Camino Inglés, en su comienzo en Ferrol transita por dos tramos diferentes del municipio:
FERROL
En la misma dársena de Curuxeiras comienza el Camino Inglés.
Un monolito de piedra con el escudo de Galicia labrado, donde las siete cruces representan las siete provincias del antiguo Reino de Galicia, constituye la primera seña de este itinerario de 121 kilómetros,
que con un marcado rumbo norte-sur separa el golfo Ártabro de la catedral compostelana.
Accedemos a la calle Carmen Curuxeiras, vía decadente del primitivo Ferrol Vello formado por callejuelas, bajo una de las puertas de la ya extinta muralla.
Aquí se ubicaba el antiguo Hospital de Peregrinos del Espíritu Santo, destinado de igual manera a pobres y enfermos y que funcionó hasta 1780.
El itinerario urbano continúa por la Rúa San Francisco y pasa junto a la iglesia del mismo nombre, de torres truncadas y cuyo aspecto actual data de 1757.
Iglesia de San Francisco
situada entre el barrio viejo y el barrio neoclásico de A Madalena.
Seguimos de frente por la rúa Real, donde inicia el barrio de la Magdalena, de viviendas modernistas y diseñado en forma de tableta de chocolate con seis calles paralelas cortadas por otras nueve transversales.
Este último es todo un símbolo del nuevo urbanismo surgido en los tiempos de la Ilustración;
Ferrol llegó a ser en el siglo XVIII la mayor ciudad de Galicia. El rey Fernando VI había decidido instalar aquí a mediados de ese siglo el Gran Arsenal del Norte de España, lo que convertiría este lugar en la gran base naval de la Europa de su tiempo. Había que alojar a la nueva población de trabajadores —Ferrol pasaría de 1.500 habitantes a más de 25.000 a finales de siglo—. Así surgió el barrio de A Madalena: un rectángulo de seis calles paralelas, cruzadas en ángulo recto por nueve calles transversales, y, finalmente, dos plazas cuadradas que acogen las calles centrales.
Bajo este Ferrol ilustrado hacemos camino y llegamos al Hospital de la Caridad, hoy Centro Cultural Torrente Ballester, y pasamos por la concatedral de San Xulián.
La antigua Iglesia de San Julián de Ferrol, mediante bula de Juan XXIII alcanzó la categoría de concatedral el 9 de marzo de 1959.
No alcanzó la de catedral porque en su misma diócesis ya había otra catedral, la de Mondoñedo (Lugo).
Una de sus características principales es que no presenta planta de cruz latina sino una planta de cruz griega.
El templo lo proyectó el ingeniero y arquitecto de marina Julián Sánchez Bort a partir de 1763 y se empezó a construir en 1765 sobre los restos de una antigua iglesia románica, quedando terminado el 1772.
Este templo estaba proyectado para un nuevo barrio que se levantaba en la ciudad de Ferrol. En 1959, mediante una bula de Juan XXIII alcanzó la categoría de concatedral el 9 de marzo.
La rúa Real nos conduce hasta la Praza de Amboaxe, donde se encuentra la iglesia de la Virxe das Dores,
Desde nuestra posición en este amplio espacio debemos descender hasta la Praza da Constitución
y el Cantón de Molíns
para llegar a la iglesia, también neoclásica, de las Angustias.
En esta capilla tiene su sede la Cofradía de las Angustias y aquí se celebran importantes actos de la Semana Santa ferrolana.
La capilla se construyó a finales del s. XVIII. Es de líneas simples, con paños blancos. En su interior se encuentra una talla muy venerada por los ferrolanos: la Virgen de las Angustias, con su Hijo en brazos.
El Camino continúa hacia los barrios de Recimil y Caranza
Nos encontramos en el barrio de Caranza, el más poblado de Ferrol. Tras la ensenada de Caranza, donde se encuentra el Auditorio, llegamos a la rotonda del Mar (decorada por un instrumento de cuerda).
En ella giramos de nuevo a la derecha para coger la avenida del Mar, que circula pegada a la ría. Junto a ella, rodeada de zona verde, se sitúa la capilla de Santa María de Caranza, un buen lugar para tomarse un breve descanso (Km 4,7) .
Capilla sin estilo definido realizada en el siglo XX, ubicada en uno de los paseos marítimos de la ciudad, donde también se encuentra una playa artificial.
Posee una sola nave con planta basilical, de pequeñas dimensiones, pero su entorno nos permite ver todos los astilleros de la ciudad.
En sus muros la mampostería revocada en blanco contrasta con los sillares a la vista de los esquinales. La espadaña es simple. Fue restaurada recientemente por la "Escuela taller Fontelonga".
Dejando el campo de fútbol de Caranza a la izquierda
hasta llegar al polígono industrial de A Gándara,
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario