Situada a orillas del río Sar a su paso por Santiago de Compostela, en Galicia, España, es un templo católico románico que fue declarado Monumento Nacional, Bien de Interés Cultural como se le denomina ahora, en 1895.
El edificio fue construido y concebido en sus orígenes para servir de casa de retiro para los canónigos regulares que se regían por la regla de San Agustín.
Pese a ello, se acabó convirtiendo en un referente en la Ruta jacobea.
Munio Alfonso (obispo) fue un antiguo miembro del cabildo de la Catedral de Santiago, que trabajó como colaborador del obispo Diego Gelmírez, quien lo propuso en el año 1112 como obispo de Mondoñedo, cargo que desempeñó desde ese año hasta el momento de su renuncia en 1134.
Cuando dimite de obispo decide fundar monasterio, de pequeñas dimensiones, regido por una comunidad de agustinos, y para ello compró una parcela a las afueras de la ciudad y a orillas del río Sar.
Pero al producirse su muerte antes de acabar la obra, se la encomendó a su amigo, también obispo Diego Gelmírez.
Todavía se conserva el documento que contiene la firma del diploma fundacional, datado del 1 de septiembre de 1136, que posteriormente confirmará el rey Alfonso VII el 20 de julio de 1137. Con la fundación de este monasterio se constituye la primera comunidad agustina de Galicia, sumándose a las nuevas y reformadoras corrientes espirituales europeas.
La comunidad tuvo el apoyo de la Corona que concedió donaciones, exenciones y privilegios a la comunidad agustina a lo largo de toda la Edad Media, lo cual está documentado. Tanto las contribuciones reales como otras aportaciones más modestas proveyeron de medios suficientes para la construcción del monasterio de Sar, y se continuaron tras la finalización del mismo.
Fernando II en 1378, eximió a la comunidad de Sar de pagar el impuesto regio llamado el yantar del rey, y esta exención fue confirmada por [Ènrique III de Castilla|Enrique III]], Juan II y Enrique IV.2
El monasterio también se engrandeció al incorporarse a la comunidad cenobios rurales como la anexión, en 1390, de San Esteban de Anós (en Cabana, La Coruña), por orden del arzobispo Juan García Manrique; o la unión en 1405 de los canónigos regulares de Sato Tomé de Nemeño (en Bergantiños, La Coruña) ordenada por el arzobispo Lope de Mendoza; o la unión de la comunidad de San Juan de la Cueva (de Pico Sacro, en Santiago de Compostela).
Sin embargo, pese a todas estas donaciones y engrandecimientos, durante en el siglo XVI se inicia, coincidiendo con el priorato de Jácome Álvarez (1505-1536), arzobispo de Tarso, una etapa de declive.
Es ahora cuando el priorato se transforma en colegiata. Además, la institución se ve más debilitada al producirse en 1548 la sustitución de los canónigos de San Agustín por clero secular, lo cual Hace que se pierda la influencia del poder de comunidad agustina.
En el segundo tercio del siglo XVII se inicia el deterioro del edificio de la iglesia y rápidamente este deterioro se extiende al claustro y el resto de las dependencias de monasterio.
Pese a ello, no se cuenta con capital para hacer frente a las obras de rehabilitación hasta bien entrado el siglo XVIII (1732). Uno de los colaboradores más importantes para poder recuperar el monasterio de Santa María de Sar el monasterio de San Matín Pinario.
La mejora de la situación económica del monasterio hace que durante el siglo XVIII se enriquezca con obras de orfebrería barroca compostelana del momento, destacan los vasos sagrados del templo, la cruz parroquial, los relicarios e incensarios entre otras piezas que forman parte del museo del monasterio.
Más tarde, durante el siglo XIX, y mediante el Concordato de 1581 entre el Estado español y la Santa Sede, la colegiata sufre una nueva etapa de decadencia quedando convertida en una parroquia más dentro de la Archidiócesis de Santiago de Compostela. En 1895 el edificio de la parroquia es declarado Monumento Nacional
Ubicada junto al rio Sar y rodeada de vegetación le atorgan a su vez un encanto especial.
SU IGLESIA
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La iglesia es un típico ejemplo del románico.
Las obras iniciales para construcción del primer monasterio están datadas del segundo tercio del siglo XII en las afueras de la ciudad.
Es uno de los santuarios más sorprendente de la ciudad a causa de la inquietante inclinación de las columnas que sostienen las bóvedas, al parecer la inestabilidad del terreno y la desmesurada altura de las naves laterales provocaron la desviación de las paredes, lo que confiere a su interior una atmosfera un tanto propia de ensueño.
Según algunos expertos puede deberse a filtraciones de agua, al estar construida en un lugar pantanoso cerca del Río Sar, lo que motivó un paulatino corrimiento de tierra, que arrastró la estructura.
Exteriormente destaca la torrecilla de la fachada principal se caracteriza por su sobriedad.
Puerta principal del hastial ,cuya fachada se modifico en el s.XVIII perdiendo su rosetón por una fea ventana
Sencilla portada lateral con tejaroz bellamente adornado con rosetas y sustentado por canecillos
y los robustos arbotantes, construidos entre los siglos XVI y XVII para asegurar la estructura del edificio
Comenzaron con la edificación de las capillas de la cabecera de la iglesia, que fue consagrada por el arzobispo Diego Gelmírez antes de su muerte (1140) pese a no estar finalizadas las obras que no debieron concluir hasta los primero años del siglo XIII.
Su belleza fue recompensada al declararse en 1895 como Monumento Nacional.
La planta de la iglesia es basilical con tres naves que quedan separados por pilares compuestos (que presentan decoración vegetal)1 sobre los que se apoya la bóveda de cañón que las cubre.
Al final de cada nave se construyó un ábside de formas diferente, el central es poligonal, mientras que los laterales son semicirculares.
Abside central, con dos pisos de arcos ciegos, en su mayoría, bellisimos,
encima del cual se ven restos de pinturas del s.XV y son un fragmento de la capa de la Virgen de la Misericordia,que ocupaba toda la cúpula del ábside.
Los absidiolos laterales también tienen gran belleza
La iluminación interior se logra a través de ventanas laterales y la presencia de un rosetón en la portada.
Preciosos enterramientos medievales como este del arzobispo de Santiago, Bernardo II, de 1237 con su sencillo epitafio " Hoc vile solum,scandere posse polum"
ó este ,precioso,de Xacome Alvarez del s.XVI,arzobispo de Tarso
La pila bautismal dividida en dos.
Está cubierta con bóvedas de cañón reforzadas por arcos fajones.
La cabecera de la colegiata tiene tres ábsides, el central es poligonal y los laterales absidiolos semicirculares
de preciosos canecills
EL CLAUSTRO
El claustro del monasterio se construyó durante el siglo XII y en él sobresalen sus arcos.
El claustro conserva un ala de estilo románico también alterado por contrafuertes.
Sus arcos son de gran barrosquismo por sus arquivoltas repletas de motivos florales y geométricos. Fue obra del taller del Maestro Mateo a finales del siglo XII o comienzo del XIII.
En el recinto del Claustro se encuentra
EL MUSEO PARROQUIAL
pequeño museo, fundado en 1975, piezas de valor histórico y documental muy importantes, como el pergamino fundacional del templo, fechado en 1136 y sellado por el arzobispo Diego Gelmírez.
Dentro del apartado que tiene dedicado a la orfebrería se pueden ver objetos litúrgicos realizados en talleres compostelanos durante el siglo XVIII.
La sección arqueológica la forman una serie de piezas del antiguo claustro románico, obra del Maestro Mateo o de su escuela.
San Roque de Montpelier siglo XVIII
El taller compostelano que finalizó la iglesia y construyó el claustro y demás depedencias monásticas, presentan una clara influencia del Maestro Mateo.
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