CASTILLO MUSEO
PARROQUIA DE SAN JAVIER
El templo tiene un valor singular en el camino espiritual de San Francisco Javier. En él tuvo lugar su primera conversión al recibir el agua del Bautismo en la pila situada bajo el coro, una interesante pieza del siglo XV. Sus oraciones infantiles y de adolescencia, antes de la partida hacia la aventura parisina, las dirigió a la Virgen con el Niño del retablo, sabedora ya del futuro apasionante que por amor Cristo le esperaba al joven Javier. La talla de madera policromada pertenece a la segunda mitad del siglo XIII.
La trascendencia que alcanzó la figura de Javier dentro de la Iglesia universal así como la popularidad y simpatía que ha despertado entre el pueblo fiel y devoto hizo, que tras su canonización en 1622, muchos de los lugares vinculados a su persona se transformaran para dotarlos de mayor realce y riqueza. Esto sucedió con este edificio parroquial y sus retablos. La iglesia que visitas se construyó en 1702 según el gusto barroco. Anteriores, de 1674 son los retablos laterales del Sagrado Corazón y de la Virgen aprendiendo a leer con sus padres
Por las mismas fechas se pudo esculpir el Crucificado que se sitúa sobre el sepulcro de doña Violante, tía materna del santo. Mayor interés tiene el retablo central, realizado a mediados del siglo XVIII en el que destacan los tres lienzos principales que representan a la Anunciación, San Ignacio redactando las Constituciones de la Compañía de Jesús y San Francisco Javier, de interesante factura barroca.
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