SAN LUCAS (¿?-¿90?) nació probablemente en Antioquía, la actual Antakya, en Turquía, en el primer siglo de nuestra era.
San Lucas se llamaba Lucas Baryoa, y probablemente no haya sido judío. Provenía de una familia muy culta, como lo muestra su excelente manejo del griego en sus escritos, y de profesión era médico.
Uno de los primeros escritores cristianos, San Lucas fue discípulo fiel y amigo cercano de San Pablo, a quien acompañó en numerosos viajes. Se le unió en Tróade, ciudad hoy en ruinas cerca de Tevfikiye, y desde entonces se volvió su “médico querido”.
A Lucanus, como se dice en latín su nombre, se le considera el autor del Evangelio según San Lucas y de los Hechos de los Apóstoles; se estima que ambos libros fueron escritos entre los años 70 y 80.
Para realizar sus escritos, y puesto que no conoció personalmente a Jesús, San Lucas tuvo que llevar a cabo una investigación muy minuciosa. Para ello debió viajar a Palestina, donde entrevistó a gente que estuvo cerca de Jesús, incluyendo a los Apóstoles.
De acuerdo con la tradición, San Lucas conoció entonces a María, la madre de Jesús, y la visitó para hablar con ella acerca de todos los acontecimientos.
Esto está apoyado en que el Evangelio que escribió refiere numerosos sucesos de la infancia de Jesús que los demás evangelistas no mencionan.
Se cuenta que estando con la Virgen María, San Lucas pintó un retrato de ella. Se trata del primer icono de la Virgen que existió. Por esta razón se le considera el santo patrono de los pintores.
En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión. Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro.
Son 1,200 renglones escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado “el evangelio de los pobres”, porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas. Algunas versiones relatan que San Lucas murió como mártir, crucificado en un olivo.
Sin embargo, San Jerónimo confirma que murió a los 84 años de edad en Beocia (Grecia), en cuya capital, Tebas, aún se venera un sarcófago de mármol vacío.
San Jerónimo confirma que la urna con sus reliquias fue trasladada a Constantinopla durante el siglo IV, bajo el emperador Constantino.
Iconográficamente se le representa con una pintura o icono de la Virgen, acompañado a veces por su símbolo, que es un toro. Además de patrono de los pintores, San Lucas es también santo patrono de los médicos.
En la actualidad los restos de San Lucas se encuentran en la Basílica de Santa Justina en Padua, Lo que los hirtoriadores no han aclarado aún es cuándo llegaron.
Según algunos, fueron traídos tras la caída de Constantinopla, en 1204.
Otros, en cambio, aportan documentos que prueban que ya estaban allí en 1177. Probablemente fuesen traídos en el siglo VIII por un sacerdote, llamado Urio, para salvarlos de las luchas iconoclastas. Ése es, al menos, el relato de la Tradición.
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