SEGUNDA ETAPA: DE AGUILAR DE CAMPOO AL VALLE DE VALDERREDIBLE
Superado el enclave palentino de Cezura, donde se conservan los restos de un eremitorio rupestre conocido como el Cuevatón, nos adentramos en el encantador valle de Valdelomar, donde son varias las localidades que se enorgullecen de poseer interesantes iglesias románicas.
Rebasado el exiguo caserío de San Martín, enseguida
Santa María de Valverde
Valderredible
Llama la atención junto a la carretera una airosa espadaña exenta de sabor tardorrománico bajo la cual, horadada
en un peñasco calizo cuajado de tumbas antropomórficas, se encuentra la iglesia de Santa María de Valverde, quizás junto a la ya conocida de Olleros, la más completa de cuantas se conservan en España de esta tipología.
En la actualidad el templo, que aún sigue ejerciendo de parroquia de la localidad, se distribuye al interior en dos naves paralelas; la principal de mayor anchura, y la lateral algo más angosta y
separada mediante un registro de arcos de ligera herradura.
Dicha disposición, lógica en apariencia, es más que posible que no sea sino el fruto de varias ampliaciones que fueron acometiéndose durante la Alta y Baja Edad Media para acondicionar el templo a las necesidades espaciales que requería el crecimiento de la comunidad vecinal.
Directamente tallada en la roca arenisca, lo que supone aprovechar la geología del valle del Ebro para realizar construcciones religiosas.
Algunos autores abogan por el origen de estos templos prerrománicos en época visigótica por inscripciones aparecidas en otras iglesias, con una cronología anterior al año 711 en que se inicia la conquista árabe
Según distintas teorías, es más que posible que, en origen, el templo primitivo se limitase a un hipogeo de nave única rematado en un ábside semicircular, el cual, se correspondería con el espacio en el que hoy se dispone el baptisterio.
En una segunda campaña, pudieron ser horadadas otras dos naves paralelas culminadas en sus correspondientes cabeceras semicirculares, dando como resultado un espacio de tres naves con dos accesos independientes a los pies.
En una última reforma y con el objetivo de poder acoger a más fieles, se acometería una importante ampliación que traería consigo un replanteamiento total del espacio litúrgico, modificándose incluso la orientación canónica del templo de manera que, lo que en un principio era el espacio presbiterial, pasó a desempeñar la función de nave colateral y baptisterio.
Hace escasas décadas el templo fue sometido a una importante restauración, siendo protegido el conjunto calizo mediante una conflictiva cubierta de madera tejada que, si bien es cierto que favorece la preservación de tan singular monumento, no cabe duda que adultera de manera considerable su contemplación y su fotogenia.
Junto a la iglesia y a la necrópolis que la rodea, ha sido habilitado un pequeño centro de interpretación de las iglesias rupestres del Valle de Valderredible, en el cual, se expone y describe de manera muy gráfica el origen de estos particulares y genuinos espacios de culto.
Santa Eulalia de Campo de Ebro
dejamos a nuestra izquierda la población de La Puente del Valle, donde se conserva un conjunto eremítico bajo la advocación de San Pantaleón formado por una importante necrópolis,
varias cavernas de funcionalidad funeraria, y los restos de lo que pudo ser un pequeño oratorio de culto.
Pocos kilómetros después y emplazado en uno de los pronunciados meandros que describe el Ebro por tierras de Valderredible
En Campo de Ebro.
Junto a la actual iglesia parroquial y excavada en una pequeña prominencia rocosa arenisca, se encuentra la pequeña y antigua iglesia de Santa Eulalia,
un modesto oratorio de una única nave que desemboca en un ábside de planta de herradura que, al igual que en varias iglesias hipogeas del entorno, queda ligeramente destacado en altura respecto al espacio destinado a los fieles.
Cadalso
Prosiguiendo por la carretera autonómica 273, verdadero eje vertebrador del Valle de Valderredible, atravesaremos Polientes (capital del valle), llegando tras pocos kilómetros a Cadalso;
minúsculo hábitat en la misma ribera del Ebro en el que destaca su hoy arruinada torre fuerte y la modesta pero encantadora iglesia de San Cipriano.
Se encuentra ésta al borde mismo de la carretera, hasta el punto de que en sus últimas y necesarias obras de ensanchamiento, hubieron de ser sacrificadas varias tumbas antropomórficas que se disponían en torno al pequeño oratorio.
Se trata de una sencillísima construcción de una sola nave techada mediante una irregular bóveda de cañón que desemboca, tras un rústico arco triunfal de medio punto, en una exedra de planta semicircular ligeramente sobrepasada.
La iluminación natural de la caverna se conseguía a través de pequeños vanos horadados en sobre la propia roca en su costado sur.
Contaba con una pequeña espadaña triangular exenta acomodada sobre la ladera contigua, sin embargo, en su última restauración, fue eliminada y sustituida por otra de factura más moderna que se dispuso sobre el propio farallón rocoso.
Arroyuelo
En la pequeña población de Arroyuelos.
La iglesia rupestre, dedicada a los santos mártires cordobeses Acisclo y Victoria, se encuentra a las afueras de la localidad, en una pequeña elevación desde la que se aprecia perfectamente tanto la colegiata de Elines como buena parte de la ribera cántabra del Ebro
Para su construcción fue aprovechado un enorme peñasco que, debido a sus notables proporciones, permitió que el espacio de culto se articulase en dos niveles en altura.
Consta de dos naves paralelas separadas entre sí mediante dos arcuaciones de ligera herradura que descansan sobre un potente pilar central.
La nave principal, de mayor relieve, desemboca en un profundo ábside de planta de herradura abierto mediante un estrecho arco triunfal de sección ultrasemicircular.
Resulta llamativo el hecho de que a los pies, la nave principal remata igualmente en un habitáculo semicircular a modo de exedra, evocándonos así a las plantas de ciertos templos peninsulares de tradición mozárabe como el de Santiago de Peñalba o San Cebrián de Mazote
Tanto la nave principal como la lateral presentan el prototípico banco corrido a lo largo de todo su perímetro interno.
A los pies del templo y accesible mediante una angosta escalera horadada sobre la propia roca, fue habilitado un pequeño espacio elevado a modo de tribuna que, a juzgar por las numerosas marcas de mechinales que se aprecian en todo el interior de la cueva, no es descartable que se prolongase mediante una estructura de madera para así, en un segundo piso, poder acoger a más fieles y solventar los problemas espaciales que el escarpe rocoso natural planteaba.
En torno a la cueva son apreciables varias tumbas antropomórficas también escavadas sobre la propia roca arenisca del entrono.
Bendecir (Ritos y gestos - XVI), 1ª parte
Hace 18 horas
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