Gozos dedicados a Ti, Madre de Alagracia.
Autor
Don Israel Guijarro, hijo de Siruela, que siendo muy joven llamo Dios a su puerta y sin miedo y con mucho amor entró por esa puerta grande.
Sus estudios
Ha estudiado, Filosofía y Teología y Teología Bíblica en Universidad Pontificia de Comillas
Sus bodas de plata como sacerdote
Actualmente párroco de Santa María Magdalena de Ciempozuelos de Madrid
Tuve el privilegio de poder leerlos ya que en el velatorio de su abuela me dijo.... Se los he leído a mi abuela.... y me dejó leerlos.
QUINCE GOZOS DEDICADO A NUESTRA MADRE DE ALTAGRACIA
Oh María de Altagracia, Santa Madre del Señor,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
1. Dios te salve, Virgen pura,
Fragantisima azucena,
De gracia y virtudes llena,
Madre de amor y ternura.
Salve del cielo esplendor,
Del Señor la humilde esclava,
De Siruela la abogada,
Nuestro amparo y protección.
2. Tu eres el broche sagrado
Que une la Tierra al cielo,
Para salud y Consuelo
Del infeliz desterrado.
Tu, del Inmenso Mansión,
Eres descanso y posada,
De Siruela la abogada,
Nuestro amparo y protección.
3. Eres nube mañanera
Que anuncia lluvia copiosa:
La realización dichosa
Del amor y la promesa.
Brote el Justo y Redentor,
De ti, oh tierra sagrada;
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
4. El alma que fiel ansía
Llegar a Jesús Divino
No tiene mejor camino
Que vos, oh Virgen María!
Madre del divino Amor,
Estrella de la mañana,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
Oh María de Altagracia, Santa Madre del Señor,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
5. Tu santa imagen, Señora,
En un árbol fue escondida
Para mostrar que la Vida
Verdadera y salvadora,
En la Cruz nos fue ganada,
Por tu Hijo, el Redentor.
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
6. Cada año acontecía
Que retoñaban las ramas
Del viejo tronco,
que un día Cobijó tu faz amada.
Que retoñen nuestras almas
En amor al Salvador,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
Oh María de Altagracia, Santa Madre del Señor,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
7. Si el hombre con su pecado
El Amor De Dios hirió,
De Dios compasión halló
Si en este lugar sagrado
Perdón le pidió humillado,
Con tu santa intercesión.
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección
. 8. En momentos de amargura,
Cuando falte la esperanza,
Eres faro de confianza,
Nuestras almas aseguras
Y diriges hacia Dios,
Intercedes y acompañas.
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
9. De la peste y de la guerra,
De pedriscos y sequía,
Líbranos, Virgen María,
reina de cielos y tierra.
Y guíanos con amor
Hacia la santa morada:
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
10. Cuando tus hijos queridos
Luchaban allá en La Habana,
Te invocaron, Altagracia,
Y tu amor les dio cobijo.
Su plegaria fue escuchada,
Mostraste tu intercesión:
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
11. Una mañana muy fría,
Cuando llegó la santera,
Hallo tu ermita vacía,
Y aviso a Siruela entera.
¡Que angustia, cuanto dolor, Nuestra Madre no se hallaba!
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
12. Acudió en tropel el pueblo,
Y al llegar hasta la ermita
Vieron tu imagen bendita
En el retablo de nuevo.
Más una voz se escuchó:
“Vengo de tierras lejanas”
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
Oh María de Altagracia, Santa Madre del Señor,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
13. Altagracia, eres señal de la paz
en la discordia y de la Misericordia
De Dios con todo mortal.
Eres bálsamo que calma,
Que consuela y da valor.
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
14. Por eso, en la enfermedad
Eres remedio seguro,
y es justo que todo el mundo
cure con tu gran bondad;
en nuestra fragilidad
Te muestras Madre cercana,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
Oh María de Altagracia, Santa Madre del Señor,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
15. En este mundo cambiante,
Cuando todo está al revés,
Sigue siendo luz brillante
Que nos encienda la fe.
Tus hijos piden perdón,
Muéstrate, Madre cercana,
De Siruela la abogada, Nuestro amparo y protección.
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