"¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?", les han preguntado los hombres. "No está aquí. Ha resucitado", han contado.
En la mañana de Pascua, comenzó una nueva Creación.
Y comienza todos los días, porque, para quien abre su corazón a Dios, al Dios que se nos ha revelado en Cristo como amor, cualquier momento puede ser esa mañana de Pascua en el que la Creación fresca, recién salida de las manos de Dios, nos inunda de luz y de transparencia, de vida, de la vida que anhelamos, de la vida para la que el Señor nos ha hecho y nos ha creado.
¡Feliz Pascua para todos vosotros!
Y ojalá cada uno de nosotros también seamos capaces de abrazar al hombre tal como es, con sus llagas, con sus heridas, tal como lo encontramos cada día en la vida. Y que nuestro modo de vivir le muestre la posibilidad no utópica, sino la posibilidad real, de ese horizonte que ha quedado abierto siempre para todos en la mañana de Pascua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario