YA ES SEMANA SANTA

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domingo, 15 de septiembre de 2024

SEMANA XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

 LUNES

“ Una palabra tuya bastara para sanarme ”




Al Evangelio le encanta mostrar modelos evangélicos sorprendentes.
 Hoy es el turno de un centurión, el supremo representante en Cafarnaún del odiado poder colonial romano. Su fe en Jesús es tanta que no necesita la presencia de Jesús:

según san Lucas 7,1-10 

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de exponer todas sus enseñanzas al pueblo, entró en Cafarnaún. 

 Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado.

 Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga». 

 Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. 

Este hombre es, además, un modelo de convivencia y de respeto hacia una cultura y religión extrañas para él. Tanto que se gana el cariño de los judíos:

Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque también yo soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace». 

Siempre que comulgamos repetimos las palabras del centurión a Jesús. Repitamos también su actitud interior de fe y humildad. Es lo que de verdad importa. 

A propósito de esto, San Cirilo de Jerusalén escribía en el siglo IV: Cuando te acerques a recibir el Cuerpo del Señor, acércate haciendo de tu mano izquierda como un trono para tu mano derecha, donde se sentará el Rey. En la cavidad de la mano recibe el Cuerpo de Cristo y responde ‘amén’.

 Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe». Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

"Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi criado quedará sano". Maravillosa afirmación que, desde entonces, continua resonando en la boca de los creyentes, llamados a acoger como huésped al Señor en el misterio eucarístico. 
Jesús, exalta esta actitud de humildad y de fe, y le concede lo que pide, proclamando así que él ha venido para todos, judios y paganos.

DOMINGO

“ El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará ”



según San Marcos 8, 27-35 

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 


Si hoy tuviéramos que responder al Señor sobre ambas preguntas, ante la primera: “¿Quien dice la gente que soy yo?”, es posible que al darle la respuesta pensemos en aquellos con los que nos relacionamos, con los que convivimos, tendríamos que decirle al Señor, que muchos no te conocen, te ignoran porque no saben quien eres,  es posible, que ante esta respuesta nos preguntara a los cristianos de hoy: ¿que estáis haciendo?, ¿como es posible que logréis silenciar mi Palabra? ¿como estáis viviendo? ¿no sois capaces de contagiar todos los beneficios que reporta el tesoro de la fe? ¿que os esta pasando?.

 Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».

 Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías». 

Y para ti, ¿Quien soy?. No es cuestión de dar una respuesta prefabricada, ni del catecismo, tendríamos que ponernos delante de Él y abrir nuestro corazón, ver cómo nos relacionamos, qué importancia tiene, si acogemos su Palabra, si nos dejamos interpelar por ella, si produce cambios y transformación en nuestra vida…

 Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días». 

 Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!». 

En la corrección realizada a S. Pedro: ¡Piensas como los hombres no como Dios!, también nos toca a nosotros, nos cuesta poner a Dios en el centro, muchas veces no se nota que somos cristianos, nuestros falsos respetos silencian la Palabra, nos acomodamos a convivir con el mal, nos cuesta ir “contracorriente”, nos dejamos vencer por los miedos y terminamos conviviendo con el espíritu mundano.

 Y llamando a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. 

Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de que le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?».

Y concluye el pasaje de hoy con la invitación al seguimiento.


Es fácil seguir a Jesús cuando todo sonríe, cuando todo sale bien. Pero cuando azota el viento del dolor, la prueba, la dificultad, el rechazo por creer o la muerte ¿quien se atreve mantenerse fiel a Jesús? ¿Quien es capaz de mirar al cielo y decir: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”?

La cruz está ahí, siempre. Si queremos seguir a Jesús, habrá que abrazarse a ella.

¿QUIÉN DECIS QUE SOY?

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN MARCOS (8, 27-33) 

Después Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos le contestaron: «Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?». Tomando la palabra Pedro le dijo: 




 

En Cesárea, el grupo de los discípulos se coloca ante Jesús. La curación del ciego, ha dado su fruto: Pedro, ante la pregunta de Jesús ¿quien decís que soy yo? reconoce en Jesús al Cristo. 

La multitud sólo había llegado alcanzar una parte de la verdad: veía en Jesús a un profeta. Pero Elías y Juan Bautista pertenecen al pasado, mientras que Jesús viene del futuro. Jesús instruye a sus discípulos y levanta sin miramiento el velo: "el Hijo del Hombre tiene que padecer mucho..." Esta es la misión por la que se reconoce a Jesús: sólo a través del sufrimiento entrará en la gloria del Reino.

Pedro, a quien se le ha concedido ir más allá que al resto de apóstoles y entrar decididamente en el secreto mesiánico pero al que Jesús reprende con ímpetu cuando el primero de sus discípulos reniega de la cruz. Sabe quién es pero no entiende todavía que la pasión es el único camino que conduce a la muerte del hombre viejo y a la gloria de la resurrección. 
Diríamos que no ha entendido nada: quiere preservar, con toda la buena intención que se le presupone, a Jesús de ese padecimiento que se revelará atroz en la cruz en cumplimiento de la voluntad del Padre, no de la propia. 
"Quítate de mi vista, Satanás". 
Pedro necesita profundizar aún más su fe; tiene que aprender que, para hablar debidamente de Jesús, no basta con decir de Él algo que sea verdadero, ha de esperar a la resurrección. Entonces comprenderá a la persona de Jesús y su mensaje: entonces podrá dar testimonio.

A NOSOTROS

Quién es Jesús para ti. Te lo está preguntando a través de la Palabra de hoy. No se trata de acertar con la respuesta como en un concurso; tampoco de aprenderla de memoria para ningún examen. Lo que encierra esa pregunta que se te formula en presente y voz activa hoy, jueves de la sexta semana del tiempo ordinario del año 2022, es el grado de intimidad que tienes con el Señor.




 Gracias a Cristo, la cruz ha venido a ser la fuente de la cual emana todo tipo de gracias y bendiciones para todo el que quiera creer: ¡El instrumento de muerte ha pasado a ser el vehículo que nos da la libertad y la vida!

Pero no te desanimes, se turbe tu corazón si te ves apocado o lejano. Piensa en Pedro.

«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

También a nosotros  nos  dice que nos pongamos detrás de El y así además de conocerle intentaremos  vivir como El.


sábado, 14 de septiembre de 2024

15 DE SEPTIEMBRE


Hoy se celebra la festividad de NUESTRA SEÑORA DE  LOS DOLORES


Es la más universal de todas las advocaciones de la Virgen, pues no está vinculada a una aparición, sino que recuerda los dolores que sufrió la Madre de Jesús.

Ella lo sufrió todo por nosotros para que disfrutemos de la gracia de redención, sufrió para demostrarnos su amor.





La liturgia de la celebración de los Dolores de la Virgen es de origen Alemán.

 En 1423 el arzobispo de Colonia, Teodorico de Neurs la instituye para reparar las burlas que los herejes hacían a las imágenes de la Virgen Dolorosa y en 1727 el Papa Benedicto XIII la propago a toda la Iglesia.


El hecho de que se celebre el 15 de septiembre se debió a que desde 1688 los religiosos Servitas celebraron en esa fecha la fiesta de los dolores de la Virgen, fiesta que PIO VII extendió a toda la cristiandad en 1814.



 Para lealmente a estas celebraciones, se desarrollaba en España el culto especial a "La Dolorosa", en torno a los "Pasos de Semana Santa".
 Entre las renovaciones litúrgicas promovidas por el Concilio Vaticano II, se estableció que se suspendieran las festividades duplicadas a lo largo dl año.
 Como, la festividad de Virgen de los Dolores, hasta entonces se celebraba el 8 días antes del viernes Santo y  se suspendió el viernes de Dolor y quedo el 15 de septiembre como única fecha de conmemoración.



Los siete dolores de la Virgen María son:
1  Dolor. La profecía de Simeón.

Al ver a Dios humanado, Simeón le dio a María
  En solo una profecía Todo el dolor compendiado


2  Dolor. La huida de Egipto.


A Egipto con gran dolor María huyendo camina
Porque Herodes determina Dar muerte al Redentor

3  Dolor.  El niño Jesús perdido en el Templo



A Jesús pierde María; Lo busca triste y llorosa;
  En tres días no reposa Sin hallarle, ¡oh qué gran agonía!


4  Dolor. El encuentro de Jesús y María camino al Calvario.


Con una cruz oprimido En la calle de la Amargura Encuentra la Virgen Pura A Jesús, su Hijo querido.

5  Dolor.  La Crucifixión.

En la cruz el Salvador Cruelmente es clavado
Y la Madre está a su lado ¿Quién vio más fuerte dolor?

6  Dolor. El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz.

De Cristo el cadáver yerto Tiene en sus brazos María. Lo miraba y repetía:
¿Quién a mi Jesús ha muerto?


7  Dolor. El entierro de Jesús.



A Cristo dan sepultura; La Madre sin hijo queda; ¿Quién sin llanto habrá que pueda Meditar tanta amargura  

Felicidades a todas las Dolores

A MI MADRE DOLOROSA

 Me acerco Madre Dolorosa a tu divino rostro para que me mires como sólo lo sabes hacer Tú para que me hables con palabras de FE y me ayudes con tu semblante humano y divino.

 Son muchas las espinas y muchos los abrojos que, ayer, hoy y mañana, salen a nuestro encuentro.



Necesito sentir tu calor y tu regazo para en medio de las dificultades y tropiezos saber que estás al pie de mi cruz. 

Llévame, Virgen de los Dolores, a la presencia del Padre al encuentro de Jesús el Nazareno a la escucha de la suave voz del Espíritu.

Amen

TANTO AMÓ DIIOS AL MUNDO

 Celebramos hoy la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. ¡Qué locura! ¡Jesús quiere conquistar a los hombres por la cruz! 



EVANGELIO SEGÚN JUAN (3, 13-17)

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.



Tiene que ser elevado el Hijo del hombre
El Evangelio de hoy nos invita a poner nuestra mirada en la Cruz, concretamente en el crucificado, a darle el lugar que le corresponde en nuestra existencia, nos invita a elevar al Hijo del hombre. El Señor tiene que ocupar su puesto, tiene que ser glorificado.

El Señor es levantado delante de nuestros ojos para que, al mirarlo, al amarlo, al cuidar de Él, quedemos curados; quiero pensar que, en cada crucificado, el Señor nos atrae hacia Él, para que seamos semejantes a él en ternura, en compasión, en misericordia. 

Que luchemos contras todos los que son crucificados hoy a causa del egoísmo y la injusticia de los hombres: hambre, guerras, prostitución, inmigración, trabajo infantil… a los que sufren por la enfermedad y la muerte. 



Luchemos contra esas cruces y pongamos en ella el amor, único antídoto que hace retroceder la muerte y el dolor.

MI PARROQUIA

 BAJO LA ADVOCACIÓN DE NTRA SRA DE LA ANTIGUA



Una parroquia es el lugar donde el ruido se hace silencio, las prisas tranquilidad, la enfermedad salud, la tristeza alegría. 
Es fuente que alimenta la sed del que busca e incluso de aquel que dice tener todo solucionado. Es carcasa con los colores de la fe y de la esperanza. Una parroquia es mirada hacia el cielo sin dejar de tener los pies en la tierra. Es oído que escucha el llanto del que sufre y también que atiende la mano abierta.



 Una parroquia es mirada hacia el cielo sin dejar de tener los pies en la tierra. 
Es oído que escucha el llanto del que sufre y también que atiende la mano abierta.


En el madero de su cruz están escrito todos nuestros nombres.

No se olvida de ninguno y su amor nos abraza a todos.

¿ Que sería de nosotros sin Ti, Señor?

viernes, 13 de septiembre de 2024

EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Fiesta el 14 de septiembre.


Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo.



 La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia. y hoy es el aniversario de la consagración de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén en 335.




Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo.

Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año.


 Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fue llevada en persona por el emperador a través de la ciudad.


Exaltación de la Cruz de Piero della Francesca

Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.
También conocida como Triunfo de la Santa Cruz, una fiesta que también celebran los ortodoxos.


En esta fiesta se conmemora la Cruz en la que fue crucificado Nuesttro Señor por Amor a todos nosotros.

Ese madero, Trono desde donde Jesús reina, vence y salva. Y por ese motivo para los católicos es objeto de veneración y no de beatería.



.La Santa Cruz (para evitar nuevos robos) fue partida en varios pedazos. Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén. Otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se llamaron "Veracruz"(verdadera cruz).



El fragmento de la Cruz de Cristo de mayor tamaño se encuentra en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria, España), donde es venerado por decenas de miles de fieles cada año.




Nosotros recordamos con mucho cariño y veneración la Santa Cruz porque en ella murió nuestro Redentor Jesucristo, y con las cinco heridas que allí padeció pagó Cristo nuestras inmensas deudas con Dios y nos consiguió la salvación.

SEMANA XXIII DEL TIEMPOO ORDINARIO


SÁBADO

“ No envió al Hijo para juzgar, sino para salvar ”


“Tanto amó Dios al mundo”… Me detengo en ese “tanto” que abarca inmensidades. Hasta tal punto, hasta tal extremo, hasta tal locura llegó el amor de Dios al mundo, que entregó a su Hijo único por nosotros. Aquí sobran todas las palabras


según san Juan 3, 13-17 

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. 

 Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. 

Aquí está lo más esencial de la fe cristiana. Este amor de Dios, manifestado de forma insuperable en el Crucificado, es el auténtico Big-Bang del universo, de toda la creación. Nosotros, seguidores de Jesús, no estamos llamados a condenar y vapulear al mundo; estamos llamados a comunicar e irradiar el amor de Dios a todo ser humano. Dios es Amor. Y Dios no sabe, ni quiere, ni puede hacer otra cosa sino amar.

 Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

No es sencillo, incluso para un buen creyente, creer sin reservas en este amor. Es que se trata de un amor que, como una luz intensa, nos deslumbra y hace que cerremos los ojos. Pero hay que empeñarse en mantenerlos abiertos. No quedaremos ciegos. Quedamos ciegos si los cerramos. Ante el Crucificado lloraremos lágrimas de pena pero, mejor aún, lloraremos lágrimas de alegría.

 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 

 El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».


Señor, la cruz, con sus dos palos, uno vertical mirando al cielo y otro horizontal abrazando a todos los hombres, es la señal de los cristianos. No podemos elegir otra distinta. Es la Cruz del Señor. No es una cruz sola, una cruz vacía, sino una cruz abrazada por el crucificado, en un alarde de amor llevado hasta la locura. Que ahí, en la escuela del calvario, aprenda yo a amar a Dios y a mis hermanos.


VIERNES

“ ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ”


Jesús utiliza la figura de la vista (“ciego” – “ojo”), que nos evoca la contraposición luz-tinieblas (Cfr. Jn 12,46), para recordarnos que no debemos seguir a nadie a ciegas, como tampoco podemos guiar a otros si no conocemos la luz. “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?

según san Lucas 6, 39-42 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 

El mensaje es claro: No podemos guiar a nadie hacia la verdad si no conocemos la verdad. No podemos proclamar el Evangelio si no lo vivimos, porque terminaremos apartándonos de la verdad y arrastrando a otros con nosotros.

 No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como un maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 

Ese peligro se hace más patente cuando caemos en la tentación de juzgar a otros sin antes habernos juzgado a nosotros mismos, cuando pretendemos enseñarle a otros cómo poner su casa en orden cuando la nuestra está en desorden: “¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

"Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano».

Con toda probabilidad Jesús estaba pensando en los fariseos cuando pronunció esas palabras tan fuertes. Pero esa verdad no se limita a los fariseos. Somos muy dados a juzgar a los demás con severidad, pero cuando se trata de nosotros, buscamos (y encontramos) toda clase de justificaciones e inclusive nos negamos a ver nuestras propias faltas.


“Te pedimos, Señor: Danos ojos limpios y claros para mirar dentro de nuestro corazón y nuestra conciencia, pero empáñalos tenuemente con las sombras del amor cuando veamos las faltas de los que nos rodean. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén”

JUEVES

“ El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo



Aunque para nosotros sea todo un logro el amar solo a quienes nos aman, el prestar a los que nos van a devolver lo prestado, no vamos más allá del horizonte estrecho de las relaciones humanas.

según san Lucas (6,27-38) 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. 

El Evangelio de hoy nos exhorta a amar, amar al que no te ama, amar, incluso al que te desea mal, amar a tu enemigo, haced el bien, bendecid, orad… y nos regala una regla de vida: “Tratad a los demás como queréis que ellos os traten”.

 Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. 

 Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? 

También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? 

El discípulo, el seguidor de Cristo, el cristiano esta invitado a acoger el amor de Dios, a dejar que ese amor de Cristo transforme su corazón, viviendo y experimentando la fuerza de cambio en su misma vida y llegando a ofrecer la vida, incluso con el amor más grande, perdonando, ese es el camino que vence el mal.

También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? 

También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. 

Sin embargo, por las solas fuerzas uno experimenta que es incapaz, humanamente hablando, imposible, por eso, necesitamos estar muy unidos a Él, para que nos ayude a amar como Él nos ama, aprendiendo a dar con gratuidad sin esperar recibir nada, experimentando la grandeza de la gratuidad, constantemente renovados y llamados a crecer en su amor, a no cansarnos de vencer el mal a fuerza de bien, aprendiendo a ser misericordiosos como Él y a no cansarnos de perdonar.

 Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. 

Si amamos a nuestros enemigos vivimos del espíritu del mismo Dios, sino juzgamos ni condenamos, atestiguamos así que la gracia habita en nosotros, usar la misericordia con los demás es obrar como Dios, esa es la verdadera perfección.

 Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».



Mirando a Cristo y este derramando su sangre por amor a nosotros, contemplando hasta donde llega su amor por cada uno, no podemos conformarnos con amar solo a los que nos aman, ¿que hay de extraordinario en saludar al que te saluda, en corresponder al que te aprecia, en amar al que te corresponde?


MIERCOLES

“ Vuestro es el reino de Dios ”





evangelio según san Lucas 6, 20-26

 En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. 

Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. 

 Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!

 ¡Ay de vosotros, los que estáis saciados!, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! 

Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».



Señor, cuando escucho las bienaventuranzas te estoy escuchando a Ti. Tú no eres capaz de hablarnos de algo que no hayas experimentado. Tú quieres que seamos felices por la misma senda que has ido Tú. Sólo desde esta perspectiva puedo entender este camino que, a veces, se me hace tan difícil.

 MARTES

“ Dios nos elige y nos llama personalmente ”



según san Lucas 6, 12-19 

En aquellos días, Jesús salió al la monte a orar y pasó la noche orando a Dios. 

Tratándose de un momento tan importante como el de la elección de los doce, Jesús se prepara con una noche entera en oración. Así deja la batuta en manos del Espíritu.

 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. 

Eran muchos los que seguían a Jesús al comienzo de su vida pública; unos más de cerca, otros más de lejos. A los más cercanos los llama a encontrarse con Él en el monte y elige de entre ellos a doce. 

Hay otro amplio grupo de discípulos que quedan en el llano. Hay, además, muchos simpatizantes; alternan el seguimiento con sus quehaceres. Al final serán muy pocos los que le permanecerán fieles.

¿En que grupo estoy yo?

 Después de bajar con ellos, se paró en un llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. 

Los débiles no pueden subir al monte. 

Si nosotros somos de los llamados al encuentro con Jesús en el monte, seremos inmediatamente llevados por Él al encuentro con la gente abajo, en el llano; con la gente, con sus enfermedades, con sus demonios. Si no se da este encuentro con la gente abajo, es que no se ha dado el encuentro con el Señor arriba.

 Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.



Las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y solo en la oración pueden perseverar y dar fruto.

En el pasaje evangélico se nos pone la lista de nombres de los discípulos que fueron escogidos para ser constituidos apóstoles. Son enviados por El, se les pide ser fieles a quien les ha llamado. Servidores. 
El detalle de poner los nombres nos señala que la relación es personal, cada uno es llamado por su nombre, nos habla de elección, escogidos desde antes de la creación del mundo, para ser santos. Cada uno de nosotros también hemos sido llamados, escogidos, elegidos desde nuestro bautismo, llamados por nuestro nombre para la vida eterna.

LUNES

“ Levántate y ponte ahí en medio ”

De nuevo en sábado y, de nuevo, en la sinagoga. Es decir, un tiempo y un espacio sagrados. Pero, según escuchamos a Jesús y según le vemos actuar, la distinción entre sagrado y profano significa poca cosa para Él.
según san Lucas 6,6-11 

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. 

Una vez más se pone de manifiesto como Cristo consagra toda su vida a los hombres y no a las normas y a las leyes. De hecho la curación que contemplamos en el evangelio de hoy ocurre dentro de la sinagoga y en medio de un culto caduco y rancio que no es capaz de dar vida y esperanza a los hombres.

 Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. 

 Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada: «Levántate y ponte ahí en medio». 

Es Jesús quien coloca en el centro de la sinagoga a este hombre paralizado y le hace recobrar el uso de su mano derecha, es decir, de sus facultades de acción. Este es el nuevo culto que ha inaugurado Cristo: que el hombre tenga vida y vida en abundancia.

 Y, levantándose, se quedó en pie. Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?». 

 Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo: «Extiende tu mano». Él lo hizo y su mano quedó restablecida. 

 Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.

DOMINGO

“ Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos ”

Jesús nos invita a vivir con Él, a ser sus discípulos y para ello siempre está dispuesto a curar todo aquello que nos impide seguirle en plenitud. En el Evangelio de hoy el Señor Jesús cura a un sordomudo, y en él quiere curar también éstas dos enfermedades del espíritu que nos impide ser verdaderos discípulos del Señor: la sordera y la mudez.

según san Marcos 7, 31-37 

En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. 

Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. 

Habla con su Padre en quien confía plenamente y dialoga con Él porque Jesús está asustado de la imagen que los “hombres de la institución religiosa” están dando de Dios. Dios es Padre y sólo desea el bien y la felicidad de sus hijos.

Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá» (esto es, «ábrete»).

“En el centro del Evangelio de hoy hay una pequeña palabra, muy importante. Una palabra que -en su sentido profundo- resume todo el mensaje y toda la obra de Cristo […] “ábrete” […] 

Cristo se hizo hombre para que el hombre, que por el pecado se volvió interiormente sordo y mudo, sea capaz de escuchar la voz de Dios, la voz del Amor que habla al corazón, y de esta manera aprenda a su vez a hablar el lenguaje del amor, a comunicar con Dios y con los demás”. (P. Benedicto XVI, ángelus, 9 sept. 2012).

 Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente. 

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. 

Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».



Jesús pronuncia esta palabra redentora y liberadora: ¡Effettá! Que quiere decir: ¡Ábrete! El encuentro con Jesús tiene como finalidad abrir a Dios todos mis sentidos: -los oídos para que puede percibir de una nueva manera la voz de Dios; -los ojos para que pueda reconocer a Dios en todo, -debo renovar mi sentido del tacto para poder percibir el tierno amor de Dios en el sol y en el viento. Para encontrar a Dios en todas las cosas,

jueves, 12 de septiembre de 2024

EL NOMBRE DE MARÍA

12 de septiembre, felicidades a todas las personas que simplemente se llaman MARÍA

Dulce Nombre de María | Misioneros Digitales Católicos MDC

12 de septiembre festividad del Dulce Nombre de María.
Según la costumbre de los judíos, ocho días después de su nacimiento de la Virgen, sus padres la impusieron el nombre de María.

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Nacimiento de la Virgen María, Giotto
La liturgia, que ha fijado algunos días después del la Natividad la fiesta del santo nombre de Jesús, ha querido instituir también la fiesta del santo nombre de María poco después de su Natividad, el 8 de septiembre.



El nombre hebreo de María, en latín Domina, significa Señora o Soberana, y eso es ella en realidad por la autoridad misma de su Hijo.



Fue el evangelista Lucas quien nos dio el nombre de la doncella que iba a ser la Madre de Dios: "Y su nombre era María"
En hebreo María es Miriam, que significa Doncella, Señora, Princesa.


Dulce Nombre de María: el nombre de nuestra Madre - Santoral - COPE

Poco después se extendió por toda España. 170 años después, en 1683, el Papa Inocencio XI admitió la fiesta en la iglesia de occidente como acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y por la victoria de Juan Sobieski,el 12 de Septiembre, temprano en la mañana, Sobieski fue a Misa y se puso en manos de Dios, rey de Polonia contra los turcos después de que este mismo rey se detuviera en el santuario de la Virgen de Cñestochowa, patrona de Polonia, consagrando a ella la batalla.

Batalla de Kahlenberg - Wikipedia, la enciclopedia libre


La victoria salvó a Europa y frustró el plan de conquista islámica de Europa.
Sobieski dio todo el crédito por la victoria a Dios. Dijo: "Veni, vidi, Deus vicit".

En agradecimiento a Nuestra Señora por la victoria obtenida, el Papa Inocencio XI extendió la fiesta del Dulce Nombre de María a la Iglesia Universal, el 12 de Septiembre.




Fue España, que como decía el Beato Juan Pablo II, Tierra de María, la primera que solicita y obtiene de la Santa Sede autorización para celebrar la fiesta del Dulce Nombre de María. Y esto sucedió en el 1513, Cuenca fue la primera díocesis que celebró la fiesta, muchos años antes de que el Papa Inocencio XI instituyera la fiesta.




Nosotros veneramos el nombre de María porque pertenece a ella, que es la Madre de Dios, la más santa de las criaturas, la Reina de los cielos y la tierra, la Madre de la Misericordia.