PRIMERA ETAPA
3 Ermita de San Pelayo
Villavicio
pequeña iglesia rupestre de San Pelayo, una de las escasas de esta naturaleza sobre las que se conserva cumplida documentación en forma de una donación fechada en 1155 por la cual, la reina Urraca, cede al abad de Oña el monasterio de Mave junto a sus heredades anejas, entre las que se encuentra la "Cueva de San Pelayo".
La cueva, clausurada durante décadas para evitar el pillaje, ha sido recientemente puesta en valor, pudiendo admirarse desde la reja que la protege al exterior una pequeña estancia ligeramente rectangular y diáfana que cumpliría las funciones de nave;
y un segundo espacio a una altura ligeramente superior a modo de presbiterio al cual, abren a su vez dos habitáculos menores mediante sendos arcos: uno de rosca de medio punto y otro de marcada herradura.
Pese a la degradación que acusa el templo por haber estado durante siglos a merced de las inclemencias tanto meteorológicas como del hombre, es perfectamente perceptible al interior la original compartimentación jerárquica del espacio según la primitiva liturgia, con la zona presbiterial a una altura superior y bastante angosta respecto al resto de la nave.
Lauras exteriores
Muy cerca de Villacibio, la diminuta aldea de La Rebolleda contó con un eremitorio de similares características que, lamentablemente, fue volado a mediados del siglo XX en cumplimiento de un decreto que trataba de evitar que sirviera de cobijo a -textualmente- "vagos y maleantes".
4 Ermita rupestre San Martín
Villaren de Valdivia
La iglesia rupestre de San Martín se encuentra excavada sobre una ladera caliza en la parte más elevada del caserío, encontrándose hoy, pese a su reciente puesta en valor, en deficiente estado ya que, durante siglos, fue empleada como almacén de aperos de labranza e incluso como corral de refugio para el ganado
Se distingue al interior, tras un breve nártex o antesala de entrada, una primigenia estructura de dos naves que quedaban separadas por un soporte central hoy desaparecido.
Remataban ambas en dos ábsides de planta cuadrangular recorridos a lo largo de todo su perímetro interior por una especie de banco corrido, elemento que se repite en varios de los templos de la ruta.
Lo más sobresaliente del conjunto eremítico de Villarén, amén de su notable necrópolis contigua, es una inscripción a los pies que,
además de confirmarnos su dedicación a San Martín, revelaba la fecha de su consagración; sin embargo.
Bendecir (Ritos y gestos - XVI), 1ª parte
Hace 17 horas
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