YA ES SEMANA SANTA

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jueves, 31 de agosto de 2023

SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO

SÁBADO

“ Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu Señor ”


El Evangelio de hoy nos presenta la parábola de los talentos. Esta parábola nos habla: de ser creativos, de llevar la iniciativa. De superar la tentación de no complicarnos nuestra existencia por amor a los demás. 

Que más que propietarios de los dones recibidos somos administradores de los mismos. Una llamada fuerte a estar atentos a nuestros pecados de omisión, que provocan apatía, pereza, comodidad, psicosis de seguridad, miedo paralizante, no complicarse la existencia… 

La parábola nos habla que el Señor cuenta con todos, Dios cuenta con nosotros, quiere colmarnos con sus dones.

san Mateo 25, 14-30 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad;l uego se marchó. 

Lo primero que salta a la vista es un Dios que reparte bienes a todos. Dios es pura generosidad, puro derroche. Lo suyo es dar y no cansarse de dar. Hablando al modo humano, diríamos que Dios se realiza “dando”.

El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. 

Con lo que Dios nos ha dado a cada uno podemos realizarnos, podemos triunfar en la vida, sin pensar que al otro le ha dado más.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. 

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”. Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. 

Se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabia que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. 

El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? 

Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. 

Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes”».


Lo importante es estar contentos con lo que Dios nos ha dado a cada uno sin tener envidia de nadie. Al que no alaba sino que lo rechaza es al que “ha enterrado el talento” y no ha negociado. 

Y aquí está el pecado de omisión al que le damos tan poca importancia. El no hacer el bien es un gran mal. El bien que no hayamos hecho se quedará sin hacer. El tiempo perdido, las horas vacías rodarán vacías por toda la eternidad sin que nadie, ni Dios, pueda llenarlas de sentido.

VIERNES

“ Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora ”


En el Evangelio de hoy nos encontramos con la parábola de las diez vírgenes, seguimos con la llamada a la vigilancia, se propone una actitud de fidelidad en tensión amorosa y a la espera. “Velad, porque no sabéis el día ni la hora”. Es un toque de alerta.

según san Mateo 25, 1-13 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. 

Llama la atención el no compartir el aceite. Da la sensación de egoísmo, tienen provisión de aceite y no quieren compartirlo, chirría a nuestros oídos, el amor comparte, el discípulo ayuda, tienen en cuenta las necesidades de los que le rodean. 

¿Qué representa el aceite? La lámpara encendida es signo de previsión, esa responsabilidad personal es insustituible, previsión y vigilancia no se puede compartir , ni prestar, es nuestra respuesta personal a Dios: nuestros gestos de amor, de entrega, de servicio, son nuestro aceite, depende de cada uno.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. 

A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”. Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. 

Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. Pero las prudentes contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”. 

La vida cristiana, vivida con la lámpara del amor bien encendida, es una fiesta de boda. Pero, cuando falta el aceite, se van apagando las lámparas y se acaba la fiesta. Jesús, que sólo quería que todos viviéramos felices, al morir, sólo nos dejó un mandato: “que os améis como yo os he amado”.

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. 

Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora»


La lampara es el símbolo de la fe que ilumina nuestra vida, mientras que el aceite es el símbolo de la caridad que alimenta y hace fecunda y creíble la luz de la fe.

JUEVES

“ Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor ”

En este evangelio el Señor nos habla de “vigilancia”. ¿Por qué hemos de estar vigilantes? Porque alguien importante va a llegar y debemos estar atentos a recibirlo. Ese personaje importante que va a llegar no es un enemigo, no es un fantasma, es Jesús, mi amigo, mi tesoro, mi vida.

según san Mateo 24, 42-51 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa. 

La parábola de hoy nos coloca en medio de nuestra realidad de día a día. La “vida” nos presenta muchas oportunidades para “pasarla bien”, y cada vez nos vamos dejando arrastrar por los placeres (siempre tendremos tiempo para arrepentirnos; ¡y hasta para confesarnos!).

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? 

Y como nuestra “hora” no ha llegado aún, continuamos hundiéndonos cada vez más en la autocomplacencia porque el “amo” no está (¿en serio?) y no llega todavía.

Pasamos por alto que en cualquier momento este puede llegar y encontrarnos como el criado canalla que maltrató a sus compañeros y se dedicó a comer y beber con los borrachos,

Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así.

 En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes. 

Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. 

Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»


Tal vez nos dé miedo lo del ladrón en la noche. Oigamos esta bonita interpretación de Dolores Aleixandre: “Lo mismo que un ladrón viene en busca de algo valioso y se las arregla para encontrar el momento más oportuno, también Dios vendrá a buscarnos como quien se apodera de un tesoro, porque eso somos para Él. Y vendrá a buscarnos en el mejor momento”.

MIERCOLES

“ Proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios ”


El sepulcro blanqueado es el símbolo de la hipocresía: ¡

según san Mateo 23, 27-32 

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! 

Lo contrario al sepulcro es el sagrario, que alberga vida en lugar de muerte. Y lo contrario al sepulcro blanqueado es el Crucifijo, cubierto por fuera de infamia, y limpieza de Dios por dentro.

Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad. 

Lo contrario al sepulcro es el sagrario, que alberga vida en lugar de muerte. Y lo contrario al sepulcro blanqueado es el Crucifijo, cubierto por fuera de infamia, y limpieza de Dios por dentro.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! 

Cada vez que leemos este capítulo 23 de Mateo comenzamos a pensar en cuántos fariseos conocemos, y de seguro identificamos unos cuantos de inmediato. Pero rara vez nos detenemos a mirar en nuestro interior. ¿Será por temor a encontrar el fariseo que allí habita?

Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».

Nada te molesta tanto como una vida apoyada en la mentira. Dame tu gracia para vivir sin doblez, para ser lo que soy, para vivir en íntima coherencia entre lo que vivo y lo que hago. Que mi mejor predicación sea la vida misma.





 MARTES

“ Juan era un hombre honrado y santo ”


El 24 de junio celebrábamos el nacimiento del Bautista. Hoy celebramos, su muerte, su martirio, la culminación de su vida; se viene celebrando desde el siglo V.

según san Marcos 6, 17-29 

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano. 

Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía.

El Bautista había predicado la justicia y la conversión del corazón. Y había entrado en el alma del rey. Por el contrario, Herodías se sentía cada vez más contrariada por la predicación del profeta y lo detestaba. Herodes por desgracia no continuó escuchando la palabra del profeta y aunque sentía temor, este no le hizo convertirse. 

 Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. 

La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. 

El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». 

Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». 

Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». 

El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. 

Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

Juan Bautista es en labios de Jesús “el mayor entre los nacidos de mujer”. Su sentido de la misión, su humildad, su coraje para defender la verdad incluso ante el rey, han convertido a Juan en el precursor del Señor, en el mejor representante, el más parecido a Jesús. 
Te pido que sepa contagiarme de estos valores.


LUNES

“ Ay de vosotros hipócritas ”



Aquí lo más importante que recrimina Jesús a los jefes del pueblo no es tanto el que ellos no quieran entrar en el nuevo camino traído por Él, sino el que “cierren la puerta para que otros entren”. Y esto es muy actual en nuestros días.

según san Mateo 23, 13-22 

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! 

Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno de la “gehenna” el doble que vosotros!

 ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: “Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga”! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro?

 O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga” ¡Ciegos! ¿Qué es más , la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura por él y por quien habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de dios y también por el que está sentado en él».

Si te cuesta mucho entender el estilo del Señor, debes plantarse como vas de sincerida con El.

Sy llevas una doble vida nunca tendras una vida interior.

 DOMINGO

“ ¿También vosotros queréis marcharos? ”


El final del discurso sobre el pan de vida nos ofrece el primer momento dramático del fracaso del anuncio de Cristo. Sus palabras son consideradas como “duras” y no logran convencer, provocando que muchos dejen de seguirle. Él sólo había dicho que “el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6,51). ¿Qué hay aquí de duro?

DOMINGO 

  “ Tú piensas como los hombres, no como Dios ”



según san Mateo 16, 13-23 

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».

 Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». 

 Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». 

Jesús lo instituye cabeza de la Iglesia, lo hace primus inter pares del apostolado completo.

 Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en los cielos» 

Pero a renglón seguido, trata de oponerse con su vehemencia característica a la pasión redentora de Cristo. Piensa de manera humana, no de forma divina. Está encerrado en su condición mortal, no es capaz de vislumbrar la glorificación que aguarda al Señor tras su pasión, muerte y resurrección. 

 Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. 

 


No hace falta darle muchas vueltas para que cada uno de nosotros, seguidores de Jesús, nos veamos reflejados en el doble Pedro de este evangelio. Confesamos sinceramente a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios, como nuestro mejor tesoro, nuestro Rey y Señor… pero, de vez en cuando, somos capaces de rechazar a Jesús, algunas de sus actitudes y algunas de sus palabras.

 Necesitamos la ayuda del mismo Jesús para que le sigamos siempre a él, en los momentos buenos y en los otros, en nuestros domingos de resurrección y en nuestros viernes santos… Pidámosles que continuamente reaccionemos a como el primer Pedro y no como el segundo.

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