la Madre de Nuestro Señor y para nosotros los nacidos en Siruela.....el Corazón de Nuestra Señora de Altagracia.
Un corazón compasivo que siente como propias las necesidades y miserias ajenas, un corazón misericordioso que llora con los que lloran y sufre con los que sufren, ¿a quién no encanta y seduce?
Y, si además de sentir así las desgracias ajenas como si fueran propias, se esfuerza y trabaja por remediarlas, ¡mucho más aún!
Pues así, y en un grado de intensidad verdaderamente divina, es el Corazón de la Santísima Virgen. Su Corazón está adornado de todos los caracteres de la más perfecta y sublime misericordia. Su Corazón es el más compasivo de todos los corazones; y cualquier desgracia o tribulación que ve a su alrededor halla eco en él.
Y es que la misericordia de María, como su Corazón de donde brota, es de una Madre.
De la mano de nuestra Madre, el camino es mas fácil y la alegría mas abundante.
En general son de nuestras madres las que hemos aprendido lo mejor de la vida, a dar mucho y a exigir poco. Ellas como Maria han escogido la entrega de la vida y por eso, amando como a lo tonto, ni siquiera son conscientes de su amor apasionado.
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