Emociona comprobar cómo seguimos celebrando, en lo esencial, la misma misa que instituyó Jesucristo y celebraban los primeros cristianos. Todo lo que decimos y lo que escuchamos acerca de la Eucaristía tiene su origen en lo que nos dijo, en primer lugar, el propio Jesucristo y, luego sus testigos, a través de los evangelistas y, el primer eslabón de cristianos, los Padres de la Iglesia.
Nosotros no vemos a Jesús pero lo oímos en la Palabra de Dios y lo sentimos en la comunión.
Los primeros cristianos iban a que le curasen sus enfermedades.
Nosotros en los Jueves Eucarísticos cuando pasa el Señor si estamos triste nos alegra, si estamos caído nos levanta y si estamos enfermos no nos cura pero salimos con fuerza para seguir caminando.
Los primeros cristianos iban mucho atormentados.
Nosotros estamos atormentados con la pandemia y en misa no sentimos más tranquilos, nos venimos más arriba y salimos más fuerte , más optimismo y con fe , esperanza en nuestro corazón.
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