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sábado, 30 de octubre de 2021

EL AMOR A DIOS Y AL PROJIMO

AMAR A DIOS CON NTODO NUESTRO SER Y NO SOLAMENTE DE BOCA HACIA FUERA SINO CON EL CORAZÓN 



Hoy te llames como te llames, a ti y a mi "escucha" ama a tu Dios sobre toda las cosa y a continuación el amor a al projimo, el más cercano .cristianos

Pero amar al prójimo no es lo más importante.

A nosotros como cristianos el hacer el bien o  el mal no nos  define, nos define que seguimos  a Cristo. Despues de descubrir a Cristo, hacemos  lo que El hizo y practicamos lo que El practicó:

-si amo, nosotros tenemos que amar.

-si se arrodilló, nosotros tenemos que arrodillarnos.

-si perdonó, nosotros  tenemos  que  perdonar.

Primero Dios y al  descubrir a Dios la consecuencia es hacer el bien. No podemos olvidar que el bien lo puede hacer un ateo, un agnóstico e incluso un malvado


Amar a Dios es relativamente fácil: es una realidad tan invisible, nos exige tan poco que –conquistarle a nuestra manera- (como dirían los jóvenes) ¡está chupado! Pero ¿le amamos como El quiere? ¿Le cortejamos como El merece? ¿Le festejamos totalmente? ¿Le buscamos desde abajo y con los de abajo?

Amar a Dios y al prójimo pero  sin alterar el orden

Con el evangelio en la mano, la Palabra de Dios, nos invita a volcarnos con el de arriba y con el de abajo; a sonreír al guapo y al feo; a ayudar al que me cae bien y al que me cae mal; a perdonar al que está lejos y al que tengo cerca; a entregarme con el alegre y con el triste; con el pobre y con el rico; con el que me cae bien y con el que tengo (por grandes o por pequeñas cosas) atragantado.

¡Escucha, hermano! Hoy mi Palabra os habla  de tres amores.

1º  El amor a Dios, muy importante

2º El amor al prójimo, consecuencia del amor a a Dios.

3º El amor a uno mismo, te amas y descubres el amor y entonces das amor.

¿que es el amor?  hacer el bien, intentar que el otro sea feliz a costa de mi felicidad.

Empezamos a querernos a nosotros  mismo para saber que es estar feliz y que es el amor y después hacemos  feliz al otro y  amamos al  otro.

A mosotros como cristianos  nos salva  la persona que hizo el sumo  bien y al cual intentamos imitar.


 ¡Escucha, hermano mío! Nos repite, Jesús: No arrincones ni el amor a Dios, ni tampoco el amor a los hombres. No te justifiques diciendo: ¡no puedo más! ¡Ya he cedido bastante! ¡Ya estoy canso de ser yo siempre quien perdone, quien se acerque, quien haga borrón y cuenta nueva, quien ponga la segunda mejilla!

 ¡Escucha, hermano mío! Nos responde Jesús: yo también ofrecí la segunda mejilla; compartí la mesa con el que me traicionó y hasta me fié de quien, en las horas más amargas de mi vida, tres veces me negó. Pero los amé con locura. ¿Sabéis por qué? Porque eran hermanos míos. Hijos de un mismo Padre. Y, por mi Padre y porque sé que le agrada a mi Padre, los amé con la misma fuerza que os amo a vosotros.

 3.- Que esta eucaristía, con la escucha atenta del Evangelio, nos ayude a descubrir esas dos vías que –juntas y en paralelo- van derechas a la gloria que Dios nos tiene prometida: verle y contemplarle cara a cara por el amor que le tributamos en la tierra y porque, en el hermano, supimos honrarle, cuidarle y respetarle. ¡Escucha, hermano mío! ¡No lo olvides!



HAZME VIVIR, SEÑOR, COMO TÚ DICES Y VIVES Que haga, no aquello que el mundo espera, sino aquello que Tú deseas: para construir tu Reino siendo tu sal y tu luz Con tu fuerza, Señor, y en tu Palabra que viva con el fervor de tus discípulos con la sencillez de María o arropado con el testimonio de los mártires Pero, Señor, que no viva de espaldas a tu Verdad: que mi “sí” a tu voluntad, se manifieste en un compromiso sincero por un mundo mejor que mi “si” a tu Palabra sea luego imagen real de lo que pienso y realizo Que lejos de desafinar en mi existencia cristiana sepa armonizar mi idea, con mi práctica mis ilusiones, con mis realidades mis anhelos, con mis luchas diarias mi amistad contigo, con la fraternidad del día a día 


 HAZME VIVIR, SEÑOR, COMO TÚ DICES Y VIVES Desviviéndote, en tu intimidad con el Padre y deshaciéndote por la salvación de la humanidad Guiándote por la mano del Padre y dirigiendo con la tuya el camino del que te desea y busca Proclamando la bondad de Dios en un mundo egoísta y mostrando, con tus heridas y tu cruz, que tu vida no es solo palabra…no solo proyectos… que, tu vida, es hacer aquello que vives: ¡DIOS




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