Yo os envío como ovejas en medio de lobos..."
Jesús hace saber a los suyos la otra cara inevitable y necesaria de la misión, la de la hostilidad y la persecución.
Son palabras duras y es que el Evangelio de Jesucristo no es un simple discurso ni mucho menos un tratado.
El Evangelio no te deja indiferente: se está a favor o en contra de él.
El "Sígueme" significa 'inmediatamente, sin retorno', por eso la misión está indisolublemente unida a la fe y tiene que asumir el peligro y las contradicciones.
Los discípulos no serán verdaderos "seguidores" de Jesús en tanto no hayan sido capaces de recorrer todo el camino, hasta llegar a la contradicción, hasta alcanzar el Gólgota.
Tienen que llegar a ser bautizados con el fuego, han de beber de la copa, para poder transmitir el testimonio de la verdad: "solo el que persevere hasta el final se salvará".
En definitiva, han de ser como el Maestro. ¡Dios mío qué lejos estamos tus discípulos del siglo XXI! Señor que tu Espíritu me asista y me haga salir de esta fe 'adomesticada' que no afecta a mi vida. Una fe 'ni fu, ni fa'.
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