PONTEVEDRA
Siempre de frente desembocamos en la rúa Virxe do Camiño junto al hotel del mismo nombre.
Al final de esta calle giramos a la izquierda por la rúa Sagasta e inmediatamente a la derecha por la rúa da Peregrina, una calle peatonal que confluye en la plaza Peregrina, donde está la iglesia de la Virgen Peregrina, construida a partir de 1778 y cuya planta tiene forma de vieira.
De frente por la porta do Camiño, antigua puerta de Trabancos, entramos en la plaza da Ferrería, donde vemos el convento de San Francisco, del siglo XIV y de estilo gótico mendicante.
En paralelo a los soportales de la plaza enlazamos con la plaza de Curros Enríquez y continuamos rectos por la rúa Real hasta la plaza de Celso García de la Riega.
Aquí giramos a la izquierda por la rúa da Ponte, que abandona el casco histórico y llega hasta el Ponte do Burgo, sucesor del pontón romano que la vía XIX utilizaba para salvar el río Lérez.
Lo cruzamos para reanudar la marcha.
Sin pérdida y siempre de frente llegaremos hasta el barrio de A Gándara y más adelante junto a un observatorio de las Marismas de Alba, humedal de 80 hectáreas que alberga cientos de especies vegetales y 123 especies de aves.
Nos encontramos ya dentro de la parroquia pontevedresa de Santa María de Alba
SANTA MARÍA DEL ALBA
Pasa del camino portugués, el lugar es conocido con el nombre de Guxilde.
Albergó gran cantidad de peregrinos, de los cuales una de los más destacadas fue la reina de Portugal, Doña Isabel, quien en el año 1325 peregrinaba a Santiago para orar por su difunto marido.
Conviene visitar la iglesia parroquial de Santa María, de estilo neoclásico-barroco y consagrada por Don Diego Jelmírez, que a primeros del siglo XII adquirió la propiedad del templo, reconstruyéndolo y convirtiéndolo en diócesis.
Es de planta rectangular, simulando forma de cruz latina al exterior gracias a sus capillas laterales interiores.
En el exterior también se puede ver la torre campanario, típica de las iglesias rurales gallegas.
Medio kilómetro más adelante, tras pasar de nuevo bajo las vías, entramos en San Caetano de Alba, donde se encuentra la capilla homónima del XVIII (Km 6,2).
y la capilla de Devesa, del siglo XIX
y tras un discreto merendero llegamos al lugar de Pontecabras (Km 4,6).
La parroquia de Cerponzons toma ahora el testigo y el Camino Portugués visita dos de sus lugares: Leborei, donde hay una máquina de vending, y O Castrado (Km 7,3).
En el mojón de los 56.996 km a Santiago da comienzo el tramo más reparador de la jornada: una senda encauzada por un muro de piedras recubiertas de musgo y hiedras (Km 8,2).
Bajo el enmarañado dosel vegetal progresamos hasta el rego do Pozo Negro,
que cruzamos por una pasarela rústica para llegar hasta un comprometido paso a nivel sin barrera.
Tras él entraremos pronto en San Amaro, que pertenece a la parroquia de San Mamede da Portela y al Concello de Barro.
SAN AMARO
El itinerario continúa junto al mesón, pasando junto a un área de descanso.
En el lugar de A Cancela se encuentra el desvío (Km 11,4) a Portela, donde se encuentra el albergue de Barro,
disponible nuevamente desde junio de 2013. Jorge, el hospitalero, tiene las llaves de la iglesia.
Abandonamos A Cancela por una pista asfaltada y al llegar a una carretera giramos levemente a la izquierda para tomar una pista agrícola que conduce hasta la parroquia de Agudelo, concretamente al lugar de Valbón.
ALBÓN
Aquí está el crucero de Amonisa, con una talla de Santiago peregrino en el fuste mirando al norte, hacia Compostela
la salida avanzamos en paralelo a un viaducto y por un camino cruzamos el rego do Areal para salir a la carretera provincial EP-9407.
Nada más cruzarla aparece el mojón de los últimos 50 kilómetros (Km 14,9).
Varias pistas conducen ahora hasta una pequeña fábrica que precede al núcleo de La Seca, al pie de la N-550. Aquí también tenemos la oportunidad de reponer fuerzas en un bar que hay junto a la carretera.
Por el arcén de la nacional salvamos el río Agra y entramos así en el Concello de Portas.
Justo después dejamos la carretera por un camino que sale a la izquierda, y que pasa por el minúsculo núcleo de Barosa (a escasa distancia se encuentra el área recreativa) para terminar regresando a la N-550 tras unos emparrados.
Es un paso fugaz, ya que volvemos a dejarla para entrar en Briallos.
BRIALLOS
San Cristovo de Briallos es una parroquia que se localiza en el concello de Portas. Segundo
en 2010 tenía 422 habitantes (227 mulleres e 195 homes), distribuídos en 9 entidades de poboación, o que supón unha diminución en relación ao ano 1999 cando tiña 473 habitantes.
Ten unha extensión de 3,7 km², o que a converten na parroquia máis pequena de Portas. Até a creación dos concellos coa División territorial de España en 1833, pertenceu á xurisdición de Peñaflor.
iglesia parroquial de San Cristovo fue reconstruída en 1727. O 12 de abril del año 2016 un rayo impacto contra la espadana del campanario causando cuantiosos daños
En el interior del templo son interesantes los retablos del siglo XVIII.
A ermida de San Roque está situada no lugar de Castro. Ne la celébranse as festas de San Roque e Nosa Señora de Lourdes.
Nas proximidades da estrada N-550 hai un cruceiro e un peto de ánimas, Para ir al albergue hay que desviarse unos 400 metros del Camino.
En esta aldea hay un pequeño supermercado, al otro lado de la N-550, que abre todos los días de 9 a 21 horas y los domingos de 10 a 13 horas.
Hasta el albergue de Caldas aún restan cinco kilómetros, ¡ánimo!. Salimos de Briallos al encuentro de la N-550 en la parroquia de Arcos da Condesa y abandonamos de nuevo la carretera para visitar la capilla de Santa Lucía
De frente, por pistas sin apenas sombras que avanzan entre la N-550 y el río Chaín, continuamos hasta la aldea de Tivo.
TIRVO
Nos dejamos caer hasta el puente sobre el río Umia, que a pesar de su tupida vegetación sumergida reclama un baño en los meses de verano, y después giramos a la izquierda por la rúa Laureano Salgado para visitar la fuente de las Burgas, de agua termal y construida a finales del XIX.
Por la rúa Real atravesamos Caldas y llegamos hasta el histórico puente de fábrica medieval que salva el río Bermaña. El albergue de peregrinos se encuentra justo al lado.
CALDAS DE REIS
Tan sólo veinte minutos después entramos en Caldas de Reis junto a la iglesia de Santa María.
La portada que mira al oeste y el ábside son románicos pero tiene añadidos del XVII y XVIII como las capillas de San Diego y del Carmen.
villa termal,
la Aquae Celenis citada en el conocido como “Itinerario de Antonino” —un documento del siglo III en el que aparecen reflejadas las rutas del Imperio Romano—, bañada por los ríos Umia y Bermaña.
Seguimos por la calles de Santa Marta y Ferrería, y cruzamos el puente sobre el Umia,
que acerca al peregrino a la fuente de aguas termales que dan nombre a la villa desde época romana. Se sigue la Rúa Real y atravesamos otro puente, medieval y de gran encanto, sobre el río Bermaña.
La capilla de San Roque, al final de la calle homónima —enlazando con la carretera N-550—, marcará el final de esta etapa.
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