En árabe: ﻣﺩﺭﺴة, 'escuela'; también llamada Yusufiyya, Casa de la Ciencia o Palacio de la Madraza.
La Madraza de Granada es fundada en el año 1349 por iniciativa del sultán Yusuf I. Se erige en el punto neurálgico de la medina en época nazarí, junto al lugar elegido para edificar la mezquita aljama en el s. XI. De este primitivo centro docente, dedicado principalmente a las enseñanzas de Teología y Derecho, se ha conservado el oratorio localizado en el lado opuesto a la entrada del edificio y los restos de una alberca en el centro de su patio.
A nivel tipológico, descendía de las madrazas norteafricanas caracterizadas por su reducido tamaño y su sencilla organización. En planta baja, el patio estaba rodeado por una galería, un vestíbulo de entrada, un oratorio y una o varias salas para la docencia.
La planta alta quedaba conformada por un estrecho corredor en torno a la citada galería para el acceso a las celdas de los estudiantes. Completaba el programa de usos, la biblioteca vinculada a la institución. Los restos de su monumental portada, desaparecida en el s. XVIII, se custodian en el Museo Arqueológico de Granada.
Situada en la que actualmente se denomina calle Oficios, la madraza se encontraba en uno de los sitios privilegiados de la ciudad, junto a la Mezquita Mayor y la Alcaicería, la zona más noble del comercio.
Entre sus profesores podemos nombrar a Ibn al-Fajjar, Ibn Lubb, Ibn Marzuk, al-Maqqari, Ibn al-Jatib, etc.
Impartía, entre otras, enseñanzas de derecho , medicina y matemáticas.
EDIFICIO
Su arquitectura, como todas las obras de Yusuf I, era esplendorosa, con portada de mármol blanco cuyos restos se conservan en el Museo Arqueológico de Granada.
El edificio se organizaba a partir de una alberca central (las recientes excavaciones arqueológicas realizadas en el edificio han incorporado estos restos al palacio).
Dentro del mismo destaca:
ORATORIO
Oratorio musulmán del siglo XIV
En un lateral del patio central se ha colocado para su contemplación la puerta que pertenecía a la desaparecida capilla de la sede capitular y que posiblemente estaba situada junto al oratorio. Está formada por dos hojas de gran tamaño, y en su parte delantera (la que estamos viendo) presenta las figuras de San Cecilio y San Gregorio, primeros patronos de la ciudad, ambas realizadas en bajo relieve.
En definitiva, nos encontramos con una bella puerta tallada y policromada del primer tercio del siglo XVII.
Al igual que la primitiva madraza, la estructura actual se articula en torno a un patio, cuyas dimensiones son bastante similares al original, rodeado por columnas de mármol en el nivel inferior, y una estructura adintelada en el superior.
En el lado opuesto por el que se accede se encuentra la primitiva mezquita u oratorio, que se abre al patio por medio de un arco de herradura con alfiz, apoyado sobre dos finas columnas de mármol, con el trasdós angrelado, y decoración de ataurique en las albanegas. Este oratorio es la única estancia nazarí que ha sobrevivido al paso del tiempo.
Se trata de un espacio de planta octogonal, con un mihrab al fondo, más profundo que el actual, en forma de arco de herradura ondulado. Sus muros son de mampostería, articulados en dos niveles, y con hiladas de ladrillos dispuestas horizontalmente. En ellos vemos una profusa decoración con motivos de lacería y ataurique en yeso, policromados.
La estructura octogonal del espacio se consigue por medio de unas impresionantes trompas, que se sitúan en las esquinas del nivel inferior de los muros, decoradas con mocárabes, y que recuerdan al Salón de Embajadores de Comares, palacio edificado también por Yusuf I en estos mismos años.
En la parte baja de los muros también vemos diferentes arcos de herradura, enmarcados por alfiz, que siguen la más pura tradición del arte califal del siglo X. En el nivel superior hay un friso de ventanas con celosías que filtran la luz del exterior.
El espacio se cubre por medio de un alfarje de madera en cuyo centro se abre una linterna, que permite la entrada de la luz natural.
Esta estructura no es la original, ya que este espacio se cubría con una techumbre de madera, con decoración de lazo, policromada y adornada con mocárabes, que ardió por completo en un incendio registrado a mediados del siglo XIX.
La armadura que cubre el Oratorio se constuyó en 1893 tras la pérdida de la original en un incendio hacia 1870.
Las ventanas geminadas que aparecen bajo ella estarían abiertas en su momento, pero su función de iluminación natural de la sala fue retomada por la linterna de mocábares que se realizó también en 1893.
El nicho del mihrab está mutilado, pero se conserva la decoración original de arco de herradura.
En las paredes laterales, dos arcos, uno frente al otro
En cima de los arcos: Declaro que no hay dios más grande que Ala
La escalera está cubierta por una cúpula encamonada que incluye escudos con la heráldica municipal.
Un bello cuadro de Bocanegra "El Bautismo de Cristo"
SALÓN DE CABALLEROS
En la planta superior el salón de Caballeros XXIV que conserva una impresionante armadura mudéjar del siglo XVI en la sala que sirvió como lugar de reuniones de los regidores de la ciudad tras la reconquista.
Rematado por unas pinturas barrocas de Francisco Ferandez de 1513
Entre los poemas que la decoraban podía leerse: "Si en tu espíritu hace asiento el deseo del estudio y de huir de las sombras de la ignorancia, hallarás en ella el hermoso árbol del honor. Hace el estudio brillar como estrellas a los grandes, y a los que no lo son los eleva a igual lucimiento"
Historia del palacio
La Madraza funcionó como Universidad hasta finales de 1499 o principios de 1500, pues en las Capitulaciones, tras la conquista castellana, se hacía constar que la madraza seguiría funcionando como tal.
Pero, hacia finales de 1499, con la llegada a Granada de Gonzalo Jiménez de Cisneros, la política de tolerancia y cumplimiento de las Capitulaciones que había venido desarrollando el arzobispo Hernando de Talavera fue sustituida por la conversión forzosa.
Esta nueva política llevó a la sublevación de los moriscos, concentrados sobre todo en el Albaicín. La situación fue aprovechada por Cisneros para asaltar la Madraza, cuya biblioteca fue llevada a la plaza de Bib-Rambla y quemada en hoguera pública.
Una vez expoliada y clausurada, el edificio de la Madraza fue donado por Fernando II de Aragón, en 1500, para el Cabildo (Ayuntamiento).
Tras la conquista cristiana de la ciudad, la institución de la madraza perdió todas sus funciones. En el año 1500, los Reyes Católicos cedieron el edificio para que se asentase allí el Concejo y el Ayuntamiento, y la madraza pasó a llamarse la Casa del Cabildo.
Al contrario de lo que pudiera pensarse en esta época el edificio no sufrió mucho, aunque se emprendieron algunas obras menores, para adaptarlo a las nuevas funciones.
Cuando el edificio realmente sufrió fue a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. En esta época perdió definitivamente las características intrínsecas del arte nazarí que aun debían de conservarse.
Fue entonces cuando la alberca original sucumbió a un nuevo sistema de canalización de aguas, y el patio se cubrió con un enlosado de formas geométricas, reduciéndose de forma sustancial la superficie original.
La sala de oración pasa a ser capilla cristiana, el nicho del mihrab se cubrió com un retablo y que las puertas esta en el patio
Entre 1722 y 1729 se levantó la fachada exterior, en el más puro estilo barroco, con sus característicos balcones adornados con estípites. Más tarde sería pintada al temple, estableciendo la diferencia cromática que articulan los dos pisos del edificio.
En este momento también se levantó la escalera interior, cubierta por una falsa cúpula de media naranja, con profusa decoración barroca.
En el año 1858 el Ayuntamiento de Granada se trasladó a su emplazamiento actual, y el edificio, ya sin uso, permaneció cerrado durante unos años. Finalmente fue vendido a un particular, que instaló en él un almacén de telas.
En esta época se produjo el incendio que destruyó por completo la techumbre de madera del oratorio. También a mediados del siglo XIX se descubrió, al arreglar el solado, que algunas de las piezas que cubrían el revestimiento tenían en su parte inferior decoración hispanomusulmana e inscripciones árabes, y que en realidad eran piezas que se habían reaprovechado de la fachada del edificio original para cubrir el suelo.
Estas piezas fueron cedidas al entonces Museo Arqueológico Provincial, donde todavía pueden verse. En 1893 Juan de Echevarría, propietario del edificio, encargó la restauración del oratorio a Mariano de Contreras, el mismo arquitecto que realizó diversas intervenciones en la Alhambra.
En 1939 el Ayuntamiento de Granada emprendió una restauración integral, y tres años más tarde, pasó a ser propiedad del Estado, que lo adquirió con la intención de crear allí el Instituto de los Reyes Católicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, proyecto que nunca llegó a materializarse por completo. En 1976 se volvió a acometer unas obras, que devolvieron al antiguo oratorio parte de su esencia original.
Actualmente, el edificio de la madraza pertenece a la Universidad de Granada.
En los años 2006 y 2007 ha sido profundamente restaurado y se ha realizado también una excavación arqueológica del mismo.
Desde finales de 2011 terminada la última fase de las restauraciones, la Madraza ha vuelto a abrirse
al público, siendo uno de los edificios emblemáticos de la Universidad.
Para recuperar su primitiva disposición espacial se han eliminado las oficinas de la entreplanta bajo el salón Caballeros XXIV. Esta actuación lleva aparejada la puesta en valor de su alfarje (techo con madera labrada) con la restauración de su decoración pictórica. Para remodelar la sala de exposiciones, en la que actualmente hay una muestra de Joan Hernández Pijuan, se han limpiado las estructuras arquitectónicas, con la liberación de los volúmenes de la escalera y de la edificación a nivel de planta primera.
Los restos arqueológicos más significativos del edificio se han integrado para evidenciar su pasado hispanomusulmán, según explica Salmerón: "Se ha descubierto el pasado almohade de este lugar.
El último proyecto ha pretendido la revalorización de los restos arqueológicos presentes en el edificio, para que queden visibles al público gracias a pavimentos flotantes transparentes. Es el caso de la alberca hispanomusulmana del patio central o los restos bajo el oratorio.
Se han hallado los restos de la antigua alberca de la mezquita que estaba vinculada al oratorio de la Madraza y eso ha permitido atestiguar lo que ya se sabía históricamente. La arqueología ha descubierto materialmente los restos de ese pasado que están expuestos aquí".
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