No les tengáis miedo, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo
Hasta tres veces nos repite hoy Jesús: “No tengáis miedo”.No temáis! Unas palabras que necesitamos escuchar hoy más que nunca. La terrible experiencia del “corona-virus” a nivel mundial, nos cogió de sorpresa y totalmente desprevenidos. Lo mismo que la guerra contra Ucrania o los fuegos devastadores, Las consecuencias han sido terribles. ¿Cómo no tener miedo?
Sólo Jesús, vencedor de la muerte, puede abrirnos horizontes de esperanza.
El evangelio nos invita al optimismo. No es que estemos ciegos y miramos a otra parte para no ver los problemas que nos rodean. Sabemos de las dificultades que nos enfrentamos en nuestra vida personal, en nuestras familias, en el trabajo, en nuestros países. Somos conscientes de que no hay soluciones fáciles. Seguir adelante implica nuestro compromiso, nuestro esfuerzo, nuestro sacrificio.
NOSOTROS
No debemos tener miedo a nada ni a nadie porque Dios nuestro Padre está a nuestro lado. Porque pueden matar nuestro cuerpo pero no podrán matar nuestro espíritu. Porque hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados y el que vela por este mundo, que es su creación, ¿no va a cuidar de nosotros que somos sus hijos queridos?
Pero estamos dispuestos a todo ello porque sabemos que a nuestro lado, compartiendo con nosotros cada uno de nuestros pasos, está Dios mismo, que nunca nos va a dejar de su mano. Por eso, somos capaces de tomar decisiones arriesgadas.
Por eso, no tenemos miedo. El que cuida de los gorriones, ¿no va a cuidar de nosotros?
Llevamos este tesoro en nuestro corazón: la seguridad de que Dios está con nosotros. Nos podremos equivocar. Cometeremos errores. Pero nunca, nunca, vamos a desesperar. Nunca, nunca, nos vamos a quedar tendidos en el suelo, sin levantarnos, pensando que no vale la pena seguir intentándolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario