ORACIONES DE LA SEMANA XV DEL TIEMPO ORDINARIO y XVII

 SEMANA XV DEL TIEMPO ORDINARIO

Bendeciré tu nombre. Señor Porque me llamas a ser instrumento de tu amor

 Porque permites que sea de los tuyos/ Porque me hablas de una ciudad eterna

 Porque me dices que, los que viven junto a mí, son mis hermanos .

Porque cumplir Tu voluntad es el Camino verdadero .CONTIGO IRE, SEÑOR

Las lecturas de este domingo nos invitan a comunicar, compartir, anunciar lo que hemos recibido gratuitamente como discípulos y misioneros de Jesús.

Con el único equipaje que su confianza en Él, apoyado por un bastón y unas sandalias, y poco más, para no distraerme y cumplir mi misión.

Que no vayamos por ahí poniendo cadenas, sino quitándolas, no fomentando el miedo, sino el amor; no produzcamos tristezas, sino alegría. Como Jesús. Exactamente como Él. Hasta el último rincón de la tierra.

L

No puedo cruzarme de brazo viendo como las acciones de pecado rodean vida con mis acciones y mis palabras puedo demostrar que Tu Reino está aquí.

Para seguirte tengo que abrazar tu cruz. 

Solo me pides amor, un amor sin medias tintas...... y yo amor quiero entregarte. 

M

Que aproveche todo lo bueno que me ofreces Señor me has dado dones y gracias en abundancia y por tanto tengo una responsabilidad. 

Me uno a tu plan de vida: amor, paz, alegría....y no vivir en tiniebla que te entristece. 

Mi

“Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra........... 

Jesús nos pide que nos hagamos como niños, para que podamos conocer y reconocer al “Abba”

Hoy, Jesús, vengo a rezar no para pedirte nada, sino para agradecerte todo lo que has hecho conmigo. Y quiero unir mi alabanza a la tuya y dar gracias al Padre por ser tan bueno y generoso. 

Quieres Señor que evite el mar porque hace sufrir y me dedique a ayudar a los que sufren, tienen cargas muy pesadas para ellos. Tu Señor, hombre de Amor, eres verdadero descanso y quieres que yo sea ese descanso para mis hermanos que sufren. 

CONTIGO, VIRGEN DEL CARMEN 

Nos sentimos marineros de Cristo bregando con los remos de la fe y de la esperanza dirigiéndonos con la brújula del Evangelio y alertándonos con la sirena de la eternidad.

S

La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará, hasta implantar el derecho.

¿Qué derecho? El del amor. Es todo un manifiesto de lo que Jesús es, de lo que Dios es. Un Jesús, un Dios, que busca la dicha, la plenitud de la vida de todos sus hijos.

Todos tenemos nuestras debilidades y defectos. Aun así Dios nos está llamando a servirle. No miremos nuestra pequeñez, nuestra debilidad; miremos su Poder. Una vez más te invito a decir con María: “Hágase en mí según tu Palabra”.

SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

Hoy caminando contigo. Que sepa en este año Santo descubrir que mi vida es un santuario en el que pueda dar cobijo. Que sepa también en este año agarrar la cruz que fue tu gloria. Y dame valor en la lucha diaria y silencio en el ruido para que escuche la voz del Señor.

El Señor nos invita también a vivir en actitud de servicio a los demás, según el ejemplo de Cristo que no vino a ser servido sino a servir. Esto implica hacer de nuestra vida una ofrenda, una entrega, con una disponibilidad sin límites que pasa por el servicio desinteresado al prójimo, buscando el bien del otro, sirviendo a todos con verdadero amor. Dios nos creó para Él. Nuestra vida es para Él. Estamos aquí en la tierra para amarlo y servirlo, eso nos puede hacer verdaderamente felices ya en esta tierra.

L
Señor, te pido que me enseñes a ser humilde. Cuanto más alto se quiere hacer un edificio, más profundos han de ser los cimientos. Y el gran edificio de la vida cristiana y de la santidad sólo se puede edificar sobre los hondos cimientos de la humildad.  Señor yo quiero ser pequeño y humilde.

M

Entre tus manos Señor pongo mi vida y mi ser. Entre Tus manos pongo mi existir. Hay que morir para vivir, entre Tus manos confío mi ser.

Dar gracias por estar aqui porque mi fe es un tesoro que tengo que cultivar. En Tus manos Señor pongo mmi vida.

MI

La mision de Jesús anunciar el Reino de Dios. El que acepta esa misión de parte de Jesús, se llena de su Palabra, y pone su vida al servicio de esta, tiene “algo” que todos notan,

JU

Pidamosle hoy al Señor que no permita que el ritmo frenético de nuestras jornadas nos atropelle hasta el punto de dejar de estar inspirado por el amor en todos nuestros servicios y quehaceres cotidianos y, sobre todo, que no deje que la experiencia de dolor nos aleje de Él, más bien, como hizo Marta, sea para nosotros ocasión y experiencia fecunda de resurrección y de vida.

VI

Señor, ayúdame a comprender el valor de lo pequeño, lo sencillo, lo ordinario, lo que vivo cada día. Que pueda experimentar como Jesús, la experiencia del Padre. Que, con esa presencia dentro de mi corazón, puedo disfrutar de todo, aún de las cosas más insignificantes.

SEMANA XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Créeme, Señor, que te busco porque te quiero. Aunque a veces la cruz me pese demasiado. Te busco. En cada día y en cada acontecimiento En la escasez y en la abundancia En el llanto y en la sonrisa. Sólo sé, Señor, que no dejo de buscarte Que no dejo de quererte Que no dejo de de pensar que, sin Ti, mi vida sea muy diferente. Gracias, Señor

Dame Señor siempre de este Pan, Pan que da vida, Pan verdadero, Pan que nunca falla, Pan, qu cuando estoy triste y roto más lo necesito. 

Lo asombroso Señor no es el alimento que nos da sino el infinito Amor que lo mueve a darnos ese alimento. 

Lunes

Como Tu compartes los panes y los peces que sepa compartir lo poco que tengo para ser feliz y dar un muy mucho a los demás. 

Y ser pan para los demás :sonrisa, Ternura y silencio de palabras cocidas en el horno de mi humildad. 

M

Señor que sepa orientarme hacia Ti aunque esté envuelto en grandes nubarrones y oscuridad. 

Que en medio de todo lo adverso sienta como tu mano, vuelva a escuchar:no tengas miedo estoy contigo. 

MI

Señor,  necesito de tus migajas, de tu mirada para ayúdar a mirar a las personas en profundidad, por encima de credos, razas, sexo o situación social. 

Que mi experiencia de tener a un Dios-Padre me lleve a mirar a los hombres y mujeres de este mundo como a mis hermanos y hermanas.

VI

Quiero subir y bajar, Señor, contigo y contemplar, cara a cara,

Quiero subir y bajar: Ascender para contemplar tu gloria bajar para dar testimonio de ella

Que entienda, Señor, que para bajar es necesario, como Tú, subir primero: a la presencia de Dios, para vivirlo ante la voz de Dios, para escucharlo ante la fuerza de lo alto, para que la vida brille luego con el fulgor y el resplandor de la fe. 

Muéstranos, Señor, tu rostro y, que para bajar al llano de cada día, no olvidemos nunca de buscar y anhelar los signos de tu presencia. 

Amén.

SA

 Con el evangelio en el corazón, hecho vida y experiencia, tenemos la mejor levadura para transformar este mundo.

Dios quiere que nos fiemos plenamente de Él, que sintamos en carne viva los problemas de la gente, que cambiemos de vida y nos convirtamos al Evangelio. 

No se trata de mover montañas de tierra sino creer en la fuerza del evangelio para mover montañas de prejuicios y dificultades a la hora de implantar en el corazón de las personas los criterios del Evangelio.