YA ES SEMANA SANTA

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sábado, 31 de diciembre de 2022

CIERRE DE LA PUERTA SANTA




 Concluye el doble Año Santo con el cierre de la Puerta Santa de la Catedral, que volverá a abrirse en 2027



Decenas de personas, menos de las esperadas por el temporal que azota Galicia, despiden el un Año Santo «doble» por la pandemia de covid-19


El cierre de la Puerta Santa en la Catedral de Santiago ha supuesto este sábado el final del doble Año Jubilar 2021-2022, así dispuesto por el Papa Francisco con motivo de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. No será hasta el año 2027 cuando vuelva a abrirse la Puerta Santa, con la celebración de un nuevo Año Santo.

 El arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, que ha presidido el acto, ha procedido a cerrar la Puerta Santa con llave pasadas las 16,45 horas tras orar, de rodillas primero, y de pie, después, ante ella, según recoge Europa Press. 




Con esto, monseñor Barrio ha puesto el punto y final a este doble Año Santo, que ha traído a Galicia unos seis millones de peregrinos, un «récord histórico». 

 En el acto, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha actuado como delegado regio, como ya hiciera este viernes en la Ceremonia de Traslación. Además, han asistido, entre otras autoridades, el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones; y el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo. 




 La celebración comenzaba a las 16,00 horas en la Plaza del Obradoiro, donde Rueda ha pasado revista a las tropas militares. Antes de hacerlo, los asistentes escuchaban el himno de España y el repique de las campanas de la catedral a manos de la recientemente creada Asociación Cultural de Campaneiros de Galicia. 

 De hecho, y debido al fallecimiento esta mañana del Papa Emérito Benedicto XVI, se ha alterado la planificación y las campanas han repicado «a difunto» en honor al ex pontífice, según recoge Europa Press.

 El temporal que azota Galicia desde este viernes ha deslucido la parte exterior de las celebraciones, parcialmente canceladas o modificadas por la lluvia y las fuertes rachas de viento





PROCESIÓN 
Después del Rito inicial en la Catedral de Santiago, el Nuncio de su Santidad en España, Bernardito Auza, ha dado lectura al mensaje del Papa Francisco que con motivo de la Clausura del Año Santo ha enviado al arzobispo compostelano.




Tras esto, la comitiva ha salido en procesión hacia la Plaza da Quintana, en dirección a la Puerta Santa, mientras de fondo sonaba un repertorio musical con varias piezas del compositor gallego Juan Durán, Premio da Cultura Galega 2013 y Premio Reina Sofía de Composición 2018, encargadas con motivo de la celebración del Año Santo. 

 Decenas de personas, ataviadas con paraguas y chubasqueros, esperaban para ver el momento en los alrededores de la Plaza, si bien el mal tiempo ha reducido la presencia de peregrinos, turistas y curiosos.

 Julián Barrio ha sido el último en cruzar el vano de la Puerta Santa.



 Allí, el arzobispo se ha arrodillado y ha orado antes de proceder a cerrar el vano de bronce que ha tapiado la Puerta Santa y que, dos minutos antes de las 17:00 horas, ha puesto punto y final al doble Año Santo.




 EUCARISTÍA 

Una vez cerrada la Puerta Santa, los actos se han trasladado al interior de la Catedral de Santiago, donde el arzobispo ha presidido una Eucaristía en honor de la virgen Peregrina y en conmemoración del final del Año Santo.




 Durante la Santa Misa, que ha estado plagada de referencias al Año Jubilar, Julián Barrio se ha dirigido a los fieles en una homilía, en castellano y gallego, en la que ha erigido la tumba del Apóstol en "luminosa referencia espiritual para tantos peregrinos" y ha celebrado la numerosa llegada de peregrinos, "pese a las consecuencias de la pandemia y las guerras como la de Ucrania". 




 Barrio ha comentado que, aunque la Puerta Santa se cierre este sábado, no lo hacen "las puertas de Dios, símbolo de camino, verdad y vida" y ha remarcado además que la Iglesia compostelana haya animado a todos a "ser testigos del amor de Dios". 

 El arzobispo le ha dedicado también unas palabras al Papa emérito, que visitó hace 12 años Galicia. En referencia a la buena impresión que dejó en el ex Pontífice el Pórtico de la Gloria, Barrio ha deseado que el Apóstol Santiago haya "acompañado" a Benedicto XVI "al Pórtico definitivo" desde donde, ha comentado, seguirá trabajando "por la vida y la verdad". 





 Para concluir los actos, los presentes han disfrutado del funcionamiento del Botafumeiro y, tras dos años de prohibición debido al Coronavirus, el Arzobispo ha subido junto a la representación del Apóstol Santiago para abrazarlo, lo que ha provocado un aplauso espontáneo entre los asistentes.




"La Puerta Santa como símbolo se ha cerrado, pero sigue siempre abierta la Puerta que es Cristo, Camino, Verdad y Vida." (Monseñor Barrio, homilía en la misa del 31 de diciembre de 2022).

AÑO NUEVO 2023

No hay mejor forma de adentrarse en un nuevo año, y además en el Año de la Fe, que caminando de la mano de María y al compás del latido del corazón de la Virgen. ¡Cuántos aspectos y motivos recordamos en este día! ¡La paz; Año Nuevo; Santa María, Madre de Dios!




 ¡Feliz Año Nuevo! Será feliz si, en los 365 días, sabemos dar con aquellas razones que hicieron saltar de gozo y de felicidad a María: ¡Dios! ¡Sólo Dios! ¡Desde ahora me llamarán bienaventurada!

 ¡Feliz Año Nuevo! Será feliz si, en estos doce meses que ahora iniciamos con esperanza y con tan buenos deseos, no dejamos que se duerma en nosotros la gran noticia que estamos celebrando en estos días: Dios ha bajado... y comparte nuestra suerte. ¿Seremos capaces de hacer frente a “los nuevos Herodes” que intentan asediarle y disuadirle de estar presente en nuestras conciencias, en nuestra sociedad o en nuestras familias?


La Fiesta de Santa María Madre de Dios nos urge a estar en paz con María pero, sobre todo, la paz con María nos empeña a estarlo también con Dios. La voluntad de María no es quedarnos extasiados con y en Ella, sino preocupados y entusiasmados a la vez por dar gusto a Dios y llevar a la práctica lo que Ella meditaba tantas veces en su corazón: el plan de Dios.

 ¿Por qué no colocar, con seriedad, a María como antecámara de este nuevo año? ¿Nos proponemos el consagrarnos a Ella desde un acuerdo implícito, ante nosotros, ante el ambiente que nos rodea y ante los demás, de crecer –cristianamente hablando- para no perder peso espiritual? 

 ¡Nuevo Año con la mano y de la mano de María! Nos acosarán los problemas de siempre; desaparecerán amigos nuestros; nos iremos lejos o cerca de Dios; nos traicionaremos a nosotros mismos….pero Santa María, por ser Madre de Dios y Madre Nuestra, nos aportará luz para encontrar el camino perdido; seguridad para avanzar en el camino de la fe y esperanza para no echarnos atrás en nuestra vivencia cristiana.




 Que Ella, Reina de la Paz, nos ayude no tanto a pedirla por los pueblos que quedan lejos (aunque también) sino por la paz con nosotros mismos; por la paz de los hijos de la Iglesia; por la paz de las conciencias que andan revueltas y revuelven a los demás; por la paz de las familias que viven en contienda por el “cuánto”; por los jóvenes que encuentran en la violencia una diversión y no un peligro; por la paz de los políticos, para que se serenen en sus decisiones y sientan que no son padres de la patria y sí servidores. ¡Santa María, Madre de Dios! ¡Cuánto juego y contenido da y tiene esta fiesta! Con Ella merece la pena adentrarnos sin temor ni temblor en este nuevo año en el que, además, nos hemos comprometido a reavivar, estudiar, conocer, vivir, celebrar y testimoniar mucho más nuestra fe cristiana.

 

viernes, 30 de diciembre de 2022

NAVIDAD PASCUA DE NAVIDAD7

OCTAVA DE NAVIDAD 

“ Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros ”



según san Juan 1, 1-18

Rico, muy rico en verdades sublimes este conocido prólogo del evangelio de San Juan. 

 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

Destaquemos algunas de ellas. La primera y principal, de la que parten las demás, es que la Palabra, Jesús, ha venido hasta nuestra tierra.

Todo un Dios que viene hasta nosotros y nos ofrece lo que más necesita nuestra persona. 

 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.

 Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. 

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

Vida y luz, una luz que disipa nuestras tinieblas. Lo pasamos mal cuando no vemos claro, cuando las oscuridades prevalecen sobre las claridades. Dios nos ha dotado a los hombres de libertad y usando de ella podemos cometer el enorme error de rechazar a Jesús y la vida y la luz que nos brinda.

 En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. 

Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

La Palabra, Dios, hecha carne. Con los sufrimientos, los dolores, los padecimientos y los sentimientos propios de los hombres

 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Enorme el amor que Jesús nos tiene que le lleva a hacernos hijos de Dios. Dios para nosotros no es en primer lugar el Omnipotente, el Altísimo, sino nuestro Padre, el que nos ama y cuida de nosotros, y al que podemos dirigirnos sin temor, sin miedo porque es nuestro Padre. 

Toda la vida es distinta y mejor si Dios es nuestro Padre entrañable.

 Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». 

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo. 

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.





«A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer». Ahí está la esencia de la autorrevelación de Dios en la segunda persona de la Santísima Trinidad. Del seno divino, como nos alecciona el evangelista, al seno virginal pero humano de María para hacerse hombre como nosotros, idéntico en todo a nosotros salvo en el pecado.

30 DE DICIEMBRE


“ Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto

según san Mateo 2, 13-15. 19-23 

Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

 José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». 

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». 

Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. 

Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que se llamaría nazareno.



29 DE DICIEMBRE

“ Mis ojos han visto a tu Salvador. ”



san Lucas 2,22-35

 Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» 

Una de las mejores alabanzas que le dice la Biblia a Simeón es que “En él estaba el Espíritu Santo”. Como estaba también en María, la madre de Jesús. Al Espíritu Santo se le compara con el viento. Y el viento es “aire en movimiento”.

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

El Espíritu no está parado, está siempre moviéndose, inspirando, sugiriendo, elevándonos hacia lo alto, lo bello, lo auténtico, lo maravilloso. Me imagino que el Niño Jesús pasaría por las manos de los sacerdotes y encargados del templo “como un niño más”

 Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. 

Pero al llegar a las manos de Simeón, este ancianito se estremece, se llena de gozo y hasta llega a perder el miedo a morir. “Ahora ya puedo morir tranquilo”. Todos los días Jesús en la Eucaristía pasa por nuestras manos, por nuestra garganta, y llega a nuestro corazón.

Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”, a quien has presentado ante todos los pueblos: “luz para alumbrar a las naciones” y gloria de tu pueblo Israel». 

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».



Si tuviéramos la fe de Simeón nos llenaríamos de asombro, caeríamos de bruces ante esa “enormidad”. Y nos quedaríamos un buen rato “adorando” “amando” “alabando” “agradeciendo”.


28 DE DICIEMBRE


“ Se ha escuchado un clamor, un gran llanto y lamento ”


san Mateo 2, 13-18

El evangelio de hoy nos muestra como la ambición de poder convierte al ser humano en un verdadero monstruo. El ego, la autorreferencialidad, el capricho… petrifican el corazón.

Muchos son los dramas humanos… situaciones provocadas por la ambición y el poder.

 Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». 

José, Tú escuchas y obedeces porque quieres defender a Jesús y a María sin importar lo costoso que sea. Tú vives para custodiarlos, vives para ellos. Para ti, Jesús lo es todo y no permites que nada ni nadie te lo quite… ¡Preferirías primero perder la vida a perder a Jesús!

 ¿También yo sería capaz de hacer lo mismo?

José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». 

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.

¿Cuántos y cuántos niños se ven expuestos a la marginación y el sufrimiento aquí y ahora, cerca de nosotros? A veces nos emocionamos cuando vemos fotos de niños en Sudán, Alepo y otros lugares, pero nos olvidamos de realidades más próximas, como también nos olvidamos de la codicia de poderosos y de aquellos que anteponen sus intereses al bienestar de los pequeños.

Jesús está en cada inocente, en cada indefenso y pobre. Él está en todas las personas que son víctimas del poder inescrupuloso.

 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».


Toda la Biblia es testimonio de que Dios está del lado de los pequeños. 

El evangelio de hoy hace que nos preguntemos de qué lado queremos estar. El Herodes de hoy sigue matando a millones de niños. Mueren de hambre, de enfermedad, de desnutrición, por el aborto ¿quién es hoy Herodes?


27 DE DICIEMBRE

“ Vio y creyó ”



No hace mucho contemplábamos una escena parecida en un contexto diferente: a unos hombres se les anuncia una noticia y van corriendo a corroborarla. Son los pastores en Belén. Tanto ellos como estos apóstoles se encontraron con signos pobres: un Niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre; el Mesías, el Señor, pobre entre los pobres y una tumba vacía, tan solo con los lienzos que habían cubierto el cuerpo sin vida del Hijo de Dios.

Pero a Juan, como a los pastores, le bastó: por gracia de Dios, vio y creyó. Él, que había sido testigo de tantas maravillas al lado de Jesús y que lo había visto traspasado en la cruz, supo reconocer su gloria en aquel sitio, en aquel acontecimiento que podía no significar nada pero que lo significaba todo.

según san Juan 20, 1a. 2-8 

El primer día de la semana, María la Magdalena echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». 

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. 

Pedro como cabeza de la Iglesia. Hay en la actitud de San Juan como una gradación del seguimiento de Cristo: primero, el ímpetu, la carrera desbocada en la que deja atrás a Pedro lanzándose a corroborar lo que la Magdalena ha anunciado; luego, el asombro que produce asomarse a ese abismo del misterio que es el sepulcro vacío;

Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

 Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

adentrarse en el misterio, dejándose llevar por lo que ve: ahí nace la fe, como acredita la última frase del Evangelio de la jornada: «Vio y creyó». Que es lo mismo que decir que la contemplación del misterio lo movió a la fe.



Eso es justo lo que tú puedes hacer hoy: contemplar el misterio de la Resurrección, tan de seguido con el de la Natividad, para creer sin límites, para confiar plenamente en el Padre, para dejarse llevar.


Esto nos interpela a nosotros, nos llama a abrirnos al Dios que se revela en lo pequeño: en la encarnación, en el pesebre, en el taller del carpintero, en aquel joven rabino sin estudios, en el Crucificado y en aquellas pobrezas y pequeñeces que cada uno conoce.

 26 DE DICIEMBRE

“ No os preocupéis de lo que vais a decir ”



En el Evangelio de hoy, Jesús aparece preparando a los discípulos para las dificultades que vendrán. Jesús es realista, no les augura éxitos fáciles, sino que les previene ante las dificultades, las acusaciones, calumnias, persecuciones que sufrirán en todo tiempo. “Todos os odiarán por mi nombre”:


san Mateo 10, 17-22 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy donde anuncia a sus seguidores que serán rechazados por muchos, arrestados y llevados a los tribunales, son un buen comentario a otras palabras de Jesús: “No está el discípulo por encima de su maestro, ni el siervo por encima de su amo”.

 Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

Pero Jesús sabe que no todos aguantarán el tipo, no todos somos Esteban, no todos poseemos su fe y su fuerza. Y por eso, las palabras de Jesús son de esperanza y de fortaleza: “No os preocupéis”, porque en las peores circunstancias garantiza a sus discípulos la fuerza del Espíritu Santo.

 El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. 
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará».


El único remedio válido contra el miedo es la fe, la confianza en Jesús, en la fuerza que viene del Espíritu Santo. 
Quien vive abandonado en las manos de Dios no está especialmente preocupado por una posible persecución, porque sabe que el Espíritu del Padre hablará por él, sabe que el amor que Dios nos tiene es más grande que todo el odio junto de los hombres. 
Los discípulos que hayan sabido dar testimonio de Jesús ante los hombres escucharán el testimonio de Jesús a favor suyo ante Dios.

Fue lo que le sucedió a San Esteban, el primer mártir cristiano. Por seguir y predicar lo mismo que su maestro Jesús, le sucedió lo mismo que a él, y le mataron lo mismo que él… y su final fue el mismo que el de Jesús, resucitando a una vida nueva de total felicidad. Jesús nos invita a perseverar con él hasta el final.

DOMINGO DÍA DE NAVIDAD

“ Y el Verbo se hizo carne ”


según san Juan 1, 1-18 

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 

En estos días de Navidad nos vemos acompañados con este pasaje evangélico, varias veces se nos ofrece: el día de Navidad, el día séptimo de la octava y el segundo domingo después de la Natividad. Una y otra vez se nos invita a contemplar el misterio, -junto a los pastores-, se nos invita a quedarnos en silencio, “Te bendecimos, Señor, Dios Altísimo, que te has despojado de tu rango por nosotros.

Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 

No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. 

Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. 

Hermanos, y hermanas, deteniéndonos ante el belén miremos el centro; vayamos más allá de las luces y los adornos, que son hermosos, y contemplemos al Niño. En su pequeñez es Dios. Reconozcámoslo: “Niño, Tú eres Dios, Dios-niño”. Dejémonos atravesar por este asombro escandaloso. Aquel que abraza al universo necesita que lo sostengan en brazos. 

Él, que ha hecho el sol, necesita ser arropado. La ternura en persona necesita ser mimada. El amor infinito tiene un corazón minúsculo, que emite ligeros latidos. La Palabra eterna es infante, es decir, incapaz de hablar. El Pan de vida debe ser alimentado. El creador del mundo no tiene hogar. Hoy todo se invierte: Dios viene al mundo pequeño. Su grandeza se ofrece en la pequeñez.

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. 

Y nosotros, preguntémonos, ¿sabemos acoger este camino de Dios? Es el desafío de Navidad: Dios se revela, pero los hombres no lo entienden. Él se hace pequeño a los ojos del mundo y nosotros seguimos buscando la grandeza según el mundo, quizá incluso en nombre suyo. Dios se abaja y nosotros queremos subir al pedestal. 

El Altísimo indica la humildad y nosotros pretendemos brillar. Dios va en busca de los pastores, de los invisibles; nosotros buscamos visibilidad, hacernos notar. Jesús nace para servir y nosotros pasamos los años persiguiendo el éxito. Dios no busca fuerza y poder, pide ternura y pequeñez interior.

Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Esto es lo que podemos pedir a Jesús para Navidad: la gracia de la pequeñez. “Señor, enséñanos a amar la pequeñez. Ayúdanos a comprender que es el camino para la verdadera grandeza”.



Pero aún hay más. Jesús no quiere venir sólo a las cosas pequeñas de nuestra vida, sino también a nuestra pequeñez: cuando nos sentimos débiles, frágiles, incapaces, incluso fracasados. 
Hermana, y hermano, si, como en Belén, la oscuridad de la noche te rodea, si adviertes a tu alrededor una fría indiferencia, si las heridas que llevas dentro te gritan: “Cuentas poco, no vales nada, nunca serás amado como anhelas”, esta noche, si percibes esto, Dios responde y te dice: “Te amo tal como eres. 
Tu pequeñez no me asusta, tus fragilidades no me inquietan. Me hice pequeño por ti. Para ser tu Dios me convertí en tu hermano. Hermano amado, hermana amada, no me tengas miedo, vuelve a encontrar tu grandeza en mí. Estoy aquí para ti y sólo te pido que confíes en mí y me abras el corazón”. 
Introducción 

Dios habla por medio de su Palabra encarnada. Jesucristo es la luz que ilumina en medio de la tiniebla. Pero el drama está servido: tampoco hoy la Palabra es escuchada y la humanidad prefiere muchas veces más la tiniebla que la luz. 

Estamos llamados por ello los creyentes a ser voz que haga resonar en los oídos y en los corazones al que es la Palabra. Estamos llamados a ser luz, que haga descubrir a la humanidad al que es la Luz verdadera. Nos lo recuerda el misterio de la Navidad que estamos celebrando. Es nuestra hora, la hora de la Iglesia, Comunidad Cristiana, que edifica el Reino de Dios a impulsos del Espíritu.

LA NAVIDAD ALEGRIA O LO CONTRARIO

SIN PALABRAS Por Javier Leoz 

Recientemente, en un medio de comunicación social, aparecía la siguiente afirmación: “La Navidad potencia la alegría, pero también la soledad”.

 La Navidad, cuando se entiende y se vive desde un vértice totalmente sentimentalista, puede resultar agobiante y hasta estresante. Pero, si está sustentada en la celebración del nacimiento de Jesús, se convierte en un surtidor de vida que, además de aportarnos júbilo, contribuye a recuperar desdelo más hondo de nuestras entrañas lo mejor de nosotros mismos.

Ese es el secreto de la Navidad: que vino a nosotros, que lo reconocimos, que lo acogimos y que se convirtió, Jesús, en luz y vida. 

 ¡Acampó entre nosotros! Pero en un simple pesebre, lejos de cualquier palacio o conato de riqueza. 

Dios, luz que brilla en la tiniebla, optó por el camino de la pobreza para hacernos tremendamente ricos. Para procurarnos un poco de paz y de esperanza.

Para devolver, a los caminos de nuestro vivir, un rayo de luz en medio de tanta preocupación o llanto. Qué bien lo expresó San Agustín: “Dios se humaniza para hacernos a nosotros divinos”. 

Y lo hace, ni más ni menos, a través de una luz divina, fecunda y celestial. 

2.- Este domingo, en el corazón de la Navidad, es una invitación a meditar más aún sobre el Misterio de Dios Niño. Qué gran paradoja: Aquel que es Palabra, no puede hablar, no puede expresarse. Pero es la PALABRA.

 La revelación más absoluta y fiel de un Dios humanado. ¡Puede hacer alguien algo más por el hombre! Seguramente que no. Dios se emplea a fondo por dejarse ver, acariciar y amar. Y es que, un Niño, sin palabras se convierte en la PALABRA que más esperan los hombres: el amor, la felicidad o la misma vida. Fue la luz que iluminó a los pastores, la luz que guió a los magos y, también, ese destello que desde el día de nuestro bautismo va orientando la vida de los que creemos en Jesús y seguimos sus huellas. No hemos tenido la suerte de ver, cara a cara, al Redentor. Pero lo sentimos en el corazón. No hemos tenido la oportunidad de besar su carne mortal, pero –al hacerlo sobre una imagen- sabemos que, ese beso, va directamente al Misterio, a la Palabra Encarnada, a la Palabra que se dignó habitar en medio de nosotros. 3.- Mientras tanto, porque unos vieron, escucharon y escribieron todo lo que aconteció en aquellos tiempos, nosotros nos fiamos de sus palabras, de su testimonio. Damos gracias a Dios, porque en Navidad, la luz de la fe sigue viva y operante, por la fuerza del Espíritu, y a través de muchas personas –hombres y mujeres- que sienten y tienen a Dios muy cerca. Que, nosotros, además de palabra (pura palabra) seamos obra, personas comprometidas con la causa de Jesús. Que allá donde nos vean, quienes nos observen, puedan afirmar: estos cristianos, como Jesús, además de bonitas palabras se muestran tal y cómo son, como hijos de Dios. Nunca, un Dios sin palabra alguna, dijo e hizo tanto.

EN EL PRINCIPIO, TÚ, SEÑOR Junto a Dios estabas, Jesús y al lado de nosotros te pones ahora, Señor: Para darnos vida y sosiego Infundirnos valor y encanto Nos hablas ya no con palabras, es que, ahora, nos hablas Tú, directamente Tú, sin intermediarios sin acontecimientos extraordinarios, sinmás promesas ni profetas: ahora TÚ, Señor, hablas con tu presencia Brillas, para que nuestros caminos no permanezcan en un túnel sin salida Eres luz, cuando en el mundo abunda la oscuridad, el destierro, las lágrimas, las tinieblas o la incertidumbre. Ahora, Señor, ya no eres sólo Palabra: apareces junto a nosotros, para resplandecer como Aquel que enseña la ruta definitiva que une el cielo con la tierra, al hombre con Dios y a Dios con el hombre. ¿Se puede esperar más, Señor? Hoy, al mirar hacia lo alto, ya no vemos nubes ni tormentas Porque, hoy,una fuente divina ilumina la noche oscura de la humanidad: ¡ES DIOS QUE TODO LO TRANSFORMA! Amé 

miércoles, 28 de diciembre de 2022

HUIDA A EGIPTO

 “ Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto



Lectura del santo Evangelio según san Mateo (2,13-18) 
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»

Jesús es un Dios venido a nosotros, pero su gloria está encerrada en una apariencia de derrota. 
En su camino no hay sólo Magos que lo buscan, hay también Herodes que a la noticia de su nacimiento se turban. 
Jesús es y será siempre signo de contradicción: hay quien lo busca para adorarlo y quien lo busca para matarlo. Y a pesar de todo, Jesús seguirá siendo nuestro defensor, a pesar de los sufrimientos de todo género que se infligen a muchos inocentes por la voracidad de otros tantos Herodes de hoy que buscan solo el poder, el éxito y la posesión de bienes materiales; a pesar de todo, el amor vence al odio, la luz a las tinieblas, y el sencillo al soberbio.
 ¡Bienaventurados los pacíficos y limpios de corazón! Por querer Herodes matar a un Rey, termina coronando a cuantos tocan. El fuerte no es quien mata sino el que sabe morir ¡Es el misterio de la Navidad!




El dolor –pequeño o grande-, aceptado y ofrecido al Señor, produce paz y serenidad; cuando no se acepta, el alma sufre muchísimo y cae en rebeldía, y se manifiesta en forma de tristeza y mal humor.

¡Hay tantos Herodes en el mundo! 
También hay un Herodes dentro de nosotros, dentro de ti, cuando quisieras arrasar todo aquello que te contraría y te contradice para que prevalezcan tus ideas, tus puntos de vista, tus enfoques de la realidad. Esa forma de ver el mundo es devastadora con los inocentes con los que nos tropezamos con el camino, esos que ni siquiera levantan la voz para advertirnos de nuestro error porque ni siquiera se han enterado de qué va la cosa.
 Frente a esa actitud, está la de José, a la escucha de lo que Dios le quiere decir: interpretando los sueños con los que se revela el plan salvífico de Dios para con su criatura.

martes, 27 de diciembre de 2022

lunes, 26 de diciembre de 2022

CAPILLA DONDE SE COMPUSO NOCHE DE PAZ


La capilla donde se compuso «Noche de Paz» se convierte en centro turístico 



La Capilla de la Noche de Paz, situada en la ciudad de Oberndorf, en el estado austriaco de Salzburgo, es un monumento al villancico «Noche de Paz». 

“Noche de paz, noche santa”: así comienza en el idioma original uno de los villancicos más conocidos del mundo. Se canta en todos los idiomas posibles, en los cinco continentes. ¿Cuándo y cómo surgió? ¿Y quién es el compositor de tan célebre villancico? ¿Quizás el propio Wolfgang Amadeus Mozart?



La capilla se levanta en el emplazamiento de la antigua iglesia de San Nicolás, donde en la Nochebuena de 1818 se interpretó por primera vez el villancico.

La capilla se levanta en el emplazamiento de la antigua iglesia de San Nicolás, donde en la Nochebuena de 1818 se interpretó por primera vez el villancico. Relata Ann Augherton para CNS, que la pequeña capilla octogonal, a sólo 13 millas de Salzburgo, es un destino turístico en cualquier época del año.  Con un pasado lleno de historias, desempeña un papel clave en una pequeña ciudad alpina, Oberndorf, un breve alto el fuego durante la Primera Guerra Mundial y un entrañable estreno local. 


 La tradición relata que el padre Joseph Mohr escribió la letra porque el órgano de su parroquia estaba estropeado.

 Pidió a Francis Xavier Gruber, organista de la parroquia y maestro de escuela, que ideara la música para acompañarla horas antes de la misa de medianoche de Nochebuena en la iglesia de Santa Nikola en 1818. 

No hay pruebas definitivas de que los ratones hubieran roído, hasta inutilizarlos, los fuelles del órgano de la iglesia de San Nicolás, de Oberndorf. El hecho es que el órgano, que necesitaba una restauración desde hacía tiempo, ya no funciona, ¡y es Nochebuena! El párroco auxiliar Joseph Mohr, de 26 años, busca una solución para el arreglo musical de la Navidad. Lleva al organista Franz Xaver Gruber un poema navideño de seis estrofas, para que lo musicalice. Lo ha escrito en 1816 en Mariapfarr, lugar muy adentrado en las montañas de los Alpes, cuando era párroco auxiliar en ese lugar. Tal vez la representación del Niño Jesús que había en el retablo, con una llamativa cabeza rizada, le inspiró el verso de la primera estrofa: “Dulce muchacho de pelo rizado”.





Ese mismo día, compone Gruber una sencilla melodía para dos voces y coro. “Noche de Paz, noche santa” fue cantada después de la Misa del Gallo, a la luz de las velas, a dos voces por Joseph Mohr (tenor) y Franz Xaver Gruber (bajo), junto al Belén de la iglesia -que hoy se encuentra en la ciudad de Ried, en la Alta Austria-, con el acompañamiento de Mohr a la guitarra. El árbol de Navidad era aún desconocido en aquella época, y no se generalizó hasta la primera mitad del siglo XIX, en Europa central.





Los habitantes de Oberndorf -agricultores, artesanos, barqueros- celebraban la Navidad decorando sus casas con maderas de coníferas y ramas de abeto. Luego limpiaban a fondo todas las habitaciones y recorrían todas las habitaciones y el establo con un recipiente de incienso encendido. Por la noche iban a la iglesia para la Misa del Gallo. Allí, estas sencillas gentes de Oberndorf escucharon por primera vez la canción “Noche de Paz”, e inmediatamente llegó hasta sus corazones: en aquellos tiempos de guerra, necesidad e inseguridad, era un mensaje de paz, de recogimiento y de salvación por el Niño recién nacido: “¡Jesús, el Salvador, está aquí

LA CAPILLA



 La capilla de la Noche de Paz ocupa el lugar que ocupaba la iglesia de San Nicolás antes de las sucesivas inundaciones de la década de 1890. 

La capilla se levanta en el emplazamiento de la antigua iglesia de San Nicolás, donde en la Nochebuena de 1818 se interpretó por primera vez el villancico. Relata Ann Augherton para CNS, que la pequeña capilla octogonal, a sólo 13 millas de Salzburgo, es un destino turístico en cualquier época del año.  Con un pasado lleno de historias, desempeña un papel clave en una pequeña ciudad alpina, Oberndorf, un breve alto el fuego durante la Primera Guerra Mundial y un entrañable estreno local. 



Actualmente todos los días 24 de Diciembre, una legión de turistas acude al pueblo de Oberndorf para rememorar esta canción de Navidad en su lugar de origen, aunque no en la Iglesia de San Nicolás, que fue derribada en 1906 a raíz de un incendio, sino en una capilla eregida en 1937 especialmente para conmemorar el famoso villancico. 


 La capilla, de dimensiones modestas, es de planta octogonal con una cúpula como techo. 

En su interior, sobre el altar adosado a la pared se levanta un hermoso retablo de madera tallada policromada que recuerdan misterios de la vida de Cristo. El panel mayor del retablo, ubicado en la parte superior y que abarca los dos tercios de la altura total, esta dedicado a la Natividad.


La parroquia se reconstruyó media milla río arriba y la capilla abandonada permaneció así durante años. Fue arrasada en 1913. 

 Una década más tarde, comenzó la construcción de una nueva capilla en el mismo lugar; se terminó el 15 de agosto de 1937, fiesta de la Asunción. 


 Hoy La iglesia de San Nicolás, 

donde se oyó por primera vez “Noche de Paz”, fue demolida a principios del siglo XX debido a las constantes inundaciones y al peligro de hundimiento. 



En sustitución se levanta desde 1937 la capilla memorial octogonal Gruber-Mohr en un lugar seguro de Oberndorf. Existen traducciones y versiones de la canción en más de 320 idiomas y dialectos. Normalmente se cantan las estrofas primera, segunda y sexta. En los lugares donde nacieron y trabajaron Gruber y Mohr, en Salzburgo y en la Alta Austria, hay museos y monumentos conmemorativos de “Noche de Paz”. Pero también en otros lugares, incluso en los Estados Unidos, en Frankenmuth, Michigan, hay un extenso archivo relacionado con la canción, donado por la familia Bronner, y en la propiedad contigua hay placas con la letra de “Noche de Paz” en 311 idiomas. En 2004, se dio a un asteroide el nombre de “Gruber-Mohr”. 



En 2011, “Noche de paz, noche santa” fue reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural mundial inmaterial. 


viernes, 23 de diciembre de 2022

FELICITACION DE NAVIDAD 2022

 

¡¡¡¡ FELIZ NAVIDAD !!!!
Nace Dios, nace pequeño y nos trae para ti y para mi:

Para los buenos momentos .....gratitud. Para los momentos negros,,, mucha esperanza. Para cada dia y para siempre....amor y mas amor.-




NOCHEBUENA

 24 DE DICIEMBRE

“ …habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló ”





san Lucas 2, 1-14 


Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
El misterio que se encierra en un niño nacido, en un pesebre, en extrañas circunstancias en las afueras de Belén.

En este pesebre comienza Dios su aventura entre los hombres. No le encontraremos entre los poderosos, sino en los débiles. No está en lo grande y espectacular, sino en lo pobre y pequeño. Vayamos a Belén; volvamos a las raíces de nuestra fe. Busquemos a Dios donde se ha encarnado.

 En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. 
De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. 
Estas son las primeras palabras que hemos de escuchar: «No temáis. Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo». Es algo muy grande lo que ha sucedido. Todos tenemos motivo para alegrarnos. Ese niño no es de María y José. Nos ha nacido a todos. No es solo de unos privilegiados. Es para toda la gente.

El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».



Amar al recién nacido ante el Niño Dios es el amor. ¿Por qué ha querido venir Jesucristo a este mundo? ¿Qué necesidad tenía Él, Dios inmenso y glorioso, de venir a este mundo, de nacer como un niño, débil, indefenso, que depende totalmente del cuidado de sus padres? 
Sólo el amor explica este rebajamiento de Dios, un amor total, desinteresado, generoso hacia el hombre, hacia cada hombre, hacia mí. «Amor con amor se paga».

 Por eso el mejor regalo que podemos poner a los pies del pesebre es nuestro amor a Él. Cuando Jesús nació en Belén sólo los pastores, y tres Magos Sabios, le ofrecieron algún regalo. Y seguro que Jesús recibió con mucha alegría los regalos de los pastores. No eran grandes cosas, pues ellos también eran pobres: un queso, un poco de leche, quizás alguna oveja. Pero era todo lo que tenían y se lo daban con todo su amor. Igual hemos de hacer nosotros: ofrecer al Niño Jesús nuestro corazón, pobre y pequeño, pero entregado con alegría y amor.

ORACIÓN DE LA MAÑANA ADVIENTO 3º y 4º

 


TERCER DOMINGO DE ADVIENTO



¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR?

 Vienes a limpiar nuestras conciencias, y nos preferimos caminar en el fango Sales a nuestro encuentro para darnos vida, y abrazamos las cuerdas que nos llevan a la muerte Te adelantas para enseñarnos el camino de la paz, y somos pregoneros de malos augurios.

Como Juan, quisiéramos preparar tu llegada, Señor Como Juan, aún en la cárcel en la que a veces se convierte el mundo levantamos nuestra cabeza porque queremos que Tú nos liberes

 Eres la alegría, infunde a nuestros corazones júbilo Eres salud, inyéctanos tu fuerza y tu salvación Eres fe, aumenta nuestro deseo de seguirte Eres amor, derrama 0{lo en nuestras manos para, luego, poder ofrecerlo a nuestros hermanos. 

¿QUIÉN ERES TÚ, SEÑOR? 

  Yo te digo .....el mundo te necesita  y requiere de un Niño que le devuelva la alegría Que la tierra, con tu Nacimiento, recobrará la paz y la esperanza Por eso, Señ￱or, porque se quién eres Tú… Ven y no tardes en llegar…Se￱ñor

Eres el Salvador, el que vienes a sanar mis heridas, a llenar mi corazón de vida y mi vida de sentido. Eres mi alegría y esperanza.

 El Niño que yace en el pesebre tiene el rostro de nuestros hermanos más necesitados, de los pobres, que «son los privilegiados de este misterio y, a menudo, aquellos que son más capaces de reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros».
Señor que sepa descubrir la novedad que trae el Evangelio, y sepa leer la Palabra a fondo;

L
Señor, hoy quiero agradecerte, de todo corazón, el hecho inmenso de la Encarnación. Te has rebajado y hecho uno de nosotros. Y nos has dado la posibilidad de saber lo que a Dios le gusta, lo que a Él le agrada. Qué bonito es, a través de su Hijo, poder hacer siempre lo que al Padre le agrada. ¡Gracias, Señor!
M
Mi sí Señor, aunque a veces se convierte en no, sea si ncero y noble... que me ayudes a  mirar las cosa como tú las ves a mirar con amor. 
Qjuita de mi ceguera las escamas de mis ojos y haz de mí corazón y de mi alma un lugar para Ti. 
X
Que todas mis palabras y obras expresen amor a Ti Dios mío y a mis hermanos. 
Que el bienaventurado san Juan de la Cruz, cuya fiesta celebramos hoy, nos enseñe a elegir el camino estrecho y empinado que conduce a la cima del Carmelo, a la plena confianza y unión con Dios.

J
Gracias Señor por decirme  que soy grande cuando soy pequeña,  que puedo ser tan grande como Juan el Bautista por preparar el camino para tu venida 
Señor ayudame .....en mi vida espiritual, mi corazón, mi alma, mi familia y mi enfermedad.

V
Jesus brilló a traves de la persona de Juan el Bautista... en su entrega a Dios en el silencio del desierto y cin una vida austera y de})} peitencia.
También hoy Señor quieres hacerte visible a través de mi visa impregnada de Evangelio.
S
Últimos días y ya vienes Señor. Días de las antifonas de la O que nos invitan  estar expectantes, ilusionada y con mucha.7ü9l esperanza. 
Te abro mi corazón y ante Ti pongo mi pequeñez. 

IV DOMINGO DE ADVIENTO





¿QUIÉN SOY YO?
 Me miro y siento que soy témpano de hielo y la soledad me entristece. ¿Y quieres venir por mí? 

 ¿Y quieres nacer en mí? 
Y ¿todavía quieres salir a mi encuentro?
 ¿Y pretendes aún ser mi amigo, Señor? Hablo y, en mis conversaciones, escasamente hablo de Ti ¿Y aún insistes en acercarte a mí? 

 ¿Quién soy para que, año tras año, me recuerdes que me amas? ¿

 QUE ¿QUÉ SOY, SEÑOR? Algo bueno debo de tener y, por eso mismo Jesús, con Santa Isabel, digo y grito: ¡Bendita la Madre de Dios! Esa Madre que, aún sabiendo de mi frialdad e indiferencia, se digna visitarme para caldear la morada de mi corazón para abrir las compuertas de mi conciencia para ayudarme a descubrir que, Tú, eres el gran regalo de la Navidad. Sólo sé, Señor, una cosa: que me quieres y que tu amor me hace sentir algo insuperable: que te debo de importar mucho, cuando por mí, tanto haces. Gracias, amigo y Señor.

Ser mujer de fe. 
José con gran fe obedece a la voluntad de Dios. Se fía de Ti Dios mío y se abre al Misterio de Dios, al Amor de Dios, a la venida del Niño Dios. Que con María y José me prepare para la llegada del Niño Dios. 
Imitate sería muy bueno esta última semana de tu llegada. 
Contigo María camino hacia la Navidad. 
L
Porque dudar de Dios si tu Amor no falla. Me falla mi confianza, mis dudas y termino enfriandome y apartando e de ese gran tesoro que me aparta del don de la fe. Para que no dude aumenta mi fe Señor. 
M
En ti Maria solo cabe el si. Que sepa escuchar como María y acepte lo que hoy me quieras decir.... que quieres de mi Señor? Mi contestación sin dudar aquí estoy Señor. 
X
Maria didhosa por tu fe. Toda tu vida traspasada por una lanza. Toda tu vida un Vía Crucis que termina al pie de la cruz. Sin entender te fías siempre de Dios por eso te pido que aumentes mi fe. 
J
Proclama mi alma al Señor. 
Siempre será Navidad dentro de mi sí te alabó Señor diariamente reconociendo todo lo que haces por mi. Gracias Señor. 
V
Juan es el precursor de la gracia. 
Que el Niño Dios me encuentre con lo mejor de Dios : su amor, su Ternura y quiere que sea feliz porque para eso ha nacido para salvarme recuperando el camino perdido. 

NO HAY NAVIDAD SIN MARÍA

  Ella, en medio del Adviento, da color y calor como nadie a este tiempo de esperanza. Es una mujer que con su “sí”, la noche de Belén nos pregonará una gran noticia: la salvación tiene un rostro, Jesús.



 Es la Señora que, abriéndose gratuitamente para Dios, hará posible que Jesús ilumine la oscuridad del mundo; que Jesús nos traiga el amor inmenso de Dios; que Jesús sea amado y seguido por todos nosotros.

 Sin ti Maria, no hubiera existido aquel primer adviento ni esperanza para los hombres y mujeres que aguardaban la llegada del Señor. 

Gracias Maria por tu SI. Mañana es la Navidad.

Entraremos  al pesebre con humildad. En el portal nos postraremos  con fe.

 A Belén se va con la atracción del amor de un Dios que nos trae felicidad para todos.

jueves, 22 de diciembre de 2022

IV SEMANA DE ADVIENTO

VIERNES

“ Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación ”



san Lucas 1, 57-66 

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. 

Lo importante para un judío es el nombre. No sólo significa designación de una persona sino su ser, su misión, su destino. En este caso, lo curioso es que a Juan no se le pone el nombre de su padre Zacarías para seguir su misión de sacerdote en el templo, sino que se va a llamar Juan, que significa: Yavé se ha compadecido.

A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». 

Juan vivirá en el desierto y, desde allí, anunciará la Misericordia. Ya no es necesario ir al Templo para encontrarse con el Dios Misericordioso.

Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así». Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. 

De hecho, Dios ha tenido misericordia con Zacarías, fuera del TEMPLO. En el Templo apareció como un “incrédulo”. Y en su casa, en la soledad, en el silencio Dios se compadeció de Él y recuperó el habla.

Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». 

Y todos se quedaron maravillados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. 

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» 

Porque la mano del Señor estaba con él.

Juan anuncia un Mesías que nos va a tomar la delantera, nos va sorprender allá donde estemos, y va a practicar el amor y la misericordia con nosotros aunque no lo hayamos merecido.

 Que el Niño Dios nos da lo mejor de Dios: su amor, su Ternura y quiere que seamos felices porque para eso ha nacido para salvarnos. 

JUEVES

“ María se quedó con Isabel unos tres meses ”



san Lucas 1,46-56

El Magníficat es un compendio de virtudes. María canta su salvación por Dios. María canta la salvación de Dios a los pobres, a los humildes, a los hambrientos. Es el canto de todo el pueblo de Dios, heredero de las promesas hechas a Abraham.

 En aquel tiempo, María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”.

Cuando María nos dice que “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones”, no lo dice por ella misma ni por sus méritos, pues acaba de declararse “esclava” del Señor, sino por las maravillas que el Señor ha obrado en ella. Así mismo lo hará con todo el que escuche Su Palabra y la ponga en práctica. “Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra” (Sal 123).

 Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” —como lo había prometido a “nuestros padres”— en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». 

En este himno de María se insiste mucho en la “humildad”. Es todo lo que Dios ha visto en Ella. La humildad cristiana no consiste en considerarse poca cosa, lo último, lo peor, sino en saber que nuestra pequeñez unida a la grandeza de Dios lo puede todo, y que todo lo grande que somos y tenemos es don de Dios.

 Por este motivo, siendo María humilde, dijo que todas las generaciones le llamarán bienaventurada.

María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.




MIERCOLES

“ ¿Quién soy yo para que me visite....? ”





El Evangelio de Lucas también nos presenta dos protagonistas. Dos mujeres, creyentes… como tantas otras mujeres de fe. Sin embargo, ambas, a cada una lo que le correspondió, protagonizaron páginas profundamente significativas en la Historia de la Salvación, en nuestra historia.

según san Lucas 1, 39-45

En aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 

María, la mujer feliz porque ha creído en lo que le ha dicho el Señor, feliz porque se cumplirá la promesa de Dios. Y con María surgen varias preguntas claves, de esas que ofrecen luz, aunque muchas veces no sepamos la respuesta. ¿Qué significa creer en una promesa? 

Y cuando lo que vivimos nos confunde, no existe sentido ni coherencia… ¿cómo es posible seguir creyendo?

 María creyó en Dios… y continuó creyendo en medio de las diversas situaciones en las que se fue encontrando, entre luces y sombras, haciendo camino… y en camino se puso a servicio de Isabel, su prima.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 

Sorpresa y alegría… de esas que son profundas, que mueven interiormente todo el ser.

Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Isabel, la mujer que reconoció y percibió cómo el hijo que llevaba en sus entrañas reconocía al Mesías. La mujer que exultó de alegría con todo su ser. La mujer de edad avanzada que conoció la acción de Dios en María y también la fe de esta joven mujer. Dos generaciones que se encuentran y reconocen mutuamente como agraciadas y bendecidas para que los “proyectos del corazón de Dios” se realizasen.



Sorpresa y alegría, ambas trenzadas en la fe y el amor. Y es desde esta experiencia vital, que nuestro ser despierta y se levanta para acoger la presencia solidaria de Dios entre nosotros.

¿Quién eres tú o quién soy yo para que la Virgen nos proporcione su consolación en medio de las tribulaciones de la vida? Si lo hace -y vaya si lo hace- es porque en ella anida la vocación de servicio por encima de todo, porque con ella podemos decir: «Proclama mi alma la grandez del Señor».


MARTES

“ ¡Bendita tú entre las mujeres! ”


según san Lucas 1, 39-45

El Evangelio de hoy nos recuerda la experiencia de la visitación y nuestra mirada girará en lo que significa creer en una promesa, creer que las cosas van a ser así.

 En aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 

Lucas nos relata de María, quien creyó en Dios, le hizo caso y sin detenerse, parte de prisa a un pueblo en la montaña donde su prima que está encinta. María, sin darle vueltas, entiende que lo que recibió es para compartirlo en gestos de humanidad.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. 

la alegría que experimentó María al saber que llevaba dentro de sí al Dios-con-nosotros camino a asistir a su prima Isabel, convirtiéndose así en la primera custodia, y su viaje hacia la casa de su prima en la primera procesión del “corpus”.

Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

la actualidad del relato, la disposición y coherencia de la fe de María nos traen a nosotros a la iglesia y al mundo un exigente y urgente llamado a la coherencia entre el decir, creer y el hacer…

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

 Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».


Unamos hoy nuestra alegría a la de Isabel y María para proclamar que creemos en Dios, en su obra creadora, que viene a visitarnos en nuestra existencia cotidiana.


LUNES



“ ¿Cómo estaré seguro de eso? ”

Según san Lucas 1, 5-25 

En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel. 

Nos vamos acercando a Belén. Las lecturas de hoy nos preparan para el nacimiento de un niño muy especial cuya madre es virgen. La primera lectura nos ofrece el nacimiento de Sansón; la segunda, el nacimiento del Bautista. Sus madres eran estériles y, en ambos casos, se da una intervención especial de Dios. El Evangelista Lucas establece un evidente contraste entre la concepción del Bautista y la de Jesús. Los padres del Bautista son ancianos y viven a la sombra del templo; los de Jesús son jóvenes y viven lejos del templo.

Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. 

De todos modos no resulta sencillo creer que Dios puede hacer lo que para nosotros es imposible. ¿No habríamos reaccionado nosotros como reaccionó Zacarías?: ¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada.

Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. 

Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. 

Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, “para convertir los corazones de los padres hacia los hijos”, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto». 

Zacarías replicó al ángel: «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada». Respondiendo el ángel, le dijo: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno». 

El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. 

Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente».





DOMINGO



“ Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo ”

según san Mateo 1, 18-24
La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. 

Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». 

Desde el momento que Dios se ha hecho “hombre” Dios ha dejado definitivamente de ser sólo “Dios en sí” para ser también “Dios-con-nosotros”. El evangelio de Mateo que comienza hablándonos del EMMANUEL, termina con estas consoladoras palabras: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin de los tiempos”. Desde este momento ya nadie podrá decir que está solo. Éste es el gran misterio de la Encarnación.

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.

Un misterio que debemos “contemplar” en Navidad, en cualquier rincón del mundo donde se represente un belén. Pasemos deprisa la mirada sobre tantas luces, ríos, montañas, animales, figuras, personajes, -aunque sean reyes-, y concentremos nuestra mirada en ese Dios Inmenso que se hace pequeño y vulnerable en la fragilidad de un niño que llora. Caigamos de rodillas “estremecidos” ante ese enorme misterio. Es lo que hicieron los Magos: “Y cayendo de rodillas, le adoraron” (Mt. 2,11).


Dios nos salva. ¿De qué nos salva? 
 Nos salva de la oscuridad. Nos salva de nuestras dudas, de nuestros miedos, de nuestras angustias, de nuestra perplejidad. Así sucedió con José, “el hombre justo”.
 
 Nos salva de la esclavitud. Decía Jesús: “El que hace el pecado se hace esclavo del pecado” (Jn.8,34).
 
Nos salva del falso concepto de Dios.
 Hay todavía cristianos que no comprenden a un Dios enamorado de la vida, un Dios que sufre más que nosotros cuando nosotros lloramos y goza más que nosotros cuando nosotros reímos. Un Dios que, si pudiera dormir, despertaría sin cosas, pero no sin sueños. Nosotros somos el sueño de Dios. “Su delicia es estar con los hijos de los hombres”