el dogma de la Inmaculada Concepción de María para la Iglesia Católica, como el único ser humano concebido sin pecado original. Tiepolo usa colores claros, iluminando la escena con una intensa luz dorada.
INMACULADA
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INMACULADA
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