La oscuridad, el silencio y el amor cubre todo el ambiente
La luna de Parasceve, cono en la primera Semana Santa, ilumina el ambiente e invita a la oración.
Siruela es la Nueva Jerusalen
Nuestro Jesús Nazareno, con su cruz a cuesta, procesiona para recordarnos que El quiso abrazar la cruz para ayudarnos a llevar las nuestras.
La Madre que todo lo guarda en su corazón espera salir para acompañar a su Hijo.
El dolor, desde que entró el pecado en el mondo, se ha aficionado a nosotros. Es compañero inseparable de nuestro peregrinar por esta vida.
Antes o después aparece por el camino de nuestra existencia y se pone a nuestro lado.
El sufrimiento parece que se aficiona a agunas personas de un modo especial.
La vida de La Santísima Virgen estuvo profundamente marcada por el dolor.
Dios quiso probar a su Madre, nuestra Madre en el crisol del sacrificio. Y la probó como a pocos.
Sufrió mucho más que sufrimos nosotros. Pero fue capaz de de hacerlo con mucha entereza y amor.
María, Nuestra Madre, es para nosotros un precioso ejemplo también ante el dolor.
ELLA ES LA VIRGEN DOLOROSA
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