YA ES SEMANA SANTA

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viernes, 29 de julio de 2022

DOMINNGO XVII DEL TIEMPPO ORDINARTO

SÁBADO

“ Las fuerzas milagrosas actúan en él ”



Juan bautista es el verdadero profeta que anuncia la verdad ante el mismo rey Herodes: “No te es lícito tener la mujer de tu hermano”. Y, naturalmente, las verdades duelen. Pronto llega la ocasión de la venganza. Juan está en la cárcel, pero la verdad no está encarcelada.

según san Mateo 14, 1-12 

En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos: «Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». 

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. 

Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. 

Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». 

El verdadero profeta muere, pero no muere su mensaje, ni el testimonio de su vida.

El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.


Hoy, Juan Bautista nos sigue hablando y su testimonio es actual para nosotros y será válido de generación en generación. Juan Bautista era el precursor de Jesús, el que iba por delante preparándole el camino. Por eso la muerte de Juan anuncia y prepara la muerte de Jesús.

VIERNES

“ Creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios ”


según san Juan 11,19-27 

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. 

Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».

Marta reconoce el señorío y el poder de Cristo: “Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. A la vez que le reprocha al Maestro el no haber estado cerca, manifiesta que Jesús es el Señor de vida y muerte, sabe que sólo Él tiene poder para devolverle la vida a Lázaro.

Marta es para nosotros, un gran testimonio de fe:

 Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección en el último día».

Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?». Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».



 JUEVES

“ Sacar de su tesoro lo nuevo y lo antiguo ”


“La parábola de la cizaña en medio del trigo y la de la red para pescar se refieren, sobre todo, a la presencia, ya operante, de la salvación de Dios. Pero, junto a los “hijos del reino”, se hallan también los “hijos del maligno”, los que realizan la iniquidad: sólo al final de la historia serán destruidas las potencias del mal, y quien haya acogido el reino estará para siempre con el Señor2. (San Juan Pablo II, Audiencia, 18 de marzo de 1987).

según san Mateo 13, 47-53 

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. 

Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. 

¿Habéis entendido todo esto?». Ellos le responden: «Sí». 

Las palabras y los gestos de Jesús, nacidas de su experiencia de hijo, sin mudar una letra o una coma, (Mt 5,17-18) iluminaron el sentido del Antiguo Testamento desde dentro e iluminaron por dentro toda la sabiduría acumulada del doctor de la Ley. Dios mismo, que parecía tan distinto y severo, adquirió los rasgos de un Padre bondadoso de gran ternur

Él les dijo: «Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo». Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.


Si Dios es amor, todo en la Biblia me tiene que hablar del amor. Si no saco amor es que no la he leído bien.

MIERCOLES

“ El reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido ”


 Pero todos somos testigos de haber encontrado personas que han sido y son “verdaderos tesoros”. Una buena familia es un tesoro; un buen amigo es un tesoro; una pareja de enamorados es un tesoro; un matrimonio ilusionado es un tesoro. Estas personas nos ayudan a crecer, a ver la vida de otra manera, a saber, disfrutar de esta vida.

según san Mateo 13,44-46 

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. 

Una buena familia es un tesoro; un buen amigo es un tesoro; una pareja de enamorados es un tesoro; un matrimonio ilusionado es un tesoro. Estas personas nos ayudan a crecer, a ver la vida de otra manera, a saber, disfrutar de esta vida.

El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra».



Encontrar el tesoro es encontrar la ilusión, la alegría, las ganas de trabajar, las ganas de vivir. Yo no puedo entender el cristianismo como un peso, una obligación o una ascética. Quiero vivirlo como una “mística”, como una atracción, como una seducción.

MARTES

“ Señor, explícanos la parábola ”


En esta parábola quedan muy bien definidos los autores del bien y del mal. “El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre”. ¿Y el sembrador de la mala semilla? “El enemigo que la siembra es el Diablo”.

según san Mateo 13, 36-43

 En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». 

Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos y los segadores los ángeles. 

No hay dos campos distintos: uno para el trigo y otro para la cizaña. El trigo y la cizaña crecen juntos en el campo de mi propio corazón. ¿Quién es capaz de decir que él es trigo puro sin mezcla de cizaña?

Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

 Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».


hay mucha cizaña en el mundo, pero hay mucho más trigo. Lo que pasa es que el mal hace mucho ruido y el bien es silencioso. La semilla del bien crece sola en el silencio del corazón. Y esa buena semilla está oculta a los ojos de los hombres, pero no ante el Padre Dios “que ve en lo escondido”. ¡Gracias, Señor!

LUNES

“ Mi cáliz lo beberéis ”


En el evangelio de hoy que se nos propone en esta festividad es el famoso diálogo de la madre de Santiago y Juan con Jesús acerca del futuro de sus hijos.

según san Mateo 20, 20-28 

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición. 

Él le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda». 

Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: «Podemos».

El futuro de los de los seguidores de Jesús es simplemente beber su mismo cáliz, es decir, el cáliz de la salvación, beber la misma suerte que Jesús.

 Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre». 

Jesús aprovecha la provocación de la madre de Santiago y de Juan para enseñar a sus discípulos cuál debe de ser la regla de gobierno entre ellos: No es la imposición, la autoridad de la tiranía, sino la autoridad del servicio, de la inocencia.

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, 

Jesús les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. 

Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».


Santiago bebió hasta la última gota que fue el martirio.

La sangre de Santiago, la vida de Santiago, es una sangre que ha sido derramada según la regla de gobierno enseñada por Jesús: el que quiera ser poderoso que se haga servidor. La regla del servicio es sangre derramada, plenitud de vida desgastada, amargura llena de dulzura… es vida y muerte… es la regla del Amor.

DOMINGO

“ Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino… ”


Jesús se dirige a Dios llamándole “mi Padre”. Esto era totalmente nuevo. Nadie ha mostrado un solo caso en el que una persona individual haya tenido en Israel la osadía de dirigirse a Dios para decirle: padre mío.
Más aún. Cuando Jesús se dirigía a Dios su Padre, usa la palabra aramea ABBA. Y esta palabra estaba en los sonidos balbucientes de los niños.  

según San Lucas 11, 1-13 

Él les dijo: cuando oréis, decid: “Abbá”. Este texto es sumamente importante para nosotros porque nos sitúa en la verdadera oración. Jesús ha estado orando. Lo que nos transmite es parte de su propia experiencia.

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».

 Y les dijo: «Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:

 “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde: “No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

 Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.

 ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, 

¿ cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».



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