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El Ängel Gabriel y María
Así era y así vivía la escogida para Madre del Salvador. Y mientras nadie se acuerda ya de las matronas romanas ni de las reinas orientales, ella recibe cada día el recuerdo, el amor y las lágrimas de millones de hijos, esparcidos por el mundo, que repiten sin cesar las dulces palabras del celestial embajador:
El Greco
Salve, María; llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres.
Al oír estas palabras, ella se turbó, y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
Robert Campin Museo Real de BB.AA. -Bruselas-
—No temas, María, porque en ti se agrada Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se le llamará Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Lucas Giorgano
Decir estas frases a una joven israelita instruida en los libros santos era lo mismo que decirle: Tú serás la Madre del Gran Rey que ha de venir, tú serás la Madre del Salvador esperado.
Al oír esta promesa —la más bella y halagadora que entonces se pudiera imaginar—, aquella joven prudentísima recuerda que ella ha consagrado la virginidad a su Dios; ella no duda de las palabras del mensajero; pero como era cosa nunca oída que una virgen concibiese un hijo en su seno, pregunta cómo sucederá esto, y añade que ella no conoce varón; como si dijera:
Murillo
—Creo que eres un ángel venido del cielo; creo que lo que me presentas está sobre toda dignidad humana; sin embargo, debo 23 decirte que yo no tengo ni tendré nunca trato marital con hombre, pues estoy consagrada a Dios.
El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque nada es imposible para Dios.
Misteriosa y grande manera de hablar —El Espíritu Santo descenderá sobre ti. No concebirás por obra de varón, sino por obra del Altísimo. De ti nacerá un hijo, igual a los demás hombres en su naturaleza humana, pero a la vez igual a Dios en su naturaleza divina. Este hijo será el Hijo de Dios, que existe desde toda la eternidad. Y en prueba de que te anuncio una verdad, ahí tienes a tu prima Isabel, que siendo anciana y estéril, también ha concebido un hijo por milagro. Dios lo puede todo: si Dios ha hecho que la anciana tenga un hijo, también puede hacer que la virgen sea madre sin dejar de ser virgen.
El ángel ha cumplido su misión: ha propuesto a la joven la dignidad altísima de ser Madre de Dios. y nada se hará hasta que ella consienta. ¡Tanto respeta Dios la libertad humana!
El ángel ha cumplido su misión; queda callado, respetuoso. Instante solemne. ¡Oh Virgen feliz! Toda la humanidad, cautiva del pecado y privada de la amistad de Dios, espera ahora tu respuesta, espera que tú quieras recibir al único que puede salvarla.
Entonces dijo María: —He aquí la esclava del Señor.. hágase en mí según tu palabra.
Y el ángel se retiró de ella.
La Anunciación hacia 1576 Óleo sobre lienzo. 117 x 98 cm Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Los numerosos cuadros con el tema de la Anunciación que El Greco pintó nos permiten estudiar la evolución de su estilo pictórico a través del episodio bíblico.
Esta pintura, fechada hacia 1576, se considera una de las últimas versiones realizadas en Italia, a la vez que denota una gran influencia de la pintura veneciana. La Virgen, a la izquierda en el reclinatorio, recibe atenta la visita del arcángel, figura ésta que recuerda por su impronta al Veronés.
La luz y el color muestran la admiración del pintor por el cromatismo de las obras de Tiziano, mientras que en el estudio y el tratamiento de los ropajes está patente la huella de Tintoretto. Aquí, El Greco se vale de un escenario arquitectónico sencillo, que enmarca a los personajes con soltura, en un intento de dar veracidad a la escena.
La anunciación es una obra de El Greco, realizada en 1609 durante su último período toledano. Se conserva en una colección particular de Madrid.
Esta obra presenta interesantes variaciones respecto al cuadro del mismo tema pintado para el retablo de doña María de Aragón.
El arcángel san Gabriel posa los pies en un suelo embaldosado, herencia del Renacimiento italiano. La Virgen María aparece sin sus elementos simbólicos. En la parte superior del cuadro se encuentra un gran foco de luz y al Espíritu Santo bajando en forma de paloma.
Las figuras responden al canon habitual de El Greco, y además se han incluido una serie de personajillos interpretados como las virtudes: caridad, prudencia, templanza y un ángel vestido de rojo. Es una obra de factura rapidísima, que posiblemente fue acabada por Jorge Manuel, hijo del cretense, a la muerte de su padre en abril de 1614.
La Anunciación, del Greco, h. 1596-1600, óleo sobre lienzo, 114 x 67 cm, Madrid, Museo Thyssen Bornemisza.
Es posible que esta obra del Museo Thyssen fuese el modelo definitivo que el pintor presentó tras el encargo recibido por el pintor cretense para la realización de un cuadro de gran tamaño destinado a un majestuoso retablo, enmarcado en madera. Realizado entre 1596 y 1599 para el altar mayor del Colegio de Nuestra Señora de la Encarnación de Madrid, conocido como el Retablo de Doña María de Aragón (la cliente fundadora del colegio), fue desmembrado a inicios del siglo XIX.
El Greco. La anunciación (c. 1570). Museo del Prado, Madrid.
El Greco. La anunciación (c. 1567). Galería Estense, Módena.
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