del santo Evangelio según san Juan (1,1-18)
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres.
Hoy el Evangelio nos remonta a los orígenes: “En el Principio…”. Y ¿qué hubo “en el Principio”? “En el Principio” había Palabra. La Palabra que deshace el caos y que ordena la vida. “En el Principio” había Vida. La Vida en abundancia es el proyecto de Dios para el mundo. “En el Principio” había Luz. Luz que alumbra, que ilumina, que da seguridad, que orienta, que quita las cegueras… Luz para vivir…
Si “en el Principio” hubo Palabra, Vida y Luz, es porque estamos llamados a ser palabra, vida y la luz. Estamos llamados a ser hijos de Dios y a vivir como tales. ¡No te conformes con menos! ¡Hemos nacido de Dios! No tenemos otro apoyo que Dios, su amor y su espíritu. Venimos al mundo en pleno viaje y el tiempo nos urge a proseguir el camino.
Hoy se va un año según el mundo. Esta noche los hombres se desearán mutuamente un "feliz año" sin saber como será éste. Nosotros sabemos que sea como sea y venga lo que venga lo tenemos que vivirlo como hijos De Dios. ¡Hijos de Dios! ¿Seremos capaces de afrontar el futuro sin más equipaje que nuestra fe? Solo Cristo es el Alfa y la Omega, el Principio y fin. En este año nuevo ¡Pon corazón!
Este fin de año, quiero ponerme en tu presencia para poder contemplar profundamente este gran misterio de la vida. Dame la gracia de ver lo que quieres que vea, escuchar lo que quieras que escuche y entender lo que Tú quieras que escuche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario