EN ESTE MONASTERIO VIVE SOR TERESITA
El Monasterio de Santa María de Buenafuente del Sistal, de la Madre de Dios o simplemente Monasterio de Buenafuente es un antiguo monasterio cisterciense de la Común Observancia, femenino, situado en la localidad de La Buenafuente del Sistal dentro del término municipal de Olmeda de Cobeta en la provincia española de Guadalajara.
Se mantiene en activo con una comunidad poco numerosa de monjas que alcanzan edades muy avanzadas. Tras muchos años de letargo revivió a partir del año 1971 gracias al impulso y entusiasmo del nuevo capellán Ángel Moreno y gracias a algunas ayudas que vinieron del exterior. Es un centro renovado de espiritualidad.
La arquitectura del edificio es cisterciense, muy sobria. El conjunto está rodeado de árboles y vegetación, un paisaje propio del Alto Tajo. En su entorno se han ido construyendo una serie de casas de espiritualidad y recogimiento y de ayuda al necesitado.
En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.
La fundación de este Monasterio, plenamente anclada en la Edad Media, pertenece a los canónigos regulares de San Agustín.
Desde que en 1234, el arzobispo de Toledo, don Rodrigo Ximénez de Rada, lo comprara, se sucedieron rápidos los cambios que lo pusieron en manos de la Orden del Císter. La tradición dice que antes había sido aquel lugar, paradisíaco y hermoso, propiedad de los templarios.
En 1242, el mismo arzobispo lo cedió a doña Berenguela, hija de Alfonso VIII con la condición de que pusiera allí un monasterio de monjas de la advocación de la Santísima Virgen. Tras algunas gestiones de los abades cistercienses de Pontiniaco, Óvila y Monsalud, en 1246 doña Sancha Gómez cedía al abad de Santa María de Huerta aquel enclave para que en él se hiciera, real y definitiva, la fundación de un monasterio de monjas del Císter.
El abad de este monasterio de Huerta trajo para la repoblación un número significativo de monjas procedentes del monasterio cisterciense de Nuestra Señora de la Gloria en Casbas de Huesca. La vida de la comunidad cisterciense transcurrió normalmente durante los dos siguientes siglos.
En 1427 hubo conflictos internos en el monasterio de Huerta así que el abad de este lugar mandó a un grupo de sus monjes ir a ocupar el monasterio de Buenafuente, para lo cual ordenó salir de allí a las monjas que tuvieron que refugiarse en las pobres casas de Alcallech. En estas casas permanecieron hasta 1455, pero su regreso a Buenafuente solo duró unos años pues en 1477 fueron expulsadas de nuevo. Finalmente regresaron en 1480, con la abadesa Endrequina Gómez de Mendoza.
La invasión napoleónica supuso el comienzo del fin del monasterio. Las monjas tuvieron que huir, dispersándose y ocupando muchas de ellas unas cuevas conocidas en los terrenos de bajada al río Tajo.3 Durante unos años el monasterio fue ocupado por las tropas francesas que ocasionaron bastantes destrozos.
En 1835, con la Desamortización , quedó el monasterio despojado de todos sus bienes y posesiones y de juros y derechos. Las monjas pudieron quedarse en el maltrecho edificio con el único patrimonio de sus pertenencias personales.
Entrados en la década de los setenta, el Monasterio se encontraba en una situación de grave crisis que supuso la casi despoblación del Monasterio. Pocas y muy mayores, las monjas sólo vieron por salida vender todo aquello y marchar a integrarse en otro monasterio. Sin embargo, la llegada del capellán Ángel Moreno, con ideas y decisión, y los favores recibidos desde fuera, además del importante impulso recibido por los Amigos de Buenafuente del Sistal, relanzaron el Monasterio, que hoy cuenta con una gran actividad espiritual y de apoyo a la comunidad.
Niña María
Hace 2 días
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