La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se celebra el viernes posterior al segundo domingo de Pentecostés.
Es lo mismo, el viernes después de la Solemnidad del Corpus Christi, celebramos el Sacratísimo Corazón de Jesús.
La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.
Cuando Cristo se apareció a Santa Margarita María de Alacoque, le mostró su Corazón Dulcísimo, que derrama gracias sobre los hombres y, muchas veces, no es correspondido por ellos.
“Te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”, expresó el Señor a Santa Margarita en junio de 1675.
“También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute”, añadió.
Más adelante Santa Margarita con el jesuita San Claudio de la Colombiere, su director espiritual, propagarían los mensajes del Sagrado Corazón de Jesús.
Posteriormente, el Beato Pío IX en 1856 extendió oficialmente la Fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús a toda la Iglesia.
En 1899, el Papa León XIII publicó la encíclica “Annum Sacrum” sobre la consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, que se realizó ese mismo año.
En Paris fue construida una gran Basílica dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, en la colina de Montmartre.
Fue consagrada por el cardenal Amette y el cardinal Vico, legado del Papa Benedicto XV, el 16 de octubre de 1919. Los fondos fueron aportados por una recaudación de pequeñísimas ofrendas, procedentes de todos los diócesis, órdenes, congregaciones, parroquias y sociedades. Entre ellos, la pulsera de oro de Teresa Martin, futura Santa Teresa del Niño Jesús.
Asimismo Pío XI en 1928 escribió la “Miserentissimus Redemptor”, encíclica que trata de la reparación que todos debemos al Sagrado Corazón. Mientras que el Papa Pío XII en 1956 publicó la encíclica “Haurietis Aquas” en referencia al culto al Sagrado Corazón.
Muchas órdenes y congregaciones religiosas, desde antiguo, se han puesto bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús.
En Roma se encuentra la Basílica del “Sacro Cuore” (Sagrado Corazón) construida por San Juan Bosco por encargo del Papa León XIII y con donaciones de fieles y devotos de varios países.
En España son tres los Santuarios importantes dedicados al Sagrado Corazón de Jesús son, la Basílica de la Gran Promesa en Valladolid, el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, en el Cerro de los Ángeles, ubicado en la localidad madrileña de Getafe y en Barcelona el Templo Expiatorio del Tibidabo.
En muchas ciudades y localidades de España y del mundo entero se construyeron monumentos al Sagrado Corazón de Jesús.
Hay quien podría pensar que la devoción al Sagrado Corazón es algo trasnochado, propio de otras épocas, pero ya superado en el momento actual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario