Bienaventurada Madre ante los ojos de Dios y, hermosa, fiel, pura y radiante ante los oojos de todos nosotros, que Tu Madre dia a dia nos contemplas desde tu trono.
Tu pueblo de Siruela que, desde hace muchos años, te ve como un sendero para llegar a Dios,
Siempre es necesario un camino para no perdernos y un horizonte en el que clavar nuestros ojos,ese camino le recorremos de tu mano Madre.
María, silenciosamente acompañada y rodeada de Misterios y lo haces así porque, tu vida, fue grande en el silencio porque, Dios, y nadie más, ocupó lo más santo de tus entrañas porque, Dios, y nadie más, gustó la beldad interna de tu cuerpo.
Como creyentes, en este momento particularmente convulsionado de nuestra historia, hemos sido invitados a vivir “desde la confianza, la ternura y la misericordia.”
Mirar la experiencia de María nos lleva a adentrarnos en “la confianza como aventura espiritual”. Una aventura que nos hace ir más allá de nuestro propio límite, que convierte “nuestro futuro en un proyecto que moviliza nuestro presente”
Cuando María escucha las palabras de Gabriel: “Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”, acoge el futuro, no le cierra las puertas, sólo hace una pregunta: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?” (Lc,1,32-34).
La Virgen toma la fuerza necesaria para cumplir su misión de esa confianza plena en el Señor y, por eso, la Iglesia puede llamarla: “la realización más pura de la fe”. La mayoría de las veces, las cosas no saldrán como las habíamos planeado. A María le sucedió; sin embargo, no hubo reclamo, queja o atisbo alguno de pesimismo, sino confianza en que Dios estaba con ella.
Bienaventurada Madre ante los ojos de Dios y, hermosa, fiel, pura y radiante ante los oojos de todos nosotros, que Tu Madre dia a dia nos contemplas desde tu trono.
Tu pueblo de Siruela que, desde hace muchos años, te ve como un sendero para llegar a Dios,
Siempre es necesario un camino para no perdernos y un horizonte en el que clavar nuestros ojos,ese camino le recorremos de tu mano Madre.
María, silenciosamente acompañada y rodeada de Misterios y lo haces así porque, tu vida, fue grande en el silencio porque, Dios, y nadie más, ocupó lo más santo de tus entrañas porque, Dios, y nadie más, gustó la beldad interna de tu cuerpo.
La esperanza es camino y María nos enseña a subir y nos lleva al Monte Santo que es Cristo.
La esperanza es tensión hacia la meta definitiva y María nos abre, glorificada ya en el cielo esa meta definitiva. Allí en el Reino consumado, está nuestro verdadero nombre, el nombre que alcanzaremos un día cuando entremos en el reposo definitivo del Padre; y María es la luz que anticipa esta esperanza para todos los que peregrinan,
Ella es “signo de esperanza cierta “, como la llama el Concilio. Cómo se nos ensancha el corazón en María de la Esperanza, cuando sentimos también nosotros el corazón demasiado reseco y demasiado sediento, como la tierra de Israel, como la Galilea, cuando recibió la lluvia misteriosa del profeta
Bienaventurada Madre ante los ojos de Dios y, hermosa, fiel, pura y radiante ante los oojos de todos nosotros, que Tu Madre dia a dia nos contemplas desde tu trono.
Tu pueblo de Siruela que, desde hace muchos años, te ve como un sendero para llegar a Dios,
Siempre es necesario un camino para no perdernos y un horizonte en el que clavar nuestros ojos,ese camino le recorremos de tu mano Madre.
María, silenciosamente acompañada y rodeada de Misterios y lo haces así porque, tu vida, fue grande en el silencio porque, Dios, y nadie más, ocupó lo más santo de tus entrañas porque, Dios, y nadie más, gustó la beldad interna de tu cuerpo.
QUINTO DIA..........................LA FE
Quinto día,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,La fe
! El “sí” de aquella mañana en Nazaret. Creyó, esperó y se brindó a todo lo que Dios le pidió. María vive una fe confiada. No calcula el camino que deberá recorrer.
Si Dios le dice: “Estoy contigo, el Espíritu Santo vendrá sobre ti, el Poder del Altísimo te cubrirá”, María tiene plena confianza en Dios Hay también un aspecto gozoso de la fe de la Virgen María que le permite no preocuparse demasiado ante los peligros, no vivir el futuro con angustia.
Esta alegría estalla en el Magníficat y nos revela el clima interior de María: recibía más gozo del niño en su seno que la inquietud de los peligros reales que se cernían sobre ella. Venid y vamos todos Venid y vamos todos Con flores a porfía Con flores a María, Que Madre nuestra es. De nuevo aquí nos tienes Purísima Doncella, Más que la luna bella, Postrados a tus pies. Venimos a ofrecerte,
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