Breve biografía
José Antonio Álvarez Sánchez nació en Madrid el 3 de agosto de 1975. Obtuvo el Bachillerato en Teología en la Universidad Eclesiástica San Dámaso (1998) y fue ordenado sacerdote el 18 de junio del año 2000.
Posteriormente se especializó en espiritualidad en la Universidad Pontificia Comillas, donde cursó un máster en Discernimiento Vocacional y Acompañamiento Espiritual (2008-2011) y la Licenciatura en Espiritualidad.
A lo largo de su ministerio sacerdotal sirvió en distintas responsabilidades dentro de la diócesis de Madrid:
vicario parroquial de Nuestra Señora de la Fuensanta (1999-2001);
capellán universitario en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (2000-2002);
formador del seminario menor y profesor del colegio arzobispal (2001-2005);
capellán de las Hermanas Oblatas de Cristo sacerdote (2003-2008);
secretario personal de César A. Franco Martínez como obispo auxiliar de Madrid (2005-2014)
y formador en el seminario mayor de Madrid (2008-2015).
Era el rector del seminario mayor desde 2015, y por lo tanto una figura de referencia para el clero joven
y los seminaristas.
Fallece José Antonio Álvarez Jesús Vidal: «Me falta un amigo y un hermano»
El obispo de Segovia, Jesús Vidal, y el fallecido José Antonio Álvarez colaboraron estrechamente en las tareas formativas del seminario de Madrid cuando Vidal era rector, y luego fue él el que le sustituyó en esta tarea. ¿Qué impronta ha dejado en tantas promociones de sacerdotes y seminaristas?
Con seminaristas de Madrid en 2017
Jesús Vidal, obispo de Segovia, atiende la llamada de Alfa y Omega a primera hora de este miércoles. Su voz al otro lado del teléfono se siente afectada. No en vano José Antonio Álvarez ha sido durante muchos años un estrecho colaborador suyo en las tareas formativas del Seminario Conciliar de Madrid.
Ante el repentino fallecimiento de Mons. D. José Antonio Álvarez, comparto mi más profunda tristeza, lleno al mismo tiempo de la esperanza en que participe ya del abrazo de Ntro. Señor, al que tanto amó en su vida terrena.
Tenía una sensibilidad muy profunda para mirar a Dios y a los hombres. Y también tenía un gran deseo de vivir con mucha fuerza la comunión en la Iglesia.
Era un hombre muy enamorado del Señor, muy volcado hacia todo aquel que le necesitara, siempre dispuesto a echar una mano y ayudar en lo necesario.
Sobre todo destacaría la seriedad de la vida cristiana; que merece la pena tomarse en serio el seguir a Jesucristo,
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