La legendaria historia de la Cruz de Caravaca tiene su origen en el pueblo de Caravaca de la Cruz,- municipio español situado a unos 63 Km de Murcia,- y en ella se mezcla la historia oficial con numerosas leyendas de la tradición local, que le confieren, a la vez, un caracter mágico y religioso.
Etimología
El nombre oficial con el que se denomina a la Reliquia en los documentos es el de ¨Vera Cruz¨, nombre bien significativo, relacionado con el Temple, pues en donde hubo templarios aparece frecuentemente el título de Vera Cruz.
Desde la Edad Media se la conoce con este nombre específico: la Vera Cruz de Caravaca, es decir, la verdadera cruz. Se trata de un “lignum crucis”, es decir, un fragmento de la verdadera cruz en la que Jesucristo fue crucificado.
El título, juntamente con el de Santa, solamente se aplicaba al leño de Jerusalén, encontrado en el siglo IV por Constantino o por su madre Santa Elena.
La Cruz de Caravaca es una cruz de las que se denominan patriarcales, compuestas de un pie y dos travesaños paralelos y desiguales que forman cuatro brazos.
Se conserva en un relicario con forma de cruz de doble brazo horizontal, (de 7 y 10 cms) y de 17 cms de alto con la apariencia de un pectoral grande. Según la tradición perteneció al patriarca Roberto de Jerusalén, primer obispo de la ciudad santa tras ser conquistada a los musulmanes en la Primera Gran Cruzada (1099).
Ciento treinta años más tarde (1229), en la sexta cruzada, un obispo, sucesor de Roberto en el patriarcado, tenía posesión de la reliquia.
Dos años después la cruz estaba milagrosamente en Caravaca.
Es un Lignum Crucis, es decir, un leño de la Cruz. Se compone de tres astllas del madero donde murio Jesús y se conserva en un relicario.
CARAVACA CONSIGUE EL AÑO JUBILAR IN PERPETUO
En 1998 Caravaca fue depositaria de una gracia solemne: la Bula de Concesión del Año Jubilar in perpetuum. Tres motivos justificaron esta concesión: La presencia durante 768 años de la Vera Cruz en Caravaca, el hecho de que la Reliquia sea un símbolo de la muerte y redención de Cristo, y que su conocimiento haya transcendido a gran parte del Occidente.
Con esta concesión, Caravaca de la Cruz obtuvo la misma consideración religiosa que otras ciudades claves en el cristianismo, poseedoras de las mismas prebendas religiosas, como son: Roma, Jerusalén, Santo Toribio de Liébana (Potes) y Santiago de Compostela.
La Región de Murcia es un punto de encuentro de la cristiandad, como así lo atestigua el hecho de que el Papa San Juan Pablo II concediese a Caravaca de la Cruz la celebración del Año Jubilar In Perpetuum, cada 7 de años, desde 2003. De este modo, Caravaca se convirtió en la quinta ciudad del mundo que puede celebrar el Jubileo Perpetuo, junto a Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana, Roma y Jerusalén, siendo el próximo en 2017.
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