«Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.» Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.
Evangelio según san Lucas (7,1-10)
En Jesús que se acerca a la casa del centurión.
Dios ha venido para quedarse en tu corazón en el mío y en el corazón del mundo.
Y solo el que se considera pobre, sin derecho a nada, sin poder, solo el que es humilde, podrá disfrutar de esta presencia de Dios que cura y sana.
Como este centurión que entiende de mando y de autoridad y confía que con la sola palabra de Jesús bastaría para la curación:"Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi criado quedará sano".
Maravillosa afirmación que, desde entonces, continua resonando en la boca de los creyentes, llamados a acoger como huésped al Señor en el misterio eucarístico. Jesús, exalta esta actitud de humildad y de fe, y le concede lo que pide, proclamando así que él ha venido para todos, judios y paganos.
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