4 de abril es día jubilar, pues celebramos la fiesta del bautismo de Santa Teresa.
La iglesia de San Juan, en el centro de la ciudad de Ávila, es el templo donde una muy pequeña Teresa de Cepeda y Ahumada recibe las aguas del Bautismo, entrando así a formar parte de la familia de la Iglesia. Tenía apenas siete días de vida. Fueron sus padrinos el noble Núñez Vela y doña Marta de Águila.
Curiosamente, ese mismo 4 de abril de 1515, mientras Teresa era bautizada, repicaron por vez primera las campanas del monasterio de La Encarnación, anunciando ese día su apertura.
Un convento donde la Santa pasaría después la mayor parte de su vida, y donde tomó los hábitos en noviembre de 1536.
Sobre el bautismo de Santa Teresa de Jesús, escribe el carmelita Daniel de Pablo Maroto:
“Se habla y escribe menos del bautismo de la niña Teresa que del lugar de su nacimiento y se da por descontado que tuvo lugar en la Iglesia de San Juan, intramuros de la capital abulense, parroquia de la familia.
Los testigos de los Procesos responden a la pregunta sobre el hecho diciendo, sistemáticamente, que suponen esté bautizada porque es hija de unos “padres nobles y buenos cristianos”, sin mancha de moros y judíos, como se decía entonces. Además, se deduce del hecho de ser religiosa carmelita. Y que lo hicieron según el rito de la Iglesia católica. ¡Faltaría más!
Más complicada es el dónde se bautizó. Generalmente, responden los testigos que no saben; pero he encontrado que dos testigos declaran que en la parroquia de San Juan. Esclarecedora me parece la respuesta de Juan de Santa Cruz, “beneficiado de la iglesia de San Juan de Ávila”. “Tiene por muy cierto -dice- que la dicha santa madre se bautizó en la dicha iglesia. Todo lo cual sabe este testigo por ser público, notorio y haberlo oído decir a personas viejas y ancianas de esta ciudad, mayores que este testigo y de fe y crédito” (Remisorial In specie, Ávila, 1610)”
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