los «Bambinelli», que no se pondrán en el Nacimiento hasta el 24 por la Noche, como manda la tradición.
Ayer,domingo tercero de Adviento, domingo de la alegría, Benedicto XVI salió del Vaticano, a las nueve de la mañana, para visitar la parroquia romana dedicada a Santa María de las Gracias, que se encuentra en la periferia de la diócesis del Papa.
El primer encuentro fue con los niños, que lo estaban esperando en el patio de la moderna iglesia, que se inauguró hace un año medio, y que lo acogieron con gran entusiasmo, aplausos y cantos.
Queridos niños: Os deseo a todos un feliz domingo. Sabemos que la Navidad está cerca: preparémonos no sólo con los regalos, sino con nuestro corazón. Pensemos que Cristo, el Señor, está cerca de nosotros, entra en nuestra vida y nos da luz y alegría.
Después del rezo mariano y del responso por los difuntos, el Santo Padre saludó a los niños romanos, que siguiendo la tradición del tercer Domingo de Adviento, llevan sus estatuitas del Niño Dios para que el Papa las bendiga. Benedicto XVI les dio su bendición y con ternura les pidió que recen por él:
«Queridos hermanos y hermanas, hoy el primer saludo está dedicado a los niños de Roma, que vinieron para la tradicional bendición de los ‘Bambinelli’, organizada por el Centro oratorios romanos.
Queridos niños, cuando recéis ante vuestros nacimientos, acordaos de mí, así como yo me acuerdo de vosotros. ¡Gracias! ¡Feliz Navidad!»
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