YA ES SEMANA SANTA

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martes, 12 de noviembre de 2024

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO

MIERCOLES

“ Levántate, vete; tu fe te ha salvado ”



Según san Lucas 17,11-19 

Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. 

Es como  una llamada de atención a cada uno de nosotros para que hagamos  examen de conciencia sobre que damos  gracias a Dios.

Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». 

Al verlos, les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. 

Los diez sanaron. En verdad, todos sanamos, porque a todos nos alcanza la salvación, ya que el Padre quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tim 2, 4). 

Como lo puede, si lo quiere lo consigue, aunque no entendamos cómo: el Padre es principio de todo y fin nuestro (1 Cor 6, 8).

Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. 

Este era un samaritano. Jesús, tomó la palabra y dijo: «No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». 

Los nueve, buenos judíos ellos, están habituados al cumplimiento escrupuloso de la ley. No les parece bien que uno desobedezca y se vuelva atrás para dar gracias. Eso no está escrito en los libros de la ley. Claro que todo queda claro para ellos cuando se dan cuenta de que se trata de un pobre samaritano, un incompetente en cosas de religión. La decisión correcta, no faltaba más, es la suya.

Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado»

Le duele a Jesús el legalismo, la falta de sensibilidad de los nueve que no han vuelto. Podían haber postergado unos momentos su presentación a los sacerdotes. El rigor de la ley sofoca el aliento del Espíritu. Sin embargo, el aliento del Espíritu no sofoca la ley; al contrario, le pone alma. 

Que no seamos como los  leprosos  desagradecido. Que  te demos gracias  Señor por todo  ya  que todo lo hemos recibido de Ti. También por lo malo incluido los accidente, estaba en tus planes, pero Tu nos miras como  una madre

Como el leproso samaritano; vivir, como María de Nazaret, en un ininterrumpido Magnificat. Alabar y agradecer es lo primero para quienes, por fe, entendemos un poco de qué va la cosa.

MARTES

“ Hemos hecho lo que teníamos que hacer ”





San Pablo VI lo dejó dicho en su exhortación Evangelii Nuntiandi: la Iglesia existe para evangelizar. Esa es su misión. No de la institución como tal, no sólo de su jerarquía sino de todos los bautizados, que son enviados a proclamar la Buena Noticia hasta los confines del orbe

según san Lucas 17, 7-10 

La parábola quiere enseñar que nuestra vida debe caracterizarse por la actitud de servicio.

En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida ven y ponte a la mesa”? 

¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? 

De ninguna manera la parábola debe interpretarse como queriendo dar la imagen de un Dios tirano y sin compasión, dado que cada parábola sólo expone una verdad determinada. Sabemos, por el contrario, que Jesús mismo nos revela la imagen de un Dios que se hace «servidor».

¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?

 Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

Esa es nuestra actitud para que se haga realidad el Reino de Dios: hagamos lo que debemos hacer. El Evangelio nos invita a reconocer nuestra realidad de servidores y a vivir en humildad, obrando de acuerdo a esta verdad.



Esa es la misión exigente para la que se nos apremia. Y no caben reconocimientos ni palmaditas en la espalda por haber comparecido en las plazas y en el areópago contemporáneo a exponer lo que significa vivir conforme a Cristo, conscientes del amor del Padre en nuestras vidas.

 LUNES

“ Auméntanos la fe ”



En el contexto de su segunda etapa del viaje a Jerusalén, Jesús sigue instruyendo a sus discípulos, esta vez para abordar tres temas muy importantes para la vida comunitaria: el escándalo, el perdón y la fe. Y lo hace en medio del acecho de los fariseos contra quienes se enfrenta una y otra vez. De hecho, hemos escuchado, en el capítulo anterior, a Jesús, hablando así a los fariseos:“Vosotros queréis pasar por hombres de bien ante la gente, pero Dios conoce vuestros corazones.”

según san Lucas 17,1-6 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay de quien los provoca! 

Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Me arrepiento”, lo perdonarás». 

El mejor remedio contra todo mal y contra toda violencia es el perdón. Un perdón que sea gratuito y que no espere ser correspondido. Un perdón que tiene poco que ver con la justicia; ni la justicia del ojo por ojo, ni la justicia en que se amparan distintos tipos de memoria histórica. Un perdón como el expresado en la oración del Crucificado: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34).

Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». 

Y ellos, como nosotros, tan penosamente timoratos y cobardes. Pero, ¿dónde encontrar la energía para creer? Porque el abandono propio de la fe es la máxima osadía posible para un ser humano. A pesar de todo, Jesús nos invita a confiar incondicionalmente en Él; sin peros ni reservas. Repetiremos con frecuencia la oración de los discípulos: Auméntanos la fe. Y Él, que se comprometió a darnos lo que pedimos, nos irá moldeando firmes y libres, a su imagen y semejanza.

El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería».

¿Cómo es que puede dar vida a los muertos y no puede infundir una fe sólida en los discípulos? Es que para que el discípulo disfrute de fe inquebrantable necesita pasar por la experiencia de la cruz. De la cruz a la resurrección, a la nueva vida.


DOMINGO

“ Ha echado más que nadie 



según San Marcos 12, 38-44. 

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. 

Son los celosos guardianes de la ley y de la tradición; algo así como los policías de Dios. Promueven lo que les diferencia de los demás: ropajes, títulos, ceremoniales…Sin ser conscientes de ello, se sirven de la religión para situarse un peldaño por encima de los demás. Tienen un corazón pequeño en el que solo caben ellos mismos. Sus prédicas, en lugar de liberar, oprimen

Esos recibirán una condenación más rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. 

Esta pobre viuda vive lo religioso de modo radicalmente distinto al de los escribas. Actúa de manera callada y humilde pero, desde su pobreza, se muestra profundamente solidaria con los demás. Tiene un corazón grande, lleno de Dios.

Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. 

Estando llena de Dios, la pobre viuda actúa como Dios. El Dios de Jesús, el Dios que es Jesús, que no nos da lo que le sobra, sino que nos da lo más querido: Tanto amó Dios al mundo que nos dio a su Hijo (Jn 3, 16); el Dios que se da a sí mismo

Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».


Y eso es lo que hemos de hacer quienes seguimos a Jesús: darnos a los demás como Él se nos da. Y hacerlo con la mayor sencillez, sin pregonarlo; como la viuda.

HEMOS HECHO LO QUE TENIAMOS QUE HCER

santo Evangelio según san Lucas (17,1-6)

« ¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: "Pasa al momento y ponte a la mesa?"



Esta parábola de Jesús nos muestra los sentimientos que hemos de tener para con Dios. Siempre estamos en deuda con Él. Somos siervos y no señores. ¡Ojalá Dios nos diera los sentimientos de María para vernos siempre como esclavos, bendecidos por Dios: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tú Palabra”… 

 En Dios y en sus cosas, servirle es reinar con Cristo. Además, Él nos ha dado ejemplo, porque “ha venido a servir y no a ser servido”, y siempre ha hecho lo que agrada al Padre y esto en una continua acción de gracias.

 Dije que estamos en deuda con Dios porque somos, lo primero, sus creaturas que Él ha hecho de la nada. Podíamos haber sido seres “posibles”, pero no, Dios quiso que fuéramos. Y también somos sus hijos en el Hijo. Esto nos obliga a estar siempre deseando contentar a Dios en todo…

 Como sabemos que Él es amor y sólo nos ha mandado amar, pues tener nuestra vida en ésta clave de amor será la mejor sinfonía que podamos ofrecer a nuestro Amo y Señor que nos amó primero… y darle gracias por regalarnos también a su Hijo… 

 En Jesús lo tenemos todo: la resurrección y la vida eterna que ni merecemos, ni podíamos acceder a ella. Por tanto, obligados estamos a vivir en continua alegría y muy rendidos a su Amor, pues servirle es reinar ya en esta vida y después en la eterna…


Este evangelio subraya la gratuidad del servicio: el único título de gloria de los discípulos consiste en ser los servidores de la gracia. Así debe de ser el creyente, un tipo original que se deja modelar por Dios, con quien se encuentra, como se suele decir "a sus anchas". Todo lo que hace, sabe que es gracia de Dios.

domingo, 10 de noviembre de 2024

LAS DOS MNEDILLAS DE LA VIUDA

 santo evangelio según san Marcos (12,38-44) 

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».

Jesús, ya en Jerusalén, enseña en el Templo y observa todo lo que sucede.
No solo se trata de grandes discursos y gestos inolvidables sino de conocer cómo afecta la intervención de Dios en los corazones de las personas. Está previniendo a los suyos contra los fariseos cuya vida de piedad solo es apariencia y contra los escribas cuyo conocimiento de la Escritura solo son teorías huecas, opiniones que no entran en el meollo del asunto, que es el misterio de Dios. Y que, además, luego no llevan a la vida.
Jesús estaba un día en el templo, cuando "vió que la gente echaba su ofrenda en el tesoro" y Él se fijó en una pobre viuda que echaba tan solo dos reales y .... sus ojos se llenaron de alegría y seguro que también de lágrimas y dijo a sus discípulos: "en verdad os digo que esta viuda ha echado mas que nadie. Porque todos los demás han echado de lo que le sobra, pero esta mujer ha echado lo que necesita para vivir".

Jesús desprecia las apariencias y especialmente las piadosas. Y entonces llega esta pobre viuda, sin apoyos materiales ni afectivos, y echa en el "tesoro" del templo sus dos monedas que bien pueden significar toda su vida: alma y cuerpo. Y puesto que era todo lo que tenía, ofreció más que nadie. 

Jesús se alegra enormemente al ver a esta viuda que se acerca y deposita, sin hacer ruido, porque era muy pequeña, su diminuta ofrenda. Esta viuda es el símbolo de una vida total y únicamente entregada hacia la búsqueda de Dios. Dios no desea nuestro dinero, bienes, títulos y prestigio, Dios desea lo más profundo de nosotros, desea el don de nosotros mismos. Dios no quiere tus cosas, te quiere a ti. Quiere que tu seas don para Dios y para los demás.

Es lo que decía también la primera lectura: esa otra viuda, una extranjera de Sidón, muestra también, con su gesto, que confía en el profeta y en la Palabra de Dios que este porta y reparte y, al hacerlo permite la intervención directa de Dios en su vida y en la realidad toda. 
Ella se convierte en un signo de lo que verdaderamente se necesita: creer en el Dios que da la vida, que nos otorga todo lo que nos hace falta, de verdad.

 La fe es luz y lo que sostiene la vida. Jesús ve que esta mujer, que no tiene casi nada, ofrece a Dios todo lo que tiene para vivir, se pone por completo en sus manos, sabiendo que no se verá defraudada.



“Para conocer a Manolillo, dale un carguillo” dice nuestro refranero haciendo burla de los que al asumir alguna responsabilidad o estar en situación de recibir honores de cargo se creen por encima de los demás, se aprovechan de su posición y la usan ventajistamente.

En todas las instituciones, en todos los grupos humanos se da esto.
Esta mujer, con el ejemplo humilde de su vida, conmovió el corazón de Cristo, fuente de la gracias, profundamente. ¿Tu fe te hace ser don para los demás o tu fe depende de "tus excedentes", de tus méritos?

sábado, 9 de noviembre de 2024

EL TEMPLO ES CASA DE ORACIÓN

  evangelio según san Juan (2,13-25) 

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»




En nuestro camino cuaresmal hasta la muerte el Evangelio muestra el rostro más serio y duro de Jesús cuando ve como han convertido en un mercado el templo, su casa de oración.
Este acto significa la purificación del templo de Jerusalén y es un gesto de autoridad que, según la esperanza de los profetas y del pueblo fiel, tenía que realizar el Mesías. A partir de este episodio, el evangelio de San Juan se eleva a la consideración de otro Templo, que es el mismo Jesús.

Cuando Jesús entró en el Templo aquel día debió sentirse profundamente defraudado, poco se diferenciaba aquel lugar sagrado, de un «centro comercial» de aquella época. Se cambian monedas, se venden palomas, bueyes, ovejas y demás animalitos para los sacrificios. Todo organizado para que el Templo surta a las necesidades de aquellos que llegan como peregrinos al lugar santo, donde Dios habita y se le da culto.


Los judíos intervienen pidiendo signos que justifiquen su proceder y Jesús les responde de manera enigmática aludiendo a su muerte y resurrección: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». Él hablaba del templo de su cuerpo y se refería a la resurrección al tercer día de su muerte, como lo entendieron sus discípulos después de los acontecimientos pascuales.

”Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”.


También yo soy templo de Dios. Si no vigilo las pequeñas raposas, el orgullo, la pereza, la gula, la envidia, la tacañería, tantos disfraces del egoísmo, se escurren por dentro y lo estropean todo. Por esto, el Señor nos pone en alerta: «Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!» (Mc 13,37).

Jesús, tú que me conoces a fondo, tú que sabes muy bien qué hay en el interior de cada hombre, hazme conocer las faltas, dame fortaleza y un poco de este celo tuyo para que eche fuera del templo todo aquello que me aparte de ti.

viernes, 8 de noviembre de 2024

DEDICACIÓN DE SAN JUAN DE LETRÁN

Hoy, 9 de noviembre, la Iglesia celebra su fiesta.

Se celebra hoy la Dedicación de la Basílica Mayor de San Juan de Letrán en Roma, la Catedral o cátedra de su primer obispo, San Pedro, que dio testimonio de la fe con su propia vida. Fue propiamente la primera iglesia cristiana tras el Edicto de Milán en que se autorizó por el Imperio el culto público.



La Basílica del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista, más conocida como Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del obispo de Roma (el papa).
Celebramos hoy: “La liturgia nos invita a celebrar hoy la Dedicación de la basílica de San Juan de Letrán, llamada «madre y cabeza de todas las Iglesias de la urbe y del orbe».

 
Esta basílica fue la primera en ser construida después del edicto del emperador Constantino, el cual, en el año 313, concedió a los cristianos la libertad de practicar su religión. Ese mismo emperador donó al Papa Melquíades la antigua propiedad de la familia de los Laterani, y allí hizo construir la basílica, el baptisterio y patriarquio, es decir, la residencia del Obispo de Roma, donde habitaron los Papas hasta el período aviñonés. 

El Papa Silvestre celebró la dedicación de la basílica hacia el año 324, y el templo fue consagrado al Santísimo Salvador; sólo después del siglo VI se le añadieron los nombres de san Juan Bautista y san Juan Evangelista, de donde deriva su denominación más conocida. 

Esta fiesta al inicio sólo se celebraba en la ciudad de Roma; después, a partir de 1565, se extendió a todas las Iglesias de rito romano. De este modo, honrando el edificio sagrado, se quiere expresar amor y veneración a la Iglesia romana que, como afirma san Ignacio de Antioquía, «preside en la caridad» a toda la comunión católica (Carta a los Romanos, 1, 1).







El nombre oficial es Archibasilica Sanctissimi Salvatoris, es la más antigua y la de rango más alto entre las cuatro basílicas mayores o papales de Roma, y tiene el título honorífico de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput»
CABEZA Y MADRE DE TODAS LAS IGLESIAS
 por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos, el papa.

 Fue consagrada por el papa San Silvestre en el año 324.

Como recordatorio, las otras tres basílicas mayores, todas caracterizadas por tener una Puerta Santa y un altar papal, son:
La Basílica de San Pedro del Vaticano
La Basílica de San Pablo Extramuros
La Basílica de Santa María la Mayor.

Archivo: 200SGiovanniLaterano.JPG
Cuando cesaron las persecuciones, a comienzos del siglo IV, el emperador Constantino cedió al Papa el Palacio de Letrán (preexistente a la iglesia), para que fuera su residencia oficial,en señal de gratitud del emperador a Cristo, que apareciéndosele durante el sueño, le había hecho vencer en la batalla del Puente Milvio.
Letrán fue la sede central de la Iglesia Católica durante más de 1.000 años, hasta el siglo XIV en que los Papas se trasladaron al Vaticano.

El palacio pasó a manos de Constantino I cuando se casó con su segunda mujer, Fausta, hermana de Majencio, y era conocido con el nombre de Domus Faustae. Por tanto, Constantino era su propietario cuando ganó la batalla del Puente Milvio (contra Majencio), en el 312.

A finales del siglo XVI, el rico entramado de edificios que se había ido formando en la histórica sede de Letrán fue casi enteramente demolido por Sixto V, un Papa con pocos escrúpulos hacia en mundo antiguo.
 Sólo consiguieron sobrevivir la antigua y venerada basílica, reconstruída por Borromini en el XVII, y unos pocos restos que se salvaron de la destrucción.

PUNTOS DE INTERÉS DEL EXTERIOR

San Juan de Letrán - mapa de la zona

1  OBELISCO

Archivo: 207ObeliscoPalazzoLateranense.JPG
El más alto y antiguo de la ciudad.
 Mide 31 metros (45 con la base) y pesa 455 ton.
Fue traído por Sixto V desde el Circo Máximo, donde yacía partido en tres pedazos. Desde el obelisco se pueden ver, al fondo de dos calles rectas, el Coliseo por un lado y Santa María Mayor por otro.

2 SCALA SANTA

Archivo: Sancta Sanctorum 1.jpg
Pequeño edificio que alberga dos importantes elementos:
- En el piso superior está la antigua Capilla privada de los Papas, llamada el Sancta Sanctorum porque custodiaba algunas de las reliquias más veneradas de la Cristiandad (entre otras, una imagen acheropita de Cristo, esto es, no pintada por mano humana).



-La propia Scala Santa, que conduce hasta la Capilla.
 La escalera provendría del Pretorio de Pilatos en Jerusalén, de donde la habría traído Santa Elena en el siglo IV.

Archivo: Scala Santa 1.jpg

 La tradición parece ser de origen tardío y no tiene fundamento histórico, pero sigue siendo objeto de devoción (los 28 escalones se suben de rodillas), aunque también se accede a la capilla superior por las escaleras laterales.

3 BATISTERIO

Archivo: Roma San Giovanni in Laterano BW 5.JPG

El baptisterio de esta basílica es un edificio independiente de planta octogonal, y tiene la forma típica de los baptisterios de los primeros siglos, cuando el bautismo se hacía por inmersión.
Archivo: Letrán baptisterio, entrance.jpg
 Por tanto, cuenta con una piscina en la cual el neófito se sumergía para salir por el lado opuesto.

Archivo: Roma San Giovanni in Laterano BW 6.JPG
En él pudo ser bautizado el mismo Constantino (poco probable) y su madre Santa Elena (muy probable).




4 TRICLINIUN

Archivo: Triclinum-mosaik.jpg

Resto de uno de los salones del antiguo Palacio Lateranense, conservado por la belleza del mosaico que contiene.

Archivo: Roma Triclinio BW 1.JPG

5 PALACIO DE LETRÁN

Archivo: 205PalazzoLateranense.JPG

El Museo Histórico Vaticano es una parte de los Museos Vaticanos, pero fue trasladado al Palacio de Letrán por el Papa Pablo VI.
Es propiedad del Papa.
Archivo: 201PalazzoLateranense.JPG

 Contiene tapices, muebles, armas y tallas de madera, retratos de Papas, etc. Permite la visita a la planta noble del palacio: 10 salas con grandes frescos manieristas.
 La estancia más valiosa es la llamada Sala de la Conciliación, donde se firmaron (1929) los Pactos Lateranenses entre la Santa Sede y el Estado Italiano, que dieron origen al Estado Vaticano.

6 PUERTA ASINARIA


http://www.vatican.va/various/basiliche/san_giovanni/vr_tour/index-it.html

NUESTRA SEÑORA DE LA ALMUDENA, MADRID

Mañana, día 9 de noviembre, Madrid y los madrileños, celebramos las fiestas de Nuestra Señora de la Almudena.


LA VIRGEN DE LA ALMUDENA Y SU HISTORIA

.Es tradición, que la primitiva Imagen la trajo consigo el Apóstol Santiago cuando vino de Jerusalén a España a predicar el Evangelio, instaurándose entonces la devoción a tan bella Imagen en la Villa que, más tarde, llegaría a ser Capital de España

.Al conquistar los musulmanes Madrid, hacia los años 714, la Imagen de Nuestra Señora fue escondida por los cristianos en un hueco practicado en las murallas de la Villa, para evitar profanaciones y cumpliendo así el decreto del Arzobispo de Toledo, D. Raimundo.



prueba de devoción, ocultaron, junto con la Virgen, dos velas encendidas, tapiando después el hueco con una gruesa pared de cal y canto.




Alfonso VI conoce la existencia de una Imagen de la Santísima Virgen, escondida por los cristianos siglos atrás, el Monarca hizo -al parecer- voto de buscarla incansablemente para restituirla al culto de los fieles, si Dios le concedía la victoria sobre los Sarracenos, y lograba tomar la Ciudad. Pero, una vez liberada ésta y no obstante sus pesquisas, no lograba localizar el sitio donde la Imagen estaba oculta. Por ello, y en su deseo de que la Virgen Santa María fuese venerada hasta tanto se lograse hallarla, mandó pintar una Imagen, inspirándose en los rasgos que la tradición atribuía a aquélla y, no se sabe si por el deseo del artista o por gusto del propio Rey casado en aquel momento con Doña Constanza, hija de Enrique I de Francia-, pintaron en su mano una flor de lis



.La Imagen fue pintada sobre los muros de la antigua Mezquita musulmana. Tras las ceremonias de purificación y dedicación del Templo, quedó expuesta al culto en el cuadro hoy conocido por Nuestra Señora de la Flor de Lis. Actualmente, el cuadro está en la Cripta de la Catedral.






Una vez conquistado Toledo, en mayo de 1085, Alfonso VI volvió a insistir en la búsqueda de la Imagen oculta por los cristianos, celebrándose un piadoso novenario o rogativa por el éxito de las pesquisas que finalizó con una devota procesión presidida por e Monarca y los Prelados; y al pasar la comitiva frente a la alhóndiga o Almudith, establecida por los moros; se desplomaron unas piedras, dejando al descubierto la Imagen llamada desde entonces de la Almudena- que, es tradición, conservaba encendidas dos candelas, con que fue escondida al ser ocultada 369 años antes. Era el día 9 de noviembre de 1085.




Llevada a la Iglesia de Santa María, fue colocada solemnemente en el Altar mayor, donde permaneció hasta el día 25 de octubre de 1868 en que, por demolición del Templo. Desde entonces se llamó Virgen de la Almudena, por haber estado oculta en un almudin -depósito de trigo-.

Al desaparecer la iglesia fue instalada en el Convento de las Religiosas Bernardas del Santísimo Sacramento, en cuya Iglesia estuvo expuesta al culto hasta el 29 de mayo de 1911, fecha en la que se trasladó con la mayor solemnidad a la Cripta de la Nueva Catedral que construía en honor de su Advocación junto al lugar de la muralla donde fue hallada la Imagen por AlfonsoVI, existiendo hoy en el hueco donde la Virgen estuvo oculta, una Imagen de piedra que conmemora el hecho.


Durante los años 1936-39, periodo en que tuvo lugar la guerra civil española, Nuestra Señora de la Almudena permaneció intacta en la Cripta. De nuevo fue llevada la Imagen a la Iglesia de Las Religiosas Bernardas de la calle del Sacramento (Actualmente Iglesia Arzobispal Castrense) y finalmente, trasladada el 2 de febrero de 1954 a la Santa Iglesia Catedral de San Isidro -en la calle Toledo-.

Obtenidas de Roma las necesarias bulas, Santa María la Real de la Almudena fue coronada Canónicamente en 1948, por mano del Excelentísimo y Reverendísimo Señor Obispo de Madrid-Alcalá y patriarca de las Indias Dr. D. Leopoldo Eloy Garay, siendo madrina la Sra. Carmen Polo de Franco.



y proclamada patrona de Madrid por el Papa, Pablo VI, el 1 de julio de 1977.


El San Isidro estuvo hasta junio de 1993 en que en una solemne procesión fue trasladada a la Catedral de Santa María real de la Almudena donde, desde entonces permanece en un magnifico alta gótico, en el lado derecho del Altar Mayor.


Al día siguiente su Santidad Juan Pablo II consagró la nueva Catedral Metropolitana de Madrid, siendo la única catedral consagrada por un Papa.



Actualmente la hornacina ha sido restaurada








SEMANA XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO

SÁBADO

“ Él hablaba del templo de su cuerpo ”


Este Evangelio recoge el pasaje de Jesús expulsando a los mercaderes del templo, en la versión de Juan, que lo coloca al inicio de su Evangelio a modo de pórtico o preámbulo de lo que va a suceder: el cumplimiento de esa palabra de Jesús que sólo con su muerte y resurrección cobra el auténtico significado.

según san Juan 2, 13-22 

Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. 

Jesús, en el Evangelio muestra su rostro más serio y duro cuando ve como han convertido en un mercado el templo, su casa de oración. Y se enfada porque se está poniendo mucho en juego. Lo más sagrado para Él es el encuentro del hombre con Dios que se realiza de un modo muy especial en el templo, lugar de recogimiento y oración.

Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre». 

No podían entenderle. ¡Es algo tan radicalmente distinto a lo que el templo significaba para ellos! También para Jesús el templo es el sitio de la presencia de Dios, pero esa presencia se da en primer lugar en la persona humana, en toda persona humana, comenzando por la persona de Jesús.

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora». 

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?». Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». 

Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».

 Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.



Demos gracias a Dios por esta Iglesia nuestra que después de tantos siglos sigue en marcha, sin duda es un misterio de fe que a pesar de contar con tantos fallos humanos, pesa más la vida sencilla, sincera y entregada a las necesidades de los demás de tantos hermanos que nuestros pecados.

VIERNES

“ Los hijos de la luz ”




según san Lucas 16,1-8 

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? 

Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”. El administrador se puso a decir para sí: “¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? 

Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. 

Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite». Él le dijo: «Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. 

Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Él dijo: “Cien fanegas de trigo”. Le dice: “Toma tu recibo y escribe ochenta”. 

Jesús dirige la parábola a los suyos, a los que seguimos sus pasos. Porque al seguidor de Jesús no le es posible mantenerse fiel y firme en su camino, sin dedicar tiempo al silencio y a la reflexión. Pero no cualquier silencio o reflexión; el silencio y la reflexión deben estar iluminados por la fuente de sabiduría que es la Palabra de Dios. Sin esto, la vitalidad del cristiano acabará siendo neutralizada por la mediocridad y la rutina.

Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz».


¿Y qué es ser hijo de la luz? el que cuida con misericordia del prójimo, el que habla y escucha con compasión a su hermano, el que construye una realidad donde Cristo esté presente como salvador, y no renunciar por comodidad o miedo a la práctica evangélica de la fe.

JUEVES 

“ ¡Alegraos conmigo! ”


La conducta de Jesús acercándose a los pecadores no es más que la consecuencia de lo que hemos escuchado a san Pablo en la primera lectura: “En la vida y en la muerte somos del Señor”. Los cristianos somos del Señor. Queremos seguirle, queremos vivir como él vivió. Los pecadores son los que rompen con Jesús, van en dirección contraria, y dejan de disfrutar de la luz, el amor, la alegría que Jesús nos regala.

según san Lucas 15, 1-10 

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? 

Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. 

Cómo no vamos a entender que Jesús, guiado siempre por su amor a todos nosotros, se acerque a los pecadores, para convencerles de que vuelvan a la amistad con él y disfruten de todos lo que nos regala. Jesús, que nos ama a todos, también a los pecadores, busca que no sigan por el camino que han emprendido, un camino equivocado que no les llevará a la alegría de vivir, la que nos proporciona Jesús. Siempre buscará a la oveja perdida, a la que se ha perdido por lugares oscuros y tristes.

Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. 

O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? 

Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. 

Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

Un verdadero tesoro. Aunque un descerebrado hubiera podido quemar todos los evangelios, si de esas cenizas se hubieran podido rescatar estas parábolas, todavía tendríamos argumentos para ser felices. Un Dios-Padre que nos ama de esta manera, es motivo suficiente para llenar nuestro corazón de alegría. Gracias por ser como eres, gracias porque no puedes, no sabes y no quieres hacer otra cosa que amarnos.

MIERCOLES

“ Quien no lleve su cruz detrás de mi no puede ser discípulo mio ”




En sus invitaciones a seguirlo, siempre afirma que, ese seguimiento, implica liberarse de ataduras, algo nada fácil, dada nuestra tendencia a dejarnos llevar por valores materiales.

según san Lucas 14, 25-33 

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. 

Las palabras de Jesús son muy exigentes. Somos libres de seguirlo o no, pero quien lo siga, sabe a qué tiene que renunciar: a sí mismo.

Jesús quiere que cada uno de sus seguidores cargue su cruz. Tú sabes cuál es la tuya. De sobra lo sabes. Ya sabes lo que tienes que hacer. Haz tus cálculos y comprueba si estás dispuesto a un seguimiento tan exigente como el que pide Jesús o déjalo estar.

Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?

Las parábolas de la torre y de la guerra son un toque de atención para exaltados; para hombres y mujeres de grandes sueños y de pequeñas realidades. A Jesús no le complacen las multitudes. No le seduce la inflación del concepto cristiano prevalente en un reciente pasado en países de cristiandad. No le convencen los que se dicen católicos y no conocen el ABC del Evangelio.

 Considera ridículo hacerse pasar por seguidor suyo y no vivir conforme al Evangelio.

 No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.

 ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil? 

Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. 

Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío». 


Señor, hoy tu evangelio es fuerte, exigente. La adhesión a tu persona está por encima del amor a los padres, los hermanos y hasta de uno mismo. Yo lo acepto, Señor, pero te pido que me ayudes, que me des fuerza para cumplir lo que me exiges. Yo sé que “tu yugo es suave y tu carga es ligera”.


 MARTES


“ ¡Venid, que el banquete está preparado! ”

En esta parábola de Jesús hay una invitación a una “gran cena”. Y esta gran cena hay que distinguirla de las “pequeñas cenas”, las nuestras, las que son incapaces de hacernos felices.

santo evangelio según san Lucas 14, 15-24 

n aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «¡Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!». 

La gran cena es de Dios y en esta, todo es a lo grande: la cena de los mejores manjares, la de los vinos de solera, la de los caros perfumes, la de los grandes regalos. Nos invita a una felicidad plena, a una felicidad que nunca se acaba. Y en esa cena nos hace un regalo inaudito: “quitará el velo que cubre las naciones; aniquilará la muerte para siempre” (Is. 25,7-8).

Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados: “Venid, que ya está preparado”. 

Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: «He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor”. 

Otro dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”. 

Esta invitación se hace primero a los de casa, a los judíos, a los que se sienten con derechos…pero éstos se excusan y no quieren entrar. Pero el Señor no se desanima: invita a los pobres, a los que no tienen derechos, a los que nunca han tenido un banquete para celebrar. Éstos son los que se comen todo y nada desperdician; los que apuran el buen vino, participan de la música y el baile; los que no se cansan de agradecer al anfitrión que les haya dado esta oportunidad.

Otro dijo: “Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir”. El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado: “Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”. 

El criado dijo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”. 

Entonces el señor dijo al criado: “Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa. Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete”».


Nos preguntamos: Y nosotros, como cristianos, ¿dónde nos colocamos? ¿entre los viejos invitados que tenemos de todo y nunca estamos satisfechos con nada? ¿los que somos tan estúpidamente avaros que ni siquiera Dios nos basta? ¿Los que presumimos de derechos ante Dios, incluso del derecho de poder decirle que no? ¿O nos situamos entre los invitados de última hora y disfrutamos, como enanos, de los dones de Dios y, sobre todo del Dios de los dones?


LUNES

“ Dichoso tú, porque no pueden pagarte ”


En el Evangelio de hoy, la llamada es clara, no realices las cosas esperando que te las devuelvan, nos invita a descubrir la gratuidad. Entrar en la dimensión de la gracia, si todo es don, no podemos quedarnos simplemente en dar cosas o algo de nuestro tiempo, la llamada es mayor, hasta darnos a nosotros mismos.

según san Lucas 14,12-14 

En aquel tiempo, Jesús dijo a uno a de los principales fariseos que lo había invitado: 

«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. 

El Señor nos invita a poner en practica la generosidad a fondo perdido, debemos ser generosos sin esperar recibir nada por ello. Y hacer la vida amable a quienes nos rodean, aunque alguna vez nos parezca que no somos correspondidos. Y todo con corazón grande, sin llevar una contabilidad de cada favor prestado. La caridad no busca nada, la caridad no es ambiciosa.

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos»


Dar, sembrar, darnos aunque no veamos fruto, ni correspondencia, ni agradecimiento, ni beneficio personal aparente alguno. Ya la tendremos con abundancia, “te pagarán cuando resuciten los justos”. La caridad no se desanima si no ve resultados inmediatos; sabe esperar, es paciente. Que el Señor nos permita hoy crecer en su amor y en la gratuidad. Recuerda que en generosidad nadie le gana a Ntro. Señor.

DOMINGO

“ No estás lejos del Reino de Dios ”



según San Marcos 12, 28b-34 

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

 Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”.

Jesús une dos mandamientos que estaban separados. Separados en dos libros distintos, y separados en la vida. Se podía amar a Dios y odiar al enemigo. Ahora van juntos y son como “vasos comunicantes”. ¿Sube el amor a Dios? Automáticamente sube el amor al hombre; y viceversa. 

“Y si alguien dice que ama a Dios y no ama al hermano, es un embustero”

 El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos». 

El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

“No estás lejos del reino de Dios”, dice Jesús al letrado. Quien escucha la Palabra de Dios y acepta que su amor, hecho vida en el amor al hermano, es lo más importante en la vida; que ese amor vale más que todas las normas, incluso que los mejores pacto del culto del Señor, está ya a las puertas del Reino de Dios. 

Es esta la novedad que Jesús ha traído, la que ha repetido tantas veces y ha hecho vida en su vida de tantas maneras. Para hacerse discípulo suyo, habrá que enderezar los pasos por este camino.

 Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.


Jesús ha dado la razón profunda de por qué hay que amar a Dios. «Amarás a Dios, porque es tu Padre, porque él te quiere». 

El descubrimiento de Dios/Abbá descubre también quiénes son los demás. Por eso los dos mandamientos son «semejantes»; en el fondo, son el mismo.